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La coincidencia de una lluvia de inversiones que suma 25 millones pondrá a punto la mayoría de los recintos. Habrá grandes obras en el Museo de Cáceres y Helga de Alvear, cambios en Pedrilla y dos nuevos centros Cáceres se ha convertido en un gran almacén de la historia y de las manifestaciones culturales de todos los tiempos. Si entre los muros del Palacio de las Veletas se conservan antiguos restos prehistóricos de hasta 400.000 años de antigüedad, excepcionales piezas de la Edad del Hierro, y epigrafías, vidrios o cerámicas romanas con más de dos mil años, en las modernas salas del Centro Helga de Alvear es posible contemplar obras del arte contemporáneo más valorado en el ámbito internacional. Los museos son sin duda los recintos cacereños que reciben un mayor número de turistas cada año y que obtienen la valoración más elevada de los viajeros. Curiosamente, las distintas administraciones responsables de estos espacios han dado los primeros pasos para mejorar sus continentes o sus contenidos, incluso ambos a la vez. De hecho se prevén grandes reformas, cierres temporales, traslados y aperturas de nuevos espacios culturales. La suma de los presupuestos previstos asciende a 25 millones de euros y algunas obras se prolongarán al menos hasta 2018. Llega la revolución en los museos cacereños, que además incorporarán, según el caso, elementos de vanguardia y recursos tecnológicos amenos y didácticos. La obra más costosa --12,8 millones de euros aportados por el Gobierno central-- está prevista en el Museo de Cáceres, donde se acondicionarán sus dos recintos, el Palacio de las Veletas y la Casa de los Caballos, mediante una reforma que necesitará algo más de cuatro años. También el Centro de Artes Visuales Helga de Alvear tendrá una fuerte inyección de 10 millones de euros cedidos por el Gobierno de Extremadura y la propia galerista, a fin de ampliar el actual recinto y dar cabida a toda la colección, con una compleja obra que se espera finalizar en 2017. Por su parte, la Diputación Provincial destinará más de 2 millones a trasladar el Museo de Historia y Cultura de Cáceres a la Casa de Pereros, crear el Centro de Documentación y Humanidades en la Casa Pedrilla, y liberar la Casa del Mono para un nuevo Museo de Naturaleza.

Fuente: EL Periódico Extremadura

Profeta en su tierra, de nuevo. El escritor y periodista extremeño José Miguel Santiago Castelo (Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1948) ha sido merecedor en la décimo primera edición del Premio de Periodismo Ciudad de Badajoz Francisco Rodríguez Arias, dotado con 6.000 euros, que concede el Ayuntamiento de Badajoz en colaboración con la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Le ha sido otorgado por el artículo publicado en la páginas de Necrológicas de ABC titulado La voz más pura y exacta de Lecuona , en homenaje a la cantante cubana Esther Borja. Santiago Castelo ha sido durante años miembro del jurado de poesía. Director de la Real Academia de Extremadura y exsubdirector del diario ABC, fue distinguido con la Medalla de Extremadura y tiene, entre otros, los premios Hispanidad y Gredos de poesía y Julio Camba y Martín Descalzo de Periodismo. El último reconocimiento que recibe le fue comunicado por teléfono anoche, durante la gala organizada en el Palacio de Cristal del Hotel Río de Badajoz, donde se dieron a conocer los fallos de los jurados de las seis modalidades de los Premios Ciudad de Badajoz. El 18 de Novela, dotado con 18.000 euros, fue para el valenciano Luis del Romero Sánchez por Una tirada de dados . Ganó la última edición del Novela Corta de Cáceres. El de poesía, que alcanza su 33 edición, es para Juan Leyva Martínez, de Zaragoza, por Caja de resistencia . OTROS GALARDONES El premio de Pintura, que cumple ya siete ediciones, tiene la particularidad de que está dotado con 12.000 euros para adquisiciones y correspondió a cuatro obras de Verónica Bueno (Badajoz), Angel Pérez Espacio, Jesús Puente Carretero y Nacho Lobato, presente en la gala. Al premio de Escultura se presentaron 38 trabajos y el jurado decidió que el primer premio fuese para el galledo José Molares Fernández con da Vida . Por primera vez se concedía el Premio de Fotografía Ciudad de Badajoz, y al que se han presentado 171 obras. Está dotado con 6.000 euros. Se lo lleva el pacense Félix Ceballos Méndez por la imagen Posodoble . A la gala asistió el presidente de Extremadura, varios consejeros, entre ellos la de Cultura, así como el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso y su equipo de gobierno.

Fuente: El Periódico Extremadura

El consejero de Fomento, Vivienda, Ordenación del Territorio y Turismo, Víctor del Moral, inauguró ayer en Fuente de Cantos el Centro de Interpretación de la Casa Natal de Francisco de Zurbarán, coincidiendo con el 350 aniversario de su muerte. Según Del Moral, se cumple así con el deber de poner a disposición de este municipio, de Extremadura y de todos los visitantes este edificio, que ya se puede visitar y que "honra como se merece la casa donde nació uno de los artistas extremeños más ilustres de todos los tiempos". La actuación ha contado con una inversión de 80.000 euros y se ha desarrollado a través de un convenio con el Ayuntamiento de Fuente de Cantos, cuya colaboración agradeció a su alcaldesa, Carmen Pagador, presente en la inauguración junto con la directora general de Turismo, Elisa Cruz. El consejero detalló que "la vivienda se ha rehabilitado y amueblado con la sabia intervención de las más modernas tecnologías, para trasladar al visitante a la época del genial pintor extremeño". Con esta nueva infraestructura, apuntó, se contribuye a crear producto turístico en Fuente de Cantos, un municipio que cuenta con múltiples atractivos para el turista y que forma parte de una de las rutas turísticas de referencia. En concreto, según precisó Del Moral, el itinerario de la Vía de la Plata, que cuenta con el apoyo promocional de la Junta y que cada año es recorrida por miles de turistas, deseosos de descubrir la región, como la casa natal de Zurbarán o la pila bautismal donde el pintor fue bautizado en noviembre de 1598. El consejero manifestó que el Gobierno de Extremadura ha apoyado diversas iniciativas relacionadas con el 350 aniversario del fallecimiento del artista, como la edición de material divulgativo, en el marco de la Estrategia Regional de Turismo Cultural, puesta en marcha este año.

Fuente: El Periódico Extremadura

La única obra en mosaico del escultor y pintor pacense Guillermo Silveira corre riesgo de desaparecer. El conjunto de murales, que mide 18 metros cuadrados y representa a los 12 apóstoles, al Espíritu, al Belén y la adoración de los pastores, fue realizado en 1967 en el pórtico de la capilla- escuela que el Instituto de Colonización construyó en las Casas Aisladas de Valdebótoa. Esta construcción no llegó a utilizarse y, una vez pasó a propiedad del ayuntamiento, fue cedida a un colono y acabó utilizándose como cuadra y gallinero. La familia de Silveira teme que si no se actúa con urgencia, esta obra se perderá para siempre. Por ello, se ha puesto en contacto con la Consejería de Cultura y el ayuntamiento para pedir que se "rescate" y se ponga en valor. Técnicos de la Dirección General de Patrimonio han visitado los murales para ver su estado de conservación. De la capilla-escuela apenas quedan las cuatro paredes en pie y las piezas presentan daños por estar al aire libre, pero no hay riesgo de desprendimiento. La obra se ha inventariado y se reconoce su valor pero, según el yerno de Silveira, Fernando Saavedra, se le ha comunicado que no se dispone en estos momentos de fondos para recuperarla, puesto que habría que reconstruir la edificación al completo para garantizar su protección. Por ello, la familia solicita que se desmonte y se traslade a otro lugar. En este sentido, propone que se ubique en un templo o un museo --de hecho en el de la catedral o el Bellas Artes estarían en disposición de acogerlos--. Los murales están hechos con fragmentos de mármoles de colores, arena, cemento y cantos rodados. A Guillermo Silveira lo ayudó cuando los realizó su discípulo Florentino Rodríguez García, quien según sugiere la familia, podría colaborar en su extracción y posterior montaje para facilitar la labor. También otros de los alumnos del artista pacense que conocen "bien sus técnicas" se ofrecerían. PARADOJICO Fernando Saavedra consideró "paradójico" que pese a ser una obra inventariada no se tomen medidas para evitar que desaparezca de manera definitiva, por lo que insistirá ante las administraciones local y regional para que se salve el único trabajo en mosaico que realizó Silveira a lo largo de su fructífera y reconocida trayectoria como artista. De hecho, hace un tiempo la familia inició una recogida de firmas, que ahora retomará para presentarlas junto a su reivindicación al alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y al presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago

 

Fuente: Periódico Extremadura

Todos los imperios necesitan héroes propios, y España no fue una excepción. Cuando la unión de los reinos hispánicos dio origen al imperio militar que disputó la hegemonía de Europa en los siglos XVI y XVII, los españoles se percataron de que los personajes clásicos, sobre todo griegos y romanos, ya no servían para hablar de la heroicidad y el sacrificio. Se necesitaban urgentemente héroes nacionales. Fue así como a finales del siglo XV se impuso en el imaginario colectivo una generación de personajes heroicos a medio camino entre la historia y la leyenda. Una muestra de esta hornada de héroes modernos es Diego García de Paredes, «el Sansón extremeño», así como el hombre al que siguió con devoción en sus campañas, Gonzalo Fernández de Córdoba, el «Gran Capitán».
García de Paredes se desplazó a Roma a ofrecerse como guardia del Papa
Diego García de Paredes nació en Trujillo en torno al año 1468. Y poco se sabe de su infancia y juventud más allá de que aprendió a escribir y leer, pese a que ya entonces se inclinaba claramente por el oficio de las armas. Los historiadores no se ponen de acuerdo en sí participó o no en la Guerra de Granada, que terminó con la rendición final de 1492. Pero de lo que no cabe duda es que en 1496, tras el fallecimiento en Trujillo de su madre, Diego García de Paredes ya se encontraba en Italia buscando fortuna como soldado. En ese momento, Gonzalo Fernández de Córdoba combatía en Nápoles contra las ambiciones francesas de anexionarse este reino, tradicionalmente bajo la esfera de Aragón. Sin embargo, la actividad militar estaba parada a la llegada de García de Paredes, quien decidió desplazarse a Roma para ofrecerse como guardia del Papa Alejandro VI, de origen español. Según relata Antonio Rodríguez Villa en «Crónicas del Gran Capitán», el Papa accedió a contratar al extremeño tras presenciar por casualidad como Diego García de Paredes se impuso en una disputa callejera contra un grupo de más de veinte italianos. Armado solamente con una barra de hierro, el soldado español destrozó a todos sus rivales, que habían echado mano de las espadas, «matando cinco, hiriendo a diez, y dejando a los demás bien maltratados y fuera de combate». Alejandro VI, asombrado por la fuerza del extremeño, le nombró miembro de su escolta.
Nace la leyenda hercúlea en Cefalonia Bien puede tratarse de una exageración de lo que realmente ocurrió, como la mayoría de sus hazañas, pero lo cierto es que Diego García de Paredes adquirió rápidamente gran fama como espadachín en Italia. Tras matar durante un duelo a un capitán italiano de la confianza de los Borgia, el extremeño pasó a los servicios del Duque de Urbino, una de las familias rivales del Pontífice. No en vano, su tiempo como soldado a sueldo quedó aparcado cuando el «Gran Capitán» reclamó hombres para recuperar Cefalonia, una ciudad de Grecia que había sido arrebatada por los turcos a la República de Venecia. Durante el interminable asedio a esta localidad, los turcos usaron un garfio para elevar a Diego García al interior de su muralla. Una práctica muy habitual en los asedios de la época, que era posible gracias a una máquina provista de garfios que los españoles llamaban «lobos», con los cuales aferraban a los soldados por la armadura y los lanzaban contra la muralla. El gigante extremeño que usó el «Gran Capitán» para atemorizar a los franceses
Wikipedia
Ilustración de Diego Garcia de Paredes El «gigante extremeño» consiguió zafarse de las ataduras en lo alto de la fortificación y resistió el ataque de los otomanos durante tres días, donde a cada instante «parecía que le aumentaba las fuerzas con la dificultad». Una vez reducido, los turcos respetaron la vida del extremeño con la intención de usarlo para el intercambio de prisioneros. No en vano, el soldado español escapó por su propio pie y se unió al combate, poco antes de la rendición turca. Fue aquella gesta el origen de su leyenda y cuando comenzó a ser conocido como, entre otros apodos, «el Sansón de Extremadura», «el gigante de fuerzas bíblicas» y «El Hércules de España». Ya convertido en un mito andante, Diego García se reincorporó a los ejércitos del Papa a principios de 1501. César Borgia tenía puestos los ojos en la Romaña y permitió que las ofensas pasadas quedaran olvidadas. El hijo de Alejandro VI le nombró coronel en el ejército que participó en las tomas de Rímini, Fosara y Faenza. Pero tampoco duró mucho esta nueva asociación con los Borgia, puesto que ese mismo año acudió a la llamada del «Gran Capitán» para luchar en Nápoles. Se presumía, por las tropas y recursos invertidos, que quien venciera en esta ocasión se haría definitivamente con el reino italiano. El «Gran Capitán» se valió de la fama ganada por «el Sansón de Extremadura» para combatir a los franceses, quienes le «temían por hazañas y grandes cosas que hacía y acometía». Y de nuevo, es difícil estimar cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en los episodios bélicos que supuestamente protagonizó García de Paredes. Así, aunque está confirmada su participación en las batallas de Ceriñola y de Garellano en 1503, más cuestionable es el relato sobre una escaramuza previa a esta segunda batalla donde el extremeño, contrariado con una decisión táctica del Fernández González de Córdoba, se dirigió en solitario hacia las tropas francesas y causó cerca de 500 muertos. «Túvose por género de milagro, que siendo tantos los golpes que dieron en Diego García de Paredes los enemigos... saliese sin lesión», explica una de las crónicas.
De pirata a Caballero de la Espuela Dorada Tras el final de la guerra en Italia en 1504, Nápoles pasó a la Corona de España y el «Gran Capitán» gobernó el reino napolitano como virrey con amplios poderes. Como agradecimiento a sus servicios, Gonzalo Fernández de Córdoba nombró a Diego García de Paredes marqués de Colonnetta (Italia). Sin embargo, cuando el «Gran Capitán» cayó en desgracia, la defensa que hizo «el Sansón de Extremadura» de su antiguo general le costó la pérdida del marquesado de Colonnetta y forzó un exilio voluntario de la corte. Durante años, el soldado extremeño se dedicó a la piratería en el Mediterráneo, teniendo como presas favoritas a los barcos berberiscos y franceses.
Carlos V, gran admirador de su leyenda, invitó al extremeño a acompañarle por Europa
En 1508, Diego García de Paredes recuperó el favor real y se unió a la campaña española para conquistar el norte de África. Durante estos años Paredes participó en el asedio de Orán, fue maestre de campo de la infantería española que el emperador de Alemania usó para atacar a la República de Venecia, y sirvió como coronel de la Liga Santa al servicio del Papa Julio II en la batalla de Rávena, entre un sinfín de gestas militares. Con la irrupción de Carlos V en España, gran admirador de su leyenda, el extremeño acompañó al emperador por Europa, quien le nombró Caballero de la Espuela Dorada, sirviendo a este en Alemania, Flandes, Austria y en todos los conflictos acontecidos en España, desde la Guerra de los Comuneros a la conquista de Navarra. En 1533, tras regresar con Carlos V de hacer frente a los turcos en el Danubio, Diego García de Paredes falleció por las heridas sufridas durante un accidente a caballo cuando jugaba con unos niños a tirar con la lanza unos palos en la pared. Lo que no habían conseguido quince batallas campales y diecisiete asedios, lo alcanzó un juego infantil: matar al gigante.
El «Desafío de Barletta»: o victoria o nada
Uno de los episodios que alimentó la comparación con Sansón, el famoso héroe de tradición hebrea, tuvo lugar en septiembre de 1502. Durante un periodo de distensión en las hostilidades, los generales de Francia y España accedieron a celebrar un torneo caballeresco que enfrentó a once caballeros franceses contra once españoles conocido como el «Desafío de Barletta». Esta clase de actos, típicos de la época, servían para mantener la disposición bélica en forma y para entretener a las tropas. Diego García de Paredes, pese a estar convaleciente de unas heridas, fue designado por el «Gran Capitán» para liderar a los españoles.
Según las crónicas, la lucha duró más de cinco horas, en las cuales quedó prisionero Gonzalo de Aller del bando español, y del francés falleció un caballero y otro fue rendido por Diego García de Paredes. Posteriormente, otros siete caballeros franceses fueron desmontados por sus rivales, pero los galos se atrincheraron detrás de sus caballos muertos y los españoles no pudieron terminar de acometerlos. En este punto, y con la noche encima, los franceses solicitaron detener la disputa, dando a los españoles por «buenos caballeros». Sin embargo, Diego García de Paredes arrancó las enormes piedras con las que se había señalado el término del campo y empezó a arrojarlas contra los atrincherados. Pese al esfuerzo de tintes bíblicos del «Sansón extremeño» y de que los franceses abandonaron el campo aterrados, los jueces, procedentes de Venecia (así se les suponía imparciales), dictaminaron tablas, de tal manera que a los españoles «les fue dado el nombre de valerosos y esforzados, y a los franceses por hombres de gran constancia».

Fuente: ABC

Un documental asegura que la segunda mujer del compositor Johann Sebastian Bach, Anna Madgalena, escribió parte de algunas de las mejores obras del músico, informó hoy el tabloide británico «The Daily Mail». El filme, titulado «Written by Mrs. Bach», está basado en un estudio escrito en 2011 por el profesor de la Universidad Charles Darwin de Australia Martin Jarvis y se estrenará en Londres la próxima semana auspiciado por la Academia Británica del Cine En el documental, el profesor detalla los análisis de la tinta y el estilo de escritura que se aplicaron en su estudio y que, desde su punto de vista, demuestran que la implicación de Anna Magdalena en el trabajo y en las composiciones de Bach fue superior a lo que se estimaba hasta ahora. Jarvis señala que Anna Magdalena escribió el aria de «Variaciones Goldberg» y el primer preludio de «El clavicordio bien temperado: Libro I».
Creación, no copia Además, en la investigación refuta el hecho de que Anna Magdalena se limitó a transcribir las obras del último período de Bach, ya que mediante un análisis de la letra puede verse que la escritura carece de la «calma» y el «peso» de un mero dictado o copia. Por ello, en el documental se argumenta que la letra es una evidencia de que Anna Magdalena fue la principal compositora de algunas de las obras más famosas de Bach. Anna Magdalena (1701-1760) fue una soprano alemana que contrajo matrimonio con Bach en 1721,diecisite meses después de que este enviudara de su primera esposa, convirtiéndose así en la segunda mujer del compositor alemán. Tuvieron trece hijos, de los que sobrevivieron siete.

Fuente: ABC

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