El presidente de la Diputación, Valentín Cortés, inauguró ayer una exposición con motivo del primer siglo de la imprenta provincial, junto con el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso; el vicepresidente de la institución, Ramón Ropero; los diputados de la Imprenta y Cultura, Manuel Borrego y Miguel Ruíz, respectivamente, y trabajadores de la imprenta. De "servicio impagable" calificó Cortés el que realiza la imprenta para los municipios y los ciudadanos de la provincia. "Cuántos estudios locales no verían la luz si no fuera por nuestra imprenta, o cuántas revistas municipales o pertenecientes a colectivos culturales y sociales se quedarían estancadas sin poderse difundir de no prestar este servicio", añadió. Cortés destacó que desde enero de este año, la imprenta ha impreso más de 30.000 carteles, más de 6.000 calendarios con los que asociaciones sin ánimo de lucro han podido dar a conocer su trabajo de una forma diferente a la habitual. También se han publicado 1.700 cuentos de autores locales, 158.000 dípticos y 25.900 libros de crónicas de municipios, biografías, entre otros trabajos. Fragoso, que recordó su paso por la institución como portavoz del grupo popular hasta que accedió a la alcaldía de la ciudad, defendió "la labor de las diputaciones y en especial de la de Badajoz, que, en este caso a través de su imprenta, difunde la educación y la cultura en el mundo rural". El regidor pacense afirmó que "la diputación ha demostrado que muchas veces ha tenido que cubrir, y cubre, servicios que otros no cubrían, como es el caso de la imprenta provincial". La exposición, comisariada por Lourdes Román y presentada por Francisco Muñoz, tiene dos apartados; uno dedicado a todo lo que tiene que ver con la imprenta en Extremadura y un segundo espacio, con la muestra de maquinaria antigua. Sobre el primero, el director del Area de Cultura, Francisco Muñoz, destacó varias piezas como una biblia custodiada en el Seminario Diocesano San Atón, que es de mediados del SXVI, fruto del pensamiento erasmista. También se pueden contemplar algunos ejemplares de la Biblioteca de Barcarrota y un facsímil del primer libro que se imprimió en Extremadura, concretamente en 1489. Su autor fue Pedro Gratia y el original se encuentra actualmente en Estados Unidos. La Imprenta ocupó en 1914 la planta baja del antiguo hospicio de la plaza de Minayo. Tenía dos funciones: educativa, con los chicos internos a cargo de la diputación; y la impresión del Boletín Oficial de la Provincia y diverso material como los reglamentos de régimen interior de los departamentos y centros dependientes de la Diputación. Posteriormente se trasladó al barrio de Valdepasillas y en la actualidad los talleres y la administración se encuentran en el polígono de El Nevero.
Fuente: El Periódico Extremadura
