El plano y la línea recta deben ser los medios para decirlo todo…
pero es el artista quien hace y dice (Piet Mondrian)

Helga (Müller) de Alvear (Kirn, Alemania, 1936-Madrid, 2025), ha sido desde 2022 Académica de Honor de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Su nombramiento fue por unanimidad tras una votación en la que se presentó un largo historial vital y de méritos relacionados con la cultura y sobre todo con la repercusión de su persona y de su actividad como mecenas en la Comunicad Autónoma de Extremadura. Lamentablemente ha fallecido hace unos días cuando todos esperábamos que aún quedaba mucho por hacer en su altruista proyecto del Museo de Cáceres que con tanta ilusión fundó y cuidaba.
Helga, con una gran personalidad y facilidad comunicativa contaba una y otra vez su vida y cómo se había ligado a la ciudad de Cáceres para siempre. Su biografía nos conduce a Alemania, a la afición que tuvo de pequeña por las piedras de colores y por la música pues aprendió a tocar el piano. Piedras que la condujeron al arte fundamentalmente abstracto y que junto a la música fueron sus aficiones más intensas.
La noticia de su fallecimiento el día 3 de febrero de este año ha conmocionado a galeristas, artistas, coleccionistas y sobre todo a los extremeños que ya se habían identificado con el museo fundado por su interés de establecer su ingente colección de obras (unas 3000) para ser disfrutado por la sociedad y en un lugar dentro de un contenedor al que exigía tuviera una buena arquitectura. El premiado estudio Tuñón Arquitectos (al principio de la obra estudio Tuñón y Mansilla), fue el elegido para ello. Un museo al que ella misma contribuyó con recursos económicos importantes, la adquisición de los inmuebles colindantes a la Casa Grande, -edificio madre del Museo- además del legado de las propias obras que adquirió ante todo desde su gusto personal, más el buen asesoramiento de sus colaboradores.
Era una mujer políglota, cosmopolita en sus andanzas, tanto para formarse como para adquirir obras de arte o disfrutar de óperas y conciertos, y de conversación muy natural. Recaló en España en 1957 para aprender español y conoció al arquitecto Jaime de Alvear con el que se casó y tuvo tres hijas. Pronto hizo amistad con artistas y con la galerista Juana Mordó con la que entró a trabajar y a la que consideró su maestra en la gestión de una galería y en el coleccionismo. Pero Helga fue más allá que Juana y unos años después de su muerte fundó su nueva galería y su afición convirtió su vida en un crecimiento continuo inmerso en el mundo del arte. Su buena situación económica y su generosidad, le permitieron la compra de un gran número de obras de artistas contemporáneos, siempre en ferias, respetando que era en las galerías donde había que conocer y adquirir pinturas, dibujos, esculturas, fotografías, videos o ambientes e instalaciones.
Después del conocimiento de José María Viñuela, extremeño, conservador del Banco de España, y compañero de vida, después de la muerte de Jaime, más los contactos con José Polo y Toño Pérez, logró subir a bordo de su sueño a la Junta de Extremadura a través en primer lugar del presidente Rodríguez Ibarra y después a los que le han sucedido en el gobierno de la región. Un sueño hecho realidad con un centro de Artes Visuales primero, después Museo, que tiene desde el principio un eco internacional.
La intensa actividad como museo con exposiciones continuadas de los fondos a través de escogidos comisarios, la gran preocupación por los talleres para niños, las visitas guiadas, las publicaciones y los puestos de trabajo en los que se han involucrado muchos alumnos egresados de la Universidad de Extremadura, supone un efecto fundamental para que la sociedad reciba con admiración a esta mujer indudablemente excepcional mecenas.
Helga ha logrado los mejores reconocimientos y galardones entre los cuales se encuentran la Medalla de Extremadura (2007), la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura de España (2008), la Medalla de Cáceres (2011), la Medalla al Mérito Cultural del Gobierno de Portugal (2024) además de otros galardones y reconocimientos nacionales e internacionales. Pero también la realización el año 2023 del mural en la fachada del IES Al-Kázeres en Cáceres con su imagen junto a las de Mercedes Guardado Vostell y María del Mar Lozano Bartolozzi, demostró el agradecimiento de los jóvenes y de la ciudadanía hacia su figura; aunque, según sus palabras, su mejor premio era venir al museo y verse rodeada por el entusiasmo de artistas, de amigos, de críticos de arte, de los miembros de la Asociación de Amigos del Museo, de los visitantes que configuran un goteo continuo.
Por último, el Museo ha logrado, como un valor añadido, gracias a su situación en el borde de la ciudad amurallada Patrimonio de la Humanidad y a su jardín de esculturas y plantas arbóreas abierto durante el día para pasar de una zona urbana a otra, que suponga asimismo un elemento real y simbólico de tránsito perfecto entre el mundo del pasado y el de la más rigurosa contemporaneidad.
Esperamos finalmente que, a pesar de lamentar de nuevo su reciente muerte, auguramos un futuro espléndido a su legado. Un legado que debemos cuidar todos y al que la Academia contribuirá con la difusión del mismo.


Antonio Gallego Gallego (Zamora, 21 de abril de 1942- Madrid, 19 de febrero de 2024) ha sido desde 2003 Académico de número (Medalla nº 23, que antes perteneció a Manuel Pacheco) de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Aunque zamorano de nacimiento, su vinculación con Extremadura ha sido profunda y apasionada desde su infancia -ya que se crió en la comarca cacereña de la Vera- hasta su muerte, pues tenía una casa en Aldeanueva que era su refugio, donde disfrutó en estos últimos años mientras que pudo. Herido sin consuelo tras la muerte de su querida mujer, Sole, Inmaculada Quintanal, compañera del alma con quien compartía su pasión musical, Antonio supo sostener hasta el final de su vida una dignidad intelectual y humana ejemplar. A él le correspondía el discurso de inauguración del curso académico 2024-25 de la RAEX, pero su maltrecha salud le impedía poder cumplir con ese honor que tanto le agradaba, como me dijo en una de nuestras últimas conversaciones poco antes de su muerte. La RAEX pierde a un Académico ejemplar, culto, sensible, cabal persona y amigo entrañable.
La muerte de don Antonio Montero Moreno, académico numerario de la RAEX y arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, ocurrida el 16 de junio de 2022, ha provocado una profunda y sincera conmoción en círculos sociales y religiosos de España y, muy particularmente en toda Extremadura. Su desaparición, a los 93 años, independientemente del sincero reconocimiento que le profesaba la sociedad extremeña, tanto laica como confesional, ha servido, por otra parte, para recordar el importantísimo papel que monseñor Montero desempeñó con ocasión de la creación, en 1994, de la provincia eclesiástica de Extremadura, integrada por las tres diócesis de la región: Plasencia, Coria-Cáceres y Mérida- Badajoz. Fuentes conocedores del proceso de creación de la Archidiócesis extremeña señalan como determinante la actitud y la determinación de monseñor Montero, que lo consideran como el máximo responsable de aquella decisión histórica. Su voluntad de ser enterrado en tierra extremeña y el sincero homenaje que recibió a lo largo de las exequias celebradas en Mérida y Badajoz constituyen la prueba definitiva del respeto y el aprecio que el pueblo y las instituciones regionales han profesado a quien en 2001 recibiera, como máximo homenaje, la Medalla de Extremadura y otras importantes distinciones regionales.
El miércoles 1 de septiembre de 2021 murió en Badajoz, a la edad de 93 años, el miembro numerario de la Real Academia de las Letras y las Artes de Extremadura, Francisco Pedraja Muñoz. Ostentaba la medalla número 15 de la RAEX, en la que tomó posesión el 8 de abril de 1984 con un discurso titulado “Sociología y Ecología del arte extremeño”. Contestó en nombre de la institución el académico Antonio Hernández Gil. Entre otros títulos, Francisco Pedraja fue doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, (Sección de Arte), académico correspondiente de las Reales de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, Santa Isabel de Hungría de Sevilla y Bellas Artes de Cádiz. Profesor Emérito de la Universidad de Extremadura. Director del Museo de Bellas Artes de Badajoz (MUBA) durante dieciséis años, y, durante veintisiete, de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz. Medalla de Extremadura, hijo adoptivo de Badajoz, presidente de honor de la RSEEAP y del MUBA.
En la vida social Pedraja ha dejado una huella indeleble al frente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y como gestor cultural en el Ayuntamiento pacense y en la Diputación Provincial. Durante los 27 años que presidió “La Económica”, cargo en el que estuvo hasta 2006, realizó una importantísima tarea que tuvo como hechos más destacados el traslado a su actual sede en la calle San Juan o el primer seminario 'Bravo Murillo', que organizó en 1973 y que congregó en Badajoz a un numeroso grupo de profesores y profesionales comprometidos con el desarrollo económico y social de Extremadura.
El sábado 13 de febrero, mientras celebrábamos sesión académica en la RAEX, conocimos la noticia de la muerte de Alberto Oliart Saussol (Mérida, 1928- 2021), uno de los extremeños más ilustres de los últimos cuarenta años y uno de los españoles que más contribuyeron al éxito de la Transición, el periodo más fecundo de la España contemporánea.
del Estado); empresarial (alto directivo de corporaciones financieras); emprendedor (fundador de asociaciones), empresario ( conservador de razas autóctonas); en actividades literarias (autor de libros autobiográficos de referencia); impulsor cultural (asociado a el grupo poético de Barcelona de los años 50), impulsor de la cultura y del patrimonio de Extremadura ( ex presidente del Consejo Social de la UEX, miembro de la Fundación de Estudios Romano, medalla de Extremadura); y tantas y tantas otras cosas.