Real Academia de Extremadura

El productor y empresario teatral Jesús Cimarro, que dirige el Festival de Mérida, presidirá durante los próximos cuatro años la Academia de Artes Escénicas, cargo en el que sustituye a José Luis Alonso de Santos, que ha dicho que la institución, nacida en abril de 2014, «ha levantado su primera planta».
«Quiero continuar con la labor que se inició hace cuatro años y levantar su segunda planta de este proyecto», ha señalado en declaraciones a Efe Cimarro (Ermua, Vizcaya, 1975), empresario de los teatros Bellas Artes y La Latina además de director del Festival de Mérida.
La asamblea de la Academia, de la que forman parte 500 miembros, ha elegido por unanimidad a su presidente y a la nueva directiva, que ha renovado a la mitad de sus componentes.
Entran en ella profesionales como el director del Ballet Nacional de España, Antonio Najarro, los actores Cayetana Guillén Cuervo y Antonio Resines, la periodista teatral Liz Perales, el escritor Paco Sanguino o la autora y directora teatral Marta Torres.
Cimarro ya era vicepresidente primero de la Academia y cuando Alonso de Santos (1972) «dijo que no quería continuar» le animaron a él a sustituirle.
Su plan estratégico de actividades, ha detallado, incluirá el programa de publicaciones que iniciaron, el premio de Investigación Teatral José Monleón, las clases magistrales, la escuela de verano con la Universidad de Salamanca y la entrega de sus Medallas de Oro.
En este sentido ha adelantado que su primer acto público como nuevo presidente de la Academia será el próximo 26 de febrero, en el teatro Romea de Murcia, donde se celebrará una jornada dedicada al teatro clásico y se entregarán sus Medallas de Oro.
Carmen Maura, Lola Herrera y José Sacristán serán nombrados académicos de honor y recibirán sus medallas la Compañía Nacional de Teatro Clásico, las jornadas de Teatro Clásico de Almería y el festival de Almagro y otorgarán una medalla especial a la Universidad de Murcia «por su atención y trabajo con los clásicos españoles».
Además, ha añadido Cimarro, su deseo es «abrir la academia a más miembros y que se incorporen, fundamentalmente, de otras comunidades para descentralizarla».