Pérez Comendador establece un diálogo con obras del Museo Romano Siete piezas del autor cacereño se funden en una exposición temporal con la colección del MNAR La muestra estará abierta al público hasta el próximo 10 de enero Tras casi 150 años de andadura, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida inauguró su sede actual, obra del afamado arquitecto Rafael Moneo, en 1986. Ese mismo año abrió sus puertas en Hervás el Museo Pérez Comendador-Leroux, dedicado a uno de los más destacados escultores extremeños del siglo XX. Ahora ambas instituciones unen sus pasos en una muestra que permite el diálogo entre las obras del autor cacereño y las milenarias piezas del centro emeritense.
El Museo Romano acogerá hasta el próximo 10 de enero esta exposición, que cuenta con siete piezas de Pérez Comendador-Leroux. Las mismas han sido escogidas y colocadas junto a piezas romanas en distintos puntos de la colección permanente. En concreto, se trata de dos desnudos y dos retratos realizados durante la estancia del escultor cacereño en la Academia Española de Bellas Artes en Roma (de 1934 a 1939), dos bocetos en bronce de desnudos masculino y femenino para la fuente del Guadiana en Don Benito y su autorretrato perteneciente al paso procesional del Santo Entierro (1948-51) en el que se representó en la figura de José de Arimatea. Están enfrentados a retratos, estatuas y distintas piezas romanas, lo que permite conocer los puntos en común de dos estilos separados por miles de años.
Enrique Pérez Comendador-Leroux (Hervás, 1900-Madrid, 1981) se formó en el taller del escultor sevillano Joaquín Bilbao, en la Escuela y Ateneo sevillanos y en una estancia en Madrid. Resultó premiado en las exposiciones nacionales de 1924, 1930 y 1932; y recibió el Premio Nacional en 1935. También fue director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma entre 1969 y 1974; y perteneció a las academias de Lisboa, París y Florencia.
Fuente: HOY - REDACCIÓN | MÉRIDA.