Tocar una vejiga impresiona por su suavidad al tacto. El riñón también resulta excesivamente blando, incluso frágil... No son órganos reales, pero casi, porque tienen una semejanza extraordinaria en tamaño, color y tacto. El Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón (CCMIJU) de Cáceres, de referencia internacional y único en el mundo por sus características, está inmerso en la creación de órganos artificiales e hiperrealistas (lo más exactos posible) para perfeccionar la formación de los más de 1.500 especialistas médicos que llegan cada año de todo el mundo con el fin de mejorar sus técnicas quirúrgicas. Estos órganos son muy novedosos y además se adaptan a simuladores del cuerpo humano también diseñados por el propio CCMIJU. Por ejemplo, el centro ha creado un estómago artificial con las mismas finas capas que el médico deberá ir suturando, pero además imita la textura, es decir, el cirujano encontrará una resistencia idéntica y aprenderá la presión y los movimientos que debe aplicar con el instrumental. Si además el órgano se incorpora a los simuladores hiperrealistas patentados por el CCMIJU, con venas, arterias y una bomba que mueve el circuito simulando la presión sanguínea, el médico sabrá cómo tiene que proceder mientras realiza una intervención. Hay más ventajas añadidas. "Los profesionales no solo aprenden mejor con estos órganos de un realismo similar a los que van a encontrar mañana en el quirófano, también realizan prácticas más efectivas antes de entrar en la fase con animales, que es obligatoria, y por tanto se reduce al máximo el número de éstos en la experimentación y en la formación", explica Jesús Usón, fundador centro y responsable del proyecto, que concibió esta idea hace algunos años e impulsó su puesta en marcha, con los primeros resultados a la vista. De hecho, ya se están moldeando riñones, vejigas, próstatas, venas, arterias o estómagos, pero también simuladores, unos listos y otros en proceso, en los que se colocan los órganos y se conectan al resto del circuito humano . Pero el proyecto va incluso más allá: reproduce órganos con patologías, de modo que los cirujanos aprenden a tratarlas en el quirófano de una forma casi real. Según explica el doctor Usón, el primer paso consistió en coger a cuatro voluntarios de unos 30 años, dos hombres y dos mujeres, para someterlos al TAC y a una resonancia. La Unidad de Diseño del CCMIJU transformó esas imágenes en dibujos reales en color para que puedan incorporarse al simulador. Se seleccionaron los órganos de las especialidades más demandadas para formación en el centro, como la urología o el aparato digestivo. Entonces se creó un taller específico para fabricarlos y se contrató a José Luis Antequera, quien ya había trabajo externamente para el CCMIJU instalando todo el sistema de telecomunicaciones, su especialidad. Pero además, su habilidad con las manos lo convirtió en la persona idónea para el trabajo. EL PROCESO José Luis Antequera entró en noviembre de 2011 como responsable del taller de elaboración de órganos sintéticos. Su cometido sigue siempre un proceso. Cuando tiene las medidas y el resto de características de los órganos, "se hace un diseño inicial en plastilina, se saca un primer molde, y más tarde se va perfeccionando en resina, en silicona dura y en silicona moldeable", explica mientras muestra un estómago extraordinariamente realista. Los médicos del Centro de Cirugía también le trasladan la información exacta para que reproduzca en los órganos las patologías más habituales que se ven en los quirófanos. "Aquí tenemos por ejemplo un riñón con tres tumores y también una próstata con hiperplasia, es decir, un crecimiento anómalo. Resulta muy interesante que los cirujanos puedan trabajar con los mismos órganos y patologías que van a encontrar habitualmente en el quirófano", señala el doctor Jesús Usón. Una vez listos, estos modelos artificiales se van colocando en los simuladores, un sistema muy avanzando que reproduce el comportamiento del cuerpo. "Por ejemplo, una bomba pulsátil emula la circulación sanguínea de modo que el médico en formación, cuando por ejemplo va a clampar una vena o una arteria, nota la presión de la misma forma que si estuviera operando a un paciente", indica el fundador del centro de cirugía Jesús Usón. Antes de incorporarlos como material a los cursos del centro, los órganos y los simuladores deben superar una última fase: su validación por parte de los profesionales médicos. El responsable de esta supervisión es el doctor Francisco Julián Pérez Duarte, que realizó una prueba in situ para el Periódico EXTREMADURA. "Cuando José Luis Antequera nos entrega desde el taller los primeros prototipos de un nuevo órgano, los testamos aquí en el quirófano. Participan unos cinco cirujanos con experiencia en la especialidad de que se trate, se realizan pruebas y se practican las técnicas quirúrgicas. Por último remitimos nuestras conclusiones de nuevo al taller, con las modificaciones que deben realizarse", explica. HASTA LA PERFECCION Por ejemplo, puede que haya que corregir la textura de un órgano (más resistente, más blanda...) para que un médico en formación sepa exactamente qué presión debe aplicar o hasta dónde debe suturar cuando esté operando a un paciente real. Una vez perfeccionado el prototipo, vuelve a ser testado en el quirófano, un proceso que se repite cuantas veces sea necesario hasta obtener el mejor órgano artificial posible. De este modo se consiguen dos ventajas. La primera y primordial, mejorar la experimentación del cirujano en modelos simulados antes de practicar las técnicas en enfermos. La segunda, reducir la experimentación animal en todo lo posible por motivos éticos, limitándola a lo estrictamente obligatorio, según la filosofía del CCMIJU. Por cierto que el centro también dispone de simuladores virtuales, poco frecuentes por su excesivo coste. Hay una ventaja más. Puesto que los órganos que fabrica el CCMIJU son muy novedosos, éste puede venderlos a otros centros nacionales e internacionales, lo que fomentará sus propios recursos, consolidará empleo y ofrecerá un producto a la vanguardia en la investigación.
Fuente: El Periódico Extremadura