Aquel 24 de septiembre de 1810 había mucho murmullo en el Salón de Cortes. Un clérigo de la Junta Suprema de Extremadura tomó la palabra entre cuchicheos, pero poco a poco fue captando la atención de todos hasta el silencio sacramental.
Separación de poderes, abolición de la Inquisición, libertad de prensa y poder del pueblo a través de la soberanía nacional. Le bastaron quince minutos para dar carpetazo al siglo dieciocho. Aplauso unánime en la sala.
La crónica de aquella primera sesión de las Cortes de Cádiz la firmó Benito Pérez Galdós. «Es el primer discurso del siglo diecinueve», sentenció el cronista. Su protagonista daría después nombre a calles, colegios, institutos y avenidas de toda Extremadura.
Diego Muñoz-Torrero fue uno de los protagonistas de aquella corte que se levantó contra los hermanos Bonaparte. Poco después presidió la comisión en la que los once diputados más relevantes redactaron la Constitución de 1812. A Cádiz llegó desde Salamanca. Allí era rector de su universidad, donde bebió de todo el movimiento liberal mientras estudiaba filosofía y teología. Su padre, el boticario de Cabeza del Buey, le preparó para el ingreso.
La infancia la pasó en la calle Convento número 12 y cualquiera que haya pasado por Cabeza del Buey habrá notado que en cada rincón del pueblo retumba su infancia. El colegio y el instituto llevan su nombre, un busto en la plaza de la Constitución y estos días muchos paneles anunciando que su vecino más ilustre tendrá una fundación con su nombre. Será mañana, 206 años después de que Diego Muñoz-Torrero alumbrara el constitucionalismo liberal.
Al acto principal previsto para las doce del mediodía se espera a los tres presidentes autonómicos de la Junta -Ibarra, Vara y Monago-, a la presidenta de la Asamblea -Blanca Martín- y a los rectores de Salamanca -Ricardo Rivero- y Extremadura -Segundo Píriz-.
Para el bicentenario
La alcaldesa socialista de Cabeza del Buey, Ana María Valls, dice que los vecinos llevaban tiempo reclamando más atención para el legado de Muñoz-Torrero. Ahora espera que la Fundación sirva para reivindicar a alguien que fue exiliado, perseguido y asesinado -marzo de 1829 cerca de Lisboa- por defender valores democráticos.
Se pusieron en marcha en el año 2011 con vistas al bicentenario de Cádiz, pero el empujó definitivo no llegó hasta el 2015. Hace tres años, recuerda la alcaldesa, contactaron con gente que pudiera ayudarles. La Asamblea de Extremadura se mostró muy interesada en acompañarles. «Ha sido nuestro motor y nuestra motivación para seguir con esto».
La Fundación se encargará ahora de promover investigaciones históricas, actos académicos o premios, pero sobre todo, resalta la alcaldesa, esperan que impulse el debate político sosegado. «Tan necesario en estos tiempos». Hay valores que se promulgaron entonces como la libertad de imprenta o la soberanía nacional que hoy siguen generando discusión. «La cuna de Muñoz Torrero es el lugar más adecuado para generar ese tipo de debates».
La Fundación también rastreará el legado del padre de 'la Pepa'. México, Brasil, Argentina o Bolivia también redactaron siguiendo lo que se ha fijado en Cádiz. «Era un hombre sencillo con una capacidad innata para llevar las demandas sociales a las instituciones. Fue uno de los que mejor vio lo que el pueblo necesitaba en aquel momento», según la alcaldesa.
En el pueblo también recuerdan a la monja concepcionista que guardó en el convento del pueblo la bandera de España con la leyenda 'Estremadura baja, Constitución, Cabeza del Buei' y con el escudo de la ciudad de Badajoz. «Puso en riesgo su vida porque con la vuelta del absolutismo todo lo que tenía que ver con el liberalismo era perseguido». Esa bandera está ahora en el Congreso de los Diputados.
De todo eso se hablará mañana en el centro cultural de Cabeza del Buey. «Fue un adelantado a su tiempo. Defendió el liberalismo incluso cuando no era fácil hacerlo», sentencia la alcaldesa.
Fuente HOY