VILLANCICO PARA DORMIR A UN NIÑO VASCO
(Anuncio de Paz)
El niño en la cuna, ea,
y el humo del caserío
lleva memorias del frío
por los vientos del Gorbea.
¡Deja, amor, que yo lo vea,
que es gloria en su señorío...!
(La Luna lava en el río
su brillo blanco de oblea).
Duerme, niño, que no hay miedo.
La noche se hará mañana
por la paz y no habrá dedo
que señale una diana.
Dios esplende en el robledo.
Campana sobre Campana.
Autor: Antonio-Román Díez García