Araujo destaca nueve pilares de la vida en su ingreso en la Academia. Fue contestado por el académico Feliciano Correa, quien destacó el humanismo de la Naturaleza
25.03.12 - 00:21 -
JAVIER SÁNCHEZ PABLOS | TRUJILLO. HOY
El palacio de Lorenzana de Trujillo se vistió ayer de etiqueta para acoger la toma de posesión del naturalista Joaquín Araujo en la Academia de Extremadura de las Artes y las Letras. Con su ingreso en esta institución, ocupa el lugar dejado por el Marqués de la Encomienda, que falleció en agosto de 2007.
E
l recipiendario estuvo acompañado por diversos familiares y amigos. Además, este acto contó con la presencia de la consejera de Educación y Cultura de la Junta, Trinidad Nogales; el rector de la Universidad de Extremadura, Segundo Píriz, así como el alcalde de la ciudad anfitriona, Alberto Casero. También acudieron a la cita distintas personalidades del mundo de la cultura y la política de la región. na vez que el director de la organización, José Miguel Santiago Castelo, abrió la sesión protocolaria, los académicos Javier Pizarro y Manuel Pecellín acompañaron a Araujo a la zona de presidencia para pronunciar su discurso de ingreso. Su título fue 'Éticas y poesías del paisaje'. Reconoció que es el primer naturalista, plantador de árboles, pastor de cabras, así como escritor y cineasta que ingresa en una academia de las Letras y las Artes. A pesar de ello, «en absoluto la Academia ha sido ajena a estas cuestiones». Prueba de ello es que el académico Feliciano Correa tocó este tema en su ingreso en la entidad extremeña.
El naturalista y nuevo académico destacó la importancia de aprender de lo que el paisaje mana. «La naturaleza se expresa, esas expresiones se convierten en impresiones y sobre esas impresiones nosotros tenemos que lanzarlas a la comprensión de los demás a bordo de palabras». Aseguró que su vida ha estado dedicada a leer en un libro inmenso que propone muchas cuestiones como es la naturaleza. En su intervención, el nuevo académico defendió, además, la necesidad de remediar «el despropósito de que seamos el único ser vivo no endémico». Recordó que el paisaje es un auténtico poema. Ejemplo de ello es la floración del Jerte. La definió como el único rincón de España donde la luz queda iluminada por una flor y no al revés. En esta intervención, el naturalista destacó nueve pilares de la vida, que tienen un especial sentido. Cada uno de ellos los fue poniendo en valor con algunos de sus viajes por el mundo. El primero en destacar fue el sol, seguido del aire. También habló del agua, asegurando que el ser humano es «el agua que piensa». Otros pilares importantes de la vida para Joaquín Araujo son la tierra, la vivacidad, los paisajes, el bosque, el tiempo y «nosotros, los humanos».
Tras la intervención del recipiendario, vino la contestación del académico Feliciano Correa. Destacó algunas de las virtudes del
naturalista, que suele vivir en la comarca de las Villuercas. Asimismo, hizo referencia al humanismo de la naturaleza. En este
sentido, finalizó su intervención asegurando que «estamos abocados a retornar, a volver a recuperar la capacidad de contemplación de los espacios que nos han sido regalados para anudarnos a la ética y, así, y no quiero usar otro término, amar lo que nos sostiene». Después del acto llegaron las felicitaciones de los asistentes.
