Extremadura suele ser madre generosa con sus hijos. Aquí, el que vale normalmente se convierte en profeta, desmintiendo el dicho de que nadie lo es en su propia tierra. Son muchos los hombres y las mujeres de valía que Extremadura ha reconocido en las últimas décadas. Por eso es chocante que uno de los extremeños que mayores méritos atesoran no haya recibido aún el reconocimiento público de esta tierra y de sus instituciones a su vasta obra y a sus fecundas iniciativas culturales. Me refiero a Manuel Terrón Albarrán, abogado, arabista, escritor, hombre de cultura, a quien tanto debemos todos, aunque muchos no lo sepan y algunos pretendan olvidarlo. Manuel Terrón fue durante muchos años el alma de la añorada Institución Cultural 'Pedro de Valencia' de la Diputación de Badajoz, que en mala hora fue abolida por unos políticos hostiles sin motivo y carentes de visión. Manuel Terrón ha realizado además monumentales ediciones facsimilares de autores tan importantes, entre otros, como nuestro Zapata, de quien rescató y puso al día obras como el 'Carlo famoso' o la 'Miscelánea'. Especialista en nuestro pasado islamista, Terrón es autor o director de obras tan importantes como 'El solar de los aftásidas', 'Extremadura musulmana' o 'Historia de la Baja Extremadura'. A él se debe, además, la creación de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, de cuya concepción y puesta en marcha fui testigo presencial y el primer periodista que dio noticia de esta iniciativa exclusivamente suya, a la que tuvo la generosidad y el acierto de incorporar a tanta gente válida. Su figura se engrandece aún más en el ámbito humano, por su desprendimiento, su bondad, su gran valía como abogado y su disposición a ayudar al prójimo, y en el intelectual, como elevado librepensador que ha sido siempre, haciendo gala de un gran sentido del humor y un espíritu crítico ecuánime y certero. Tal vez su timidez, su afán de preservar su privacidad y su distancia de la mediocridad le hayan conferido un falso aire de altivez que, en ocasiones, puede haber jugado en contra suya. Esto es lo más negativo que se puede decir de él. Es hora, pues, de que Extremadura agradezca a Manuel Terrón todo lo que él ha hecho por esta tierra. Hay mil maneras de hacerlo y seguramente serán pocas para lo que él merece. Y hay muchos, como yo, dispuestos a agradecérselo.
Fuente: JOSE MARIA Pagador (periodista) 14/11/2013