Vasco Núñez de Balboa sigue siendo noticia en este 2013 en el que se conmemoran los quinientos años de su llegada al Mar del Sur, al Pacífico. Un hecho que permitió la primera globalización porque abrió las puertas al comercio mundial gracias al imperio español al sumar el Galeón de Manila a la Carrera de Indias. Pero mucho se desconoce aún del descubridor, debido al exiguo número de referencias de su mocedad. Nace en 1475. Embarca en 1501 para América y, después de una primera y afortunada expedición, vive unos años en La Española que le cargan de deudas. Huye de sus acreedores colándose como polizón en un barco, escondido en un barril junto a su fiel perro Leoncico. Pronto llegaría al istmo, y encontraría allí su propio destino. Acaba de ver la luz un hermoso proyecto editorial que investiga en los años de juventud de Balboa con todos los elementos disponibles. Además de reproducciones facsimilares de los documentos originales relacionados con Balboa, este proyecto de Círculo Científico Editores incluye estudios de cuatro autores sobre el descubridor. El historiador Feliciano Correa ha tenido al cargo investigar los años anteriores a 1501: «Hemos estudiado a fondo su entorno, ante la falta de documentos directos, y explicamos el contexto. Sabíamos que fue escudero de don Pedro Portocarrero, un personaje principal de Jerez de los Caballeros (entonces llamado Jerez cerca de Badajoz) y sabemos que era un gran esgrimidor, además de hombre cultivado que sabía leer y escribir». La tenue luz con que Correa ilumina el entorno en el que creció Balboa en esos años finales del XV –en Moguer fue testigo del ajetreo naval del Descubrimiento–, permite asentar algunas de las características que harán único al descubridor: su buen trato con los indios, elogiado por el propio Fray Bartolomé de las Casas; la empatía hacia sus hombres, a los que tan bien asistía y cuidaba si caían heridos o enfermos, y el liderazgo que le permitió adentrarse en el istmo acompañado por Panquiaco, el hijo del cacique Comagre. El libro también contiene un estudio firmado por la catedrática de Historia de América de la Universidad de SevillaCarmen Mena García, que además transcribe la carta que Balboa envió al Rey Católico en 1515. Así mismo Tomás de la Quadra-Salcedo y Cristóbal Colón de Carvajal, duque de Veragua y descendiente del descubridor de América, firman sendos textos en la monografía, que lleva un prólogo del presidente de Panamá, Alberto Martinelli Berrocal. El libro será presentado mañana lunes a las 19 horas en la Casa de América con presencia de los autores, editores y losembajadores de Colombia y Panamá, Fernando Carrillo y Roberto Eduardo Arango, respectivamente, así como el diplomático Fernando García Casas. El estuche en el que se presenta este proyecto editorial, cuyo precio es de 750 euros, incluye, además de la carta de Balboa al Rey Católico en 1515, un facsímil del primer Portulano en el que aparece la orilla del Pacífico y la costa de Panamá, con un estudio de José María Sanz Hermida, de la Universidad de Salamanca. También unareproducción del retrato de Núñez de Balboa, con un epítome de su vida, perteneciente a la edición «Retratos de los Españoles Ilustres» (Madrid, Imprenta Real, 1791).
Pocas joyas cuentan con tanta fama y una historia tan fascinante. La perla «La peregrina» puede ser hoy famosa porque pertenció a Elizabeth Taylor y hace dos años se subastó por 9 millones de euros, pero su suave esplendor de lágrima aparece en un retrato de Felipe III pintado por Velázquez, y también en retratos posteriores de Margarita de Austria, María Tudor e Isabel de Borbón. La perla apareció en la Isla Rica, y Núñez de Balboa dibuja su contorno en la carta de 1515 que envía al Rey Católico. El dibujo que pueden observar debajo de estas líneas es el primer rastro que «La peregrina» dejó en aquellos bravos hombres, antes de partir hacia su singular destino
Fuente: ABC