Es verdad que los visigodos vinieron a la península Ibérica como mercenarios del Imperio Romano y acabaron por crear aquí un reino independiente, haciéndose con el santo y con la limosna. Desde su capital, Toledo, pretendieron ser los sucesores de los emperadores de Occidente. Los de Oriente -únicos legitimados, según ellos, para ostentar el título- pusieron el grito en el cielo. Esa usurpación llevó a que los godos imitaran, en beneficio de su propaganda y a su escala, el arte de la corte de Constantinopla. Todo esto es más que sabido. No es cosa de insistir. No existe un arte visigodo, fuera de alguna hebilla grandilocuente. El así llamado es sólo arte romano tardío. O tardoantiguo o bajo imperial; como ustedes prefieran. Por eso, siempre me ha parecido una equivocación, o un arcaísmo, crear en Mérida un museo nuevo de "arte visigodo". Ya hay uno de arte romano -no de arqueología-, que debiera abarcar todas las épocas del Imperio. En vez de crear una institución nueva lo lógico sería abrirle una dependencia al otro. ¿Qué necesidad hay de duplicar unidades administrativas? ¿Se gana algo en pedagogía e investigación? Dos museos, un consorcio y una sucursal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas haciendo prácticamente lo mismo. Inconcebible. Y más en época de escasez, aunque, en estricta Ciencia, toda la investigación sea poca y la concepción, en origen, tuviera otros motivos. ¿No es demasiado pretencioso todo eso? ¿Qué se creen en Mérida que son? ¿Acaso sólo tienen arqueología ellos? Y, mientras tanto, Badajoz en precario. Sin arqueología seria, con un museo angosto, a merced de un sanedrín de indocumentados, guiados por una ideología más analfabeta que razonable, incapaz de organizar unos actos, que pretendían ser conmemorativos, mal comprendidos, mal vendidos, peor organizados y pobretones. Claro, esto es Batalwais -palabra de alcalde- y aquí no hubo visigodos. ¿No será que el susodicho museo, en la capital postimperial -una de sus piezas más importantes es árabe- tiene truco y supone una hipótesis de dominio familiar? Un museo que vale una consejería. Y no hablo de Cáceres, porque eso no tiene nombre -o, también, es muy feo- y, además, yo sólo escribo aquí de Badajoz o de Mérida, que es su cara oculta.