José Antonio Ramos tiene un despacho en su casa cómodo, repleto de libros y objetos antiguos; y tan abarrotado que es difícil dar un paso sin encontrarse con papeles, documentos. También cuenta con una magnífica biblioteca con más de 10.000 volúmenes, quizás una de las colecciones más importantes que pueda tener un escritor o un coleccionista, incluso con algunos incunables. Visto esto, no parece increíble que un escritor haya podido concebir una saga de 63 libros, centenares de artículos en revistas y tres libros en imprenta en la actualidad. Incansable investigador, ha seguido los pasos de aquellos Tena, Escobar Prieto, A. Floriano o Tomás Pulido, entre otros. Ramos es doctor en Historia, Cronista Oficial de Trujillo, Académico Correspondiente de la Real Academia de Extremadura y recientemente nombrado Correspondiente de la Real Academia de la Historia. Incansable viajero, siempre con la cámara fotográfica colgada en el hombro y tomando apuntes en los numerosos viajes que realiza. Cuando le preguntamos qué hace un investigador los fines de semana, contesta: "hemos formado un equipo de amigos investigadores y estamos catalogando los bienes culturales de la región. Dice contar siempre con poco tiempo, la pauta que marca su vida. Y es que este autor tiene prisa por acabar las cosas demasiado rápido. Porque en su mente tiene múltiples proyectos y poder abarcarlos todos es casi imposible. --¿Cual es el término correcto para describir la literatura que hace? --No es literatura, es historia, la objetividad y la investigación. Descubrir paso a paso la vida de nuestros antepasados, qué pensaban, las cosas que hicieron y el por qué lo hicieron o construyeron así. Estoy planteándome ahora escribir literatura, novela histórica, pero antes tengo que terminar otros proyectos en los que estoy embarcado. --Además de escritor ha realizado varios proyectos para la ciudad --Personalmente creo que una de las funciones más importantes de los escritores es describir, analizar y criticar el tiempo y el lugar en que habitan. Cuando el escritor es un observador de la época en que vive, y además conoce la historia, puede incluso presentir el futuro. Pero además, hay otra cosa. Las editoriales ponen como condición a los escritores, que escribamos sobre temas locales; quieren ver la geografía de sus consumidores plasmada en los escritos de los autores. Viendo las cosas de este modo, creo que a uno no le queda más remedio que escribir sobre la temática localista, aunque uno siempre puede echar mano de un contenido humanamente universal. He realizado varios proyectos que han dado sus frutos, esencialmente en mi trabajo profesional como gerente de turismo y asesor del Ayuntamiento de Trujillo, con la puesta en marcha de varios centros museísticos que funcionan muy bien y están relacionados con la Historia y el Arte. Y continuamos emprendiendo nuevos objetivos por el bien de la ciudad. --¿De dónde saca el tiempo para publicar tantos trabajos? --Tengo poco tiempo. Mi trabajo me absorbe mucho, pero intento sacar el máximo provecho por las tardes y algún que otro fin de semana. Considero que lo más importante es el trabajo diario, serio, ordenado y, si es posible, que te permitan realizarlo con confianza, libertad y eficacia. --¿Qué le llevó a empezar a escribir? --En realidad, no soy mucho más que un niño hinchado de tiempo. Un tipo observador, curioso, sensible, simpatizante de la creatividad y la comunicación, sobre todo buen lector, a quien escribir le ayuda a conocerse e interpretar el mundo. De hecho puedo decir que empecé a los 15 años. Siempre tenía en marcha algún cuaderno personal donde inventaba aforismos, reflexiones, siempre teniendo como ejemplo la ciudad en la que nací: Trujillo. --Para usted que ha pronunciado varios pregones y conferencias ¿cuáles son las claves de una buena comunicación? --En general, conocimiento del público, del tema y de la situación; adecuación a las circunstancias, coherencia con la finalidad, sinceridad, fidelidad a uno mismo y llegada afectiva. En el ámbito específico de la oratoria, es fundamental querer hacerlo bien, preparar la intervención correctamente e ir ganando tablas mediante la experiencia. Se requieren dos tipos de preparación: próxima y remota (la mejora personal que dura toda la vida), un buen guión, humildad, sencillez y, cuando estamos ante el auditorio, naturalidad, entusiasmo y ganas de disfrutar y hacer disfrutar a los demás. --¿Qué libro le gustaría escribir? --Bueno, básicamente la historia general de Trujillo, pero con un aporte historiográfico y documental importante. Incluso la vida de algún destacado personaje. He dedicado libros y artículos a varios pero nunca un libro dedicado exclusivamente a un personaje histórico. A veces tengo la sensación de que los personajes siguen existiendo. Pienso a menudo que cualquier día alguien abrirá la puerta de mi estudio y se plantará delante de mí para animarme a escribirlos. --¿Qué supone para usted haber sido nombrado académico? --Una enorme satisfacción. Cuando alguien se dedica de por vida a narrar la historia, a investigar, a dar a conocer al público lector todos los datos que localizo, llegar a la Academia es el culmen para alguien como yo. Un orgullo para mí, personalmente, y para mi familia. Mi padre estaría orgulloso de mí. --Una persona como usted, con tantas relaciones en todos los ámbitos, ¿ha pensado dedicarse a la política? --Nunca me lo he planteado. La verdad es que más de un partido político ha intentado que figure en sus filas, pero prefiero dedicarme a mi profesión, a la cultura; creo que no valdría para la política. Aunque en esta vida, no sabemos lo que nos depara el destino, sólo el viento lo sabe. --Para terminar una pregunta socorrida: un escritor, ¿nace o se hace? --El verdadero escritor posee de manera innata unos talentos y habilidades potenciales que permanecen en su personalidad en estado latente, como también le ocurre al futbolista, al comercial o al director de cine. Pero solo el trabajo, la perseverancia, el afán de superación y la trayectoria personal actualizan esas potencialidades haciéndolas reales y extrayéndoles todo el partido. Así que el escritor se hace, siempre y cuando haya recibido la materia prima necesaria y yo gracias a mi familia y al amor que tengo por nuestra tierra así ha sido.