Su novela más conocida fue llevada al cine en la magistral película de Víctor Erice Ahora, a la hora de la muerte de Adelaida García Morales, que falleció el lunes en Dos Hermanas (Sevilla) conviene afirmar que no es desdoro que uno pase a la historia de la literatura como la autora, sobre todo, de un solo libro. Lo que sucede es que el caso de Adelaida es un poco sangrante, sobre todo porque fue mujer de obra dilatada y que, no conviene engañarse, adquirió fama y cierta fortuna con «El Sur y Bene». Nacida en Badajoz en 1945, se trasladó a estudiar a Madrid donde se licenció en Filosofía. Mujer del cineasta Víctor Erice, a éste se debe que aquella novelita tenue que Adelaida García Morales publicó en 1985 se convirtiera en obra referente de la España nueva que miraba hacia el psado con cierta hondura arcádica. García Morales, que antes de «El Sur» había ya publicado «Archipiélago», se convirtió en autora de culto con «El Sur» y creo que fue cierto descubrimiento de la intimidad, algo raro en aquellos años lo que hizo que García Morales mejor dicho, «El Sur», se convirtiera en emblemática. García Morales publicó después más de 10 libros, el último, «Una historia perversa», en 2001. Dio igual. A pesar de que su obra evolucionó al igual que el país, «El Sur» había fijado una época, consolidada ya digo, por la película de Erice y la posterior obra de García Morales no llegó nunca a las cotas de culto que había logrado con aquel pequeño texto. Tengo para mí que «El Sur», a pesar de su belleza, es obra propensa de un tiempo determinado, es obra propensa a congelar actitudes y la España posterior sobre todo en la novela escrita por mujeres, abandonó esa temática, si es que alguna vez la tuvo, y ahondó en otras problemáticas, no necesariamente sociales. Sin embargo «El Sur» siempre quedará como una novela que llegó a construir algo muy difícil, creó en cierta manera el imaginario de una niña de la posguerra y por eso mismo se convirtió en novela de culto para una generación. El problema, quizá, estribe y eso es una lección para la literatura, que uno debe ser incluso un poco traidor a su generación porque de no ser así ésta se lo hace pagar con mayores. En cierta ocasión Adelaida García Morales dijo que escribía para la memoria, nunca para publicar. De ahí ese lado fascinante y secreto que sus obras poseen. De ahí también que con la niña de «El Sur» ese secreto se convirtiera en el de toda una generación de mujeres cuyo origen no era el de la clase media urbana. Adelaida, la escritora de «El Sur». Está bien, Es justo.
Fuente: HOY