En el anfiteatro levantado hace más de 2.000 años en la antigua Emérita Augusta para albergar el combate de los gladiadores romanos, allí, junto al famoso Teatro Romano del conjunto arqueológico patrimonio de la Humanidad de la actual Mérida, disputarán ahora la victoria jugadores de pádel. Es lo que pretende la organización del World Padel Tour para el mes de mayo y es lo que está valorando positivamente el Consorcio Ciudad Monumental de Mérida. Al menos el primer informe técnico ha aceptado la celebración del evento en el monumento, declarado Bien de Interés Cultural, imponiendo una serie de condiciones. La polémica no ha tardado en saltar a raíz de la denuncia pública de la instalación del graderío sobre la piedra romana formulada por el grupo municipal de Izquierda Unida de la capital extremeña. Una polémica que se inserta en el debate sobre los límites del uso del patrimonio para promocionarlo y obtener un beneficio al tiempo que se conserva. Su valor histórico y arquitectónico es inseparable de su valor simbólico. Al director del Consorcio Ciudad Monumental de Mérida, Miguel Alba, le ha sorprendido el revuelo cuando el proyecto está en proceso y no hay resolución definitiva. "Todo está abierto. Todavía no ha sido aprobado por la dirección técnica, aunque puede que el debate condicione la decisión", apunta Alba, arqueólogo de profesión. Quiere dejar claro que hasta este momento la organización del torneo deportivo ha aceptado todos los requerimientos del Consorcio, integrado por el Ministerio de Educación Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Mérida y la Junta de Extremadura que gestiona los yacimientos y edificios que forman la Ciudad Patrimonio de la Humanidad. "No habrá publicidad, el graderío no se colocará sobre las gradas romanas originales [del año 8 a. C.], no va anclado, no habrá daño, el aforo será mucho más reducido que en otras ocasiones en este tipo de eventos, entre 1.500 y 1.600 asientos [en época romana podía acoger a 15.000 espectadores]... Somos los primeros interesados en que todo sea correcto", afirma Alba. "Preferimos que el patrimonio esté vivo, que se le dé un uso, añade". Rafael Sabio, conservador del Museo de Arte Romano de Mérida, le apoya. “En el eterno debate entre conservación y difusión del Patrimonio, ¿dónde está el límite entre querer mostrar la ciudad, sacarle partido a la riqueza arqueológica que tenemos y no tocar el hormigón romano?”. Durante la visita se prohíbe comer, fumar y llevar bolsos grandes Álvaro Vázquez, concejal de IU del Ayuntamiento de Mérida, ve contradicciones en la decisión del Consorcio. Alude a la normativa de la utilización de los espacios monumentales contemplada en el Diario Oficial de Extremadura: “Solo se autorizarán aquellos actos o actividades, con o sin ánimo de lucro, que tengan un contenido predominantemente cultural, que no afecten ni puedan poner en peligro la debida conservación de los monumentos y que no impidan el acceso a los visitantes en el horario público de visita”. Vázquez teme lo que puede sufrir el recinto durante el montaje, y reconoce que allí se han realizado diversas actividades, incluso deportivas, pero sin montajes con pesadas estructuras y camiones. "El pasado fin de semana, unos 1.500 corredores de la medio maratón de Mérida atravesaron el monumento, aunque eso no supone la misma infraestructura", argumenta. Considera incongruente que en las normas de visita prohíban fumar, tocar las plantas o llevar mochilas mayores de 40 centímetros y se esté considerando la posibilidad de instalar la estructura de una cancha de pádel. El líder extremeño de IU, Pedro Escobar, defiende las tesis de su correlegionario y se pregunta por qué no se puede hacer en otro: "No es lugar apropiado". Alba responde señalando que el montaje se realizará desde fuera del anfiteatro a través de unas grúas. Y Sabio recuerda la importancia económica que tiene el turismo en Mérida.
Fuente: EL País