Fondo Logo

El hombre de la memoria dulce

 

SU madre tenía un taller de costura y allí José Miguel Santiago Castelo (Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1948) sintió por vez primera, a los siete años de edad, el deslumbramiento de la poesía en una copla popular que cantaba por la radio Conchita Piquer. Diez años después de haberse iniciado en ese misterio, un jovencito Santiago Castelo veía publicado en HOY sus dos primeros artículos: el dedicado a un 'niño tontito' que vivía en su calle y que después murió y otro en el que recuperaba la figura de un poeta de Granja de Torrehermosa, Ventura Villarrubia, muerto en el exilio, en México. Él mismo ha bromeado, irónicamente, con la circunstancia de que en el fondo se trata de dos necrológicas: «Reconozco, como decía González Ruano, que a mí los muertos desde el principio se me han dado muy bien», comentaba en una entrevista aparecida en este diario el pasado mes de junio.

Esa trayectoria periodística que arranca a los 17 años se mantiene aún activa aunque ahora, tras haber permanecido los últimos 22 años como subdirector de ABC, el trabajo de Santiago Castelo se centra desde 2011 en la dirección del Consejo Asesor Editorial del rotativo madrileño.

El padre de Santiago Castelo era agente comercial y a los 16 años de edad la familia tiene que levantar la casa en el pueblo y emigrar a Madrid, a un piso pequeño en el barrio de El Pilar. A los 18 años Castelo inicia la carrera de Periodismo en Madrid. Tres años después comienza a trabajar en ABC y en 1972 obtiene el premio 'Nicolás González Ruiz' al mejor expediente académico de las Escuelas de Periodismo de toda España. Pocos meses después ve la luz el ensayo biográfico que le dedica a su maestro, amigo y gran valedor, el también escritor y periodista extremeño Pedro de Lorenzo, del que fue albacea testamentario. ¿Cómo es en realidad este periodista que lleva más de 40 años en ABC, que a los treinta y pocos experimentó el inmenso orgullo de ver que Granja de Torrehermosa, su pueblo, le nombraba hijo predilecto y rotulaba con su nombre la calle en que nació; que es hijo adoptivo de Fontiveros, director de la Real Academia de Extremadura, miembro de la Academia Cubana de la Lengua, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua, distinguido con los premios 'Extremeño del Año', 'Extremeño de HOY', Premio de Poesía Hispanidad, con la Medalla de Extremadura, con el Premio Extremadura a la Creación, con el Premio Fastenrath de la Real Academia Española, con premios de periodismo como el 'Julio Camba', 'Ex Fogueró' y 'Luca de Tena' (este último concedido a toda su trayectoria profesional)?

Pues una de las primeras definiciones puestas negro sobre blanco se las debemos al crítico y profesor Manuel Pecellín, que en 1983 ya le incluía en el tercer tomo de su monumental 'Literatura en Extremadura' (Univérsitas Editorial) y en el estudio introductorio se refería a Castelo como «un anarquista de derechas».

Quienes le conocen bien insisten en que le caracteriza ese espíritu del que prefiere marchar «a su aire», sin la sujeción a escuelas o modas. Sin embargo, podría decirse que la 'rebeldía' de Santiago Castelo es de «traje de chaqueta», circunscrita más al ámbito estricto de la creación y de la manera en que se enfrenta al hecho literario que en el plano social y profesional. Clásico en el vestir, cordialísimo en el trato, entrañable en los sentimientos, del reelegido director de la Academia de Extremadura sostiene uno de sus miembros que es «un académico nato, decimonónico; en realidad a él le gustaría ser Castelar o Salmerón», apostilla con humor.

¿Y cómo es en sus funciones de director de esa institución? «Un excelente director de la Academia porque tiene mucha inteligencia emocional, aguanta mucho, tolera mucho y es adicto a conciliar».

Santiago Castelo rehuye siempre los conflictos. Refractario a la estridencia, supo mantener buenas relaciones institucionales con Rodríguez Ibarra, con Fernández Vara y ahora con el gobierno que encabeza Monago. Su carácter conciliador, pacificador y su acendrada extremeñidad contribuyen a ello. Sin embargo, una persona que le conoce de antiguo subraya también esa dualidad de 'anarquista de derechas' que le atribuyó Pecellín. Cronista de los veranos en Mallorca de la casa real (Castelo fue un entusiasta de don Juan de Borbón y lo es de los Reyes), cantor de la Virgen de Guadalupe, él fue sin embargo uno de los primeros que reivindicaron en Extremadura la figura de Felipe Trigo, «un escritor que representa todo lo contrario que él: socialista, librepensador y suicida», comenta otro académico.

El propio Castelo reconoce que cuando todo el mundo ensalza a Antonio Machado, él prefiere a su hermano, Manuel Machado. Se reconoce «profundamente religioso», ajeno a las modas, enamorado de Cuba y de Grecia. En su momento hizo oídos sordos al coqueteo de la política. Ha conocido y tratado a algunos de los grandes escritores de nuestra época pero a la hora de inclinarse por un nombre no cita a Borges o a Max Aub, por ejemplo, sino a Luis Rosales. Ha escrito algunos de los mejores poemarios de las últimas décadas y en la entrevista que le hice hace un año confesaba que no va a ajustar cuentas con el pasado. «El médico de mi pueblo dice que a mí me gusta cultivar la memoria dulce». Cree que es así y está de acuerdo. Nadie espere por tanto que un día agarre la navaja barbera y se ponga a afeitar prestigios ajenos. Gran sonetista, nunca se casó y nunca se ha sacado el carnet de conducir.

 

Fuente: HOY

Últimas Noticias


Con el patrocinio de la
JUNTA DE EXTREMADURA
Consejería de Cultura, Turismo y Deporte


 

Agenda

More in Agenda  

Últimas Publicaciones

  • Inventario de Publicaciones
    MEMORIAS (Trabajos de investigación de historia y arte de Extremadura)   Memorias de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes I. -- Trujillo: Real Academia de...
More in Publicaciones  

Boletines

More in Boletín