Feliciano Correa: "Era un enamorado de Extremadura y de todos los extremeños"
Fallece el escritor y periodista extremeño Santiago Castelo
Feliciano Correa ha indicado que este trágico desenlace era esperado "desde hace tiempo", ya que el escritor y director de la Real Academia de Extremadura de las Letras y Las Artes "ha luchado entre la vida y la muerte" durante un largo tiempo.
Ha recordado que ambos mantenían una relación de amistad desde antes de que coincidieran en la Academia Extremeña que se remontaba a la época de la Transición, al forma parte de ese grupo de jóvenes intelectuales extremeños "que teníamos inquietud por Extremadura y su futuro".
Asegura que José Miguel Santiago Castelo "no ha sido solo uno de los principales de la poesía en Extremadura, sino en España, con una obra muy pegada al suelo".
También ha destacado "el toque natural de cordialidad" que tenía en sus relaciones personales y profesionales, y ha recordado como cuando la Reina inauguró la sede de la Academia Extremeña de las Letras y las Artes "le soltó un precioso soneto" que hizo sonreír a Doña Sofía.
José Miguel Santiago Castelo tenía, entre sus muchos reconocimientos, la Medalla de Extremadura, máximo galardón de la Comunidad Autónoma, que recibió en 2006.
Aquel año en su discurso dijo no merecer tan grande galardón y destacó como siempre había llevado el nombre de Extremadura como bandera de su vida y de su obra, y que lo había hecho como "terapia".
Según dijo, recordar Extremadura le había ayudado siempre a superar la nostalgia por su tierra, a la que abandonó a los 16 años para irse a la "gran ciudad", y "ahora, sólo por eso me premian, es más de lo que merezco".
Castelo, que recordó que ese año hacía 36 años que escribió su primer artículo, en el "invitaba a los veraneantes a pasar el estío en Granja de Torrehermosa (Badajoz), su pueblo, entre el trigal y la cal, casi nada".
También explicó que pertenece a una generación de extremeños que, "al abandonar nuestra tierra, lejos de olvidarla, volvimos nuestros ojos hacia ella para, desde la distancia, ayudar al vitalismo y empuje regenerador que evitara más emigraciones".
Esta exaltación de Extremadura nada tiene nada que ver con "nacionalismos trasnochados", porque "los extremeños somos marcadamente españoles".
Añadió que ahora que muchos reniegan de España y de ser españoles, "los extremeños nos sentimos orgullosos de serlo, hasta el punto de que si llega el momento, Dios no lo quiera, en que nadie desee ser de España, Extremadura resignará gozosamente su nombre para que en las escuelas se pueda cantar, España dos, Cáceres y Badajoz.
Fuente: HOY