Zamarrilla aparece en la Lista Roja del patrimonio en riesgo de desaparición
SOS. Zamarrilla se viene abajo. El despoblado y los palacios se hunden. Se trata de una joya patrimonial que surgió como aldea en el Medievo y en la que llegaron a vivir más de 200 vecinos a principios del siglo XVIII, según el arqueólogo, historiador, especialista en Historia del Arte y escritor, Víctor Gibello. Su información es la base para que Hispania Nostra haya incluido en su Lista Roja un elemento patrimonial que considera en serio peligro.
Es «uno de los paisajes de mi infancia y adolescencia», explica el propio Gibello en su blog de hoy.es 'Paraísos olvidados' al aludir a su pasión por Zamarrilla. La suya es una voz autorizada. Cuenta como el poblado emerge en torno al castillo, habla de sus magníficas vistas, de esa calle principal alrededor de la cual surgen las edificaciones. Y también de la vieja iglesia de Nuestra Señora de la Esclarecida, ahora irreconocible y convertida en almacén. Zamarrilla inspira paz, sosiego, calma... y ruina.
Se marcharon los antiguos aldeanos del caserío y cambió la historia. Al ser propiedad privada las posibilidades de recuperación se limitan. Hispania Nostra se está tomando el asunto en serio y va más allá de la simple voz de alarma. Su vicepresidente, Carlos Morenés, cree que la administración no puede cruzarse de brazos y permitir que ese lento declive termine con la extinción de lo que Víctor Gibello denomina «el arrabal cacereño» a solo 15 kilómetros de la ciudad, cerca del río Salor.
Carlos Morenés Vicepresidente de Hispania Nostra
«Lo que está pasando es una pena. Si el propietario no actúa, la administración tiene obligación de hacerlo»
«Lo que está pasando allí es una pena. Hablamos de una propiedad privada, pero con un valor patrimonial incuestionable. Si el propietario no actúa, la administración tiene la obligación de hacerlo». Son palabras, duras pero muy explícitas del portavoz de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural y Natural Hispania Nostra, una entidad que se presenta como de utilidad pública, de carácter no lucrativo y que incluye en su Lista Roja aquellos elementos del patrimonio cultural sometidos a «riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial». Zamarrilla cumple todos los requisitos para figurar en esa lista por méritos propios. O más bien por la falta de acción de los dueños de la finca o de la administración.
Hay carteles a la entrada que informan de esa propiedad privada o incluso del peligro que acarrea pasear por allí. Eso no impide que muchos particulares, curiosos, profesionales de la investigación y hasta algún fotógrafo aparezcan entre las antiguas edificaciones y disfruten con esa sensación de que se detiene el tiempo. Morenés incide en que al incluir en la Lista Roja Zamarrilla «se pretende dar la voz de alarma, advertir de lo que está sucediendo». En Cáceres hay otros 23 monumentos en esa situación. El caso más llamativo fue el del Aljibe. Hispania Nostra advirtió sobre su deterioro, pero posteriormente lo retiró de la lista a la espera de que la Junta de Extremadura y el Ministerio de Cultura actúen. Esa intervención de la administración, que no llega, también es posible en Zamarrilla. Morenés plantea dos fórmulas: la de una advertencia al propietario o incluso su expropiación.
Fuente: HOY