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«La Academia deber ir al encuentro con la sociedad»

Javier Pizarro, en su nuevo despacho, en el palacio de Lorenzana en Trujillo. :: JSPTiene claro que su vocación es dar clases en la universidad y la de investigador. A pesar de ello, este profesor en Historia del Arte no se achica a la hora de aceptar diversas responsabilidad. De hecho, en su largo currículum, se detallan numerosos cargos de gestión. Hace tan solo unas semanas, ha sido nombrado director de la Academia de las Artes y las Letras de Extremadura. Por tanto, entre ese continuo ir y venir de Badajoz a Cáceres, ahora, debe sumar una nueva parada en la sede del palacio de Lorenzana situado en Trujillo. ¿Qué supone esta nueva responsabilidad? Jamás me plantee sustituir a José Miguel Santiago Castelo como director y menos en las circunstancias lamentables por su fallecimiento. Fui secretario y tesorero con él de esta institución. Compañeros de la Academia me animaron a asumir este nuevo papel. Para mi, es un inmerecido honor que asumo con enorme humildad, porque no me considero estar a la altura de las personas han ocupado este puesto y que han sido referentes en muchos aspectos de mi vida. Asumo el reto por las palabras de ánimo de los académicos y porque entendía que la experiencia que tengo y he tenido en la vida profesional podía aportar ese plus de gestión, aunque es algo más que gestionar.
«Quizá, hemos estado demasiados encerrados en la sede de Trujillo»
«Bien sabe el presidente de la Junta que esta Academia va a ser independiente y su criterio siempre va a ser el mismo» ¿Qué puede aportar? Desde que me nombraron académico electo en 2003 y después, con la toma de posesión, como numerario en 2005, me he preciado de asumir todas las responsabilidades que han recaído sobre mí. Además, hay que recordar que La Academia o José Miguel Santiago tienen a bien nombrarme tesorero, para sustituir a Antonio Gallego, en unos tiempos difíciles. Tras el triste fallecimiento de Francisco Tejada Vizuete, asumí la secretaría de esta casa. Este trabajo se une a las labores de gestión que he llevado dentro y fuera de la docencia. Todo este bagaje, según los académicos que me animaron a presentarme, daba un perfil que se ajustaba bien a lo que se necesitaba esta casa, sobre todo, en un momento hay que procurar que esta Academia se adapte a los nuevos tiempos. ¿Adaptar la academia a los tiempos es dar un giro? El querido José Miguel Santiago Castelo, cuando me pide que sea su secretario, ya me plantea la idea de abrir la Academia a la sociedad. Su enfermedad no le permitió desarrollar este planteamiento como a él le hubiese gustado. Yo, cuando me presenté a las elecciones a esta casa, di a conocer un programa con cuatro líneas estratégicas. Una de ellas es la transparencia y la eficacia en la gestión. También están la proyección de la Academia a la sociedad extremeña, potenciar la institución como centro cultural de excelencia y de referencia en la región y hacer de Iberoamérica y de Portugal un sello de identidad. Así se lo plantee a los académicos y les hice saber que mi idea fundamental es eso de proyectar la academia a la sociedad. Con ese afán, he solicitado entrevista con los responsables del mundo de la política y de la cultura, los agentes sociales, políticos y culturales y lo seguiré haciendo con el resto de instituciones públicas y privadas para conseguir ese objetivo. ¿Cómo se hace eso? Quizá, hemos estado demasiados encerrados en la sede de Trujillo. Por tanto, quiero que la sociedad se identifique con la Academia, que la vea como algo suyo, como algo que es una suma de personas con un bagaje de conocimientos importantes, de un gran nivel cultural. No quiero que nos vean distantes, sino personas próximas. La Academia deber ir al encuentro con la sociedad. Para ello, hay que hacer actividades fuera de Trujillo. Está claro que la entidad tiene su sede institucional en el palacio de Lorenzana. Sin embargo, la sede cultural de la Academia es toda Extremadura. Lo que pretendo es que la actividad no solo se centre en la ciudad trujillana, que también. Queremos hacer actividades en diversas poblaciones de la región. Para ello, necesitamos el apoyo de las instituciones, que es el segundo reto. Ha comentado que han pasado momentos difíciles, ¿la Academia es necesaria en la región? Absolutamente. En nuestro título primero de los estatutos, se detalla que la función de la institución es ilustrar y resaltar los valores históricos, artísticos, literarios en todos los aspectos y variedades de la región extremeña. Tenemos un papel consultivo fundamental y no siempre se conoce. La Academia tiene que hacer unos informes que son preceptivos para que un expediente para una declaración de un bien cultural salga adelante. Además, es una de las instituciones culturales más prestigiosa de la región. Las personas que estamos aquí representamos una faceta del conocimiento. Es como el templo de la sabiduría para los ilustrados. Asimismo, propicia que los valores culturales y artísticos no se pierdan. Es un empeño que pretendo llevar a cabo. Por ello, a partir de ahora, no solo esperaremos a que se nos solicite informes, sino que también la Academia inicie expedientes para la declaración de bien cultural. ¿Cómo debe ser la relación con la Junta de Extremadura? Hay que recordar que dependemos de la subvención de la Junta. Es nuestro único valedor económico en este momento. Ha hecho el esfuerzo de mantener la ayuda económica, aunque no en la misma media que anteriormente. Asumimos ese recorte porque entendíamos que las circunstancias económicas nos obligaban a respetar esa decisión. Eso si, este director va a solicitar a los responsables regionales que, en el momento que puedan, dispongamos de algún presupuesto más para poder hacer las actividades que pretendemos. Son propuestas que redundan en el beneficio de la región. Nos ofrecemos a la sociedad porque es nuestro deber. Somos servidores de la sociedad en nuestro papel. ¿Cómo afecta el cambio de gobierno a la Academia?. No somos un órgano político. La Academia siempre tiene que mantener la independencia de criterio sea cual sea el color político del Gobierno regional. Hemos sido críticos con el Ejecutivo regional cuando ha hecho falta y seguiremos siendo críticos en los aspectos que debamos serlo. Si perdemos la independencia, perdemos nuestra credibilidad. Es cierto que todos tenemos nuestro sentimiento, pero bien sabe el presidente de la Junta de Extremadura que esta Academia va a ser independiente y su criterio siempre va a ser el mismo. Nuestra actitud debe ser independiente. Además, haríamos un flaco favor a la administración regional, si no fuera así. De igual forma que actuamos con Monago, lo haremos con Fernández Vara, porque además, nos debemos a ello. ¿Qué le queda por hacer? Me queda mucho. Mi vocación es dar clases de universidad y ser investigador sobre patrimonio extremeño e iberoamericano. Sigo siendo un aprendiz de profesor y de investigador. Soy afortunado de tener una profesión que me gusta. Además, soy responsable de esta institución que la siento y que la entiendo, No se puede aspirar a más. Me gusta servir a esta región y no pasar por esta vida sin poner mi grano de arena para la cultura y el patrimonio. Tengo claro que cuando se me ha llamado, es difícil que dé un paso para atrás siempre que se trate de servir a la cultura y a la región.

 

Fuente: HOY

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