Bebe (Valencia, 1978) ya no quiere letras tristes. No es que no le gusten, es que ahora, que es madre, crea de una forma distinta, más alegre. Tras casi cuatro años sin nuevas canciones, la extremeña nacida en Valencia regresa con otra actitud. A su nuevo disco, que se presenta este viernes, le ha llamado Cambio de piel (Warner) porque asegura que se ha reciclado. Las composiciones son más íntimas y elaboradas. Bebe abandona las repeticiones de su último álbum Un pokito de rocanrol (2011) para afirmar que este es su mejor producto. Como novedades añade el piano en su música, algo que deseaba hacer desde hace tiempo. Dice dejar atrás las letras "rabiosas" de Pafuera telarañas (2004) y las melodías "cortaditas y susurradas" de Y. (2009). "Este cuarto disco es muy íntimo, como todos, pero además es muy abierto y luminoso. Refleja mi estado de ánimo". Y es que está feliz, y se intuye por cómo responde. Desde que tuvo a Candela, hace cinco años, no ha hecho más que disfrutar de ella; tanto, que no solo habla de su hija en las letras, sino que su maternidad le ha influido a la hora de componer. "Escribo pensando que ella podrá entenderme más dentro de un futuro. Desde que me levanto estamos juntas, hasta la llevo al colegio con música a todo trapo", dice divertida. La cita con Bebe tiene lugar en un hotel de la plaza Santa Ana de Madrid y, a pesar de un momento incómodo al inicio del encuentro (no le gustan las fotos que le hacen para esta entrevista), cuando se sienta a charlar, se muestra relajada. Hace varios años, su relación con la prensa no fue muy buena después de un encontronazo en el que insultó a los comunicadores. Ella, que alegó que las imágenes de los medios fueron sacadas de contexto, asegura que ahora solo se frena al responder a los periodistas que pretenden desvirtuar sus palabras. "Yo estoy muy tranquila", dice encogiéndose de hombros. A Bebe, los últimos cuatro años le han dado para mucho. Ha cruzado el charco para cantar en Latinoamérica, pero también lo ha hecho en países como Bulgaria, Rusia y en Centroeuropa. Con todo, los últimos 12 meses los ha dedicado exclusivamente a este trabajo, que llega con cambios: "Tengo banda nueva y he vuelto a componer con el productor Carlos Jean. Ha sido maravilloso trabajar con él porque tenemos mucha confianza". De los motivos del cambio no da explicaciones; se limita a responder: "Siempre está bien renovarte, nutrirte de nuevas personas". La artista se ha impregnado de diversos estilos musicales para crear Cambio de piel. "Escucho de tó", dice. "Hace poco escuché detenidamente a Michael Bublé; un Frank Sinatra de ahora. De Natalia Lafourcade me encanta el homenaje a Agustín Lara, Mujer divina, muy delicioso. El disco Solstis del mexicano León Larregui me parece muy sexy para escucharlo por la noche. Y la música negra nunca me falta". Lo que sí le falta es tiempo, al menos para hacer interpretación, lo que estudió. Hace dos semanas le ofrecieron un papel para rodar una película en Nueva York, pero tuvo que declinar porque coincidía con una de sus próximas presentaciones. No es la primera vez que tiene que decir que no al cine, pero Bebe está a otras cosas. "Mi prioridad es la música. Quizás cuando el disco esté más rodadito, intentaré centrar mis energías en otras cosas”, contempla. La artista de canciones como Malo, Que nadie me levante la voz o Siempre me quedará, planea ahora su gira, que comenzará el día 14 de este mes en el Teatro Circo Price de la capital. Este nuevo disco ha arrancado con el sencillo Respirar, aunque ella reconoce que su preferido es Te quiero más que a mi vida. Después de una entrevista de 20 minutos, la dedicatoria se intuye clara y define la esencia de Bebe en este trabajo. "Sabe a Candela". A su hija.
Fuente: El Cultural