Real Academia de Extremadura

Javier Pizarro sugiere que hay que promover que Trujillo vuelva a luchar por ese anhelado galardón. El nuevo director de la Academia de Extremadura de las Artes y las Letras, Javier Pizarro, tiene claro que la institución debe iniciar el trabajo para la realización de expedientes para determinadas cuestiones relacionadas con la cultura de la región. Dos de ellos pueden estar centrados en la ciudad trujillana y, en un futuro, podrían ser una realidad. Este responsable considera que la Academia debe promover que Trujillo siga luchando y alcance el anhelado galardón de Patrimonio Mundial. Señala que, al menos, debería entrar en la lista indicativa, que es el paso previo a esa declaración. Como la ciudad trujillana por sí sola es complicado que obtenga esa marca de calidad, cree que es conveniente buscar aliados y los mejores, en su opinión, son la unión con la dehesa, Monfragüe y Plasencia. No duda de que es un proyecto que sigue siendo viable y, además, vendría bien para la región. Recuerda que supondrían una palanca fundamental para los dos enclaves de primer orden, como son las ciudades trujillana y placentina. Además, se aumentaría el nivel de protección de sus distintos elementos. Hay que recordar que ya se propuso esta unión y al final se quedó en el camino de esa carrera de largo recorrido como es la catalogación de Patrimonio de la Humanidad Otra de las propuestas en las que ya está trabajando la Academia es conseguir otra aspiración de algunos académicos. De hecho, ya se lo planteó en su momento Miguel del Barco. Se trata de la necesidad de que el convento de la Merced de Trujillo sea declarado por la Junta bien de interés cultural. El director de la Academia sostiene que hay suficientes elementos de carácter patrimonial e histórico para que así sea. Este edificio acogió a mercedarios ilustres, como fray Gabriel Téllez, Tirso de Molina, que estuvo como comendador del convento durante un trienio. Esta declaración también puede contribuir a la conservación y mejora patrimonial del edificio. Antes de hacer esta recomendación al Ejecutivo regional, Javier Pizarro quiere ponerse en contacto con el Ayuntamiento para ir de la mano y hacer la petición conjunta. Para ello, debe reunirse con el alcalde, Alberto Casero. Asimismo, el trabajo para hacer la solicitud ya ha comenzado. Se está elaborando un informe de los valores históricos del edificio. Para ello, se va a utilizar un académico correspondiente. Esta labor ha sido encargada al trujillano José Antonio Ramos. Cuando esté terminado el documento y con el consenso del equipo de Gobierno municipal, se elevará a la Junta esa recomendación para que se inicie el expediente para la declaración de bien de interés cultural, en la categoría de monumentos. A partir de ahí, dependería de la Junta. «Lo que hacemos es una recomendación para que el órgano competente de la Administración regional evalúe si procede a la declaración». Con este tipo de trabajos, la Academia, como órgano consultivo, pretende emitir sus informes preceptivos no solo a petición de parte. También quiere iniciar sus expedientes por iniciativa propia.