Envuelta en oro y vestida de azul y rojo, La virgen de la Granada pintada por Fra Angelico hacia 1426 parecía multiplicar esta mañana la luz que baña el claustro de los Jerónimos del Museo del Prado. Junto a ella, la tabla atribuida al artista florentino inspirada en la muerte de San Antonio Abad. La exhibición de ambas obras en el espacio de honor que el Prado guarda para los grandes actos protocolarios se debía a que el Patronato del museo acababa de aprobar la adquisición de la obra por 18 millones de euros pagaderos en cuatro años, sin intereses (10 el Estado, 4 el museo y 4 su Asociación de Amigos) al duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo. Por las ventajosas condiciones del acuerdo y por la donación de la tabla de San Santonio Abad, el jefe de la Casa de Alba ha sido nombrado patrono de honor. Las dos obras pasarán a formar parte de la colección permanente a partir del próximo martes, 26 de enero. Se mostrarán en la galería central frente a La Anunciación, la otra obra del artista italiano propiedad del museo, de manera que, en palabras del director, Miguel Zugaza, el Prado se convierte en un punto de referencia para quienes quieran contemplar y estudiar la creación del gran maestro del Quattrocento italiano. Uno de los miembros del Patronato, Philippe de Montebello, 31 años director del Metropolitan de Nueva York, resumía así la operación: “Es el sueño de cualquier museo. Una obra soberbia por una cantidad asumible”. José Pedro Pérez-Llorca, presidente del patronato, fascinado por el colorido y la luz de la obra, aseguró que La virgen de la granada, la que fuera la obra favorita de la última duquesa de Alba, se ha comprado en unas condiciones muy ventajosas para el museo. “Carlos Fitz-James Stuart nos ha hecho un precio de mecenas. Con esta operación, la Casa de Alba vuelve a entroncar con los orígenes del museo”. Recordó Pérez-Llorca que el primer presidente del Real Patronato del Museo fue Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (Madrid, 1878-Lausana, 1953), XVII duque de Alba. Nombrado vocal del Real Patronato del Museo en 1912, conservó el cargo de presidente hasta su disolución en 1936. En 1939, al constituirse de nuevo el Patronato tras la Guerra Civil, fue nombrado otra vez vocal. Suyo fue el proyecto de crear una Sociedad de Amigos del Museo del Prado. Miguel Zugaza calificó de “pacto entre caballeros” el acuerdo con los Alba. "Aceptó desde el primer momento la oferta y las condiciones del Ministerio. Además, nos regala la tabla de San Antonio Abad. Nadie puede decir que esta haya sido una operación de mercado porque todos hemos remado en una misma dirección. Pérez-Llorca, con un inédito talento, se empeñó en una operación que ha dado un resultado extraordinario”. Para poner la obra en valor, intervino Miguel Falomir, director adjunto del museo y jefe de departamento de Pintura Italiana del Renacimiento. Explicó que La virgen de la granada es una obra extraordinaria pintada en uno de los momentos decisivos de la historia del arte europeo: la Florencia de principios del siglo XV, por uno de sus actores principales: Guido di Pietro (Mugello, 1390-Roma, 1455), más conocido como Beato Angelico o Fra Angelico. Además, se trata de una de las poquísimas obras maestras del período en manos privadas, pues desde que la pintura del Quattrocento italiano empezó a suscitar el interés de críticos y aficionados a principios del siglo XIX, se convirtió en codiciado objeto de deseo de museos y coleccionistas. A día de hoy, las realizaciones más sobresalientes de Masaccio, Massolino y Fra Angelico pertenecen a los grandes museos europeos y americanos. Estas circunstancias, añadidas a su buen estado de conservación, otorgan a La virgen de la Granada una importancia excepcional. Después de asegurar que es una de las pinturas más importantes y mejor conservada de Fra Angelico gracias a que a lo largo de su vida ha permanecido solo en dos colecciones (con los Alba y para la desconocida persona o entidad que lo encargó), aseguró que recoge, como pocas, la esencia del arte de Fra Angelico: la luz y el colorido: oro abundante, lapislázuli en el manto de la Virgen y bermellón en el vestido. El fondo de oro está plagado de minúsculos detalles que recuerdan la formación miniaturista del artista y, toda la pieza, recoge la simbología religiosa de la época. Sobre la tabla donada por los Alba, Miguel Falomir contó que llegó antes de Navidad bastante deteriorada al taller de restauración del museo. Había sufrido golpes en los personales que ocupan la parte de la derecha. Temple pintado sobre madera de chopo, había sido atribuida al círculo de Fra Angelico. Parte de una predela (parte inferior de un retablo) de un altar dedicado a San Antonio Abad, el museo considera que se puede fechar en 1420 y atribuirla a la mano de Fra Angélico. El ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, cerró el acto agradeciendo que este tripartido (Estado, Museo y Asociación de Amigos) ha “trabajado muy bien para enriquecer la colección del Prado. No es un gasto, sino una inversión que beneficiará a todos los españoles”. Por parte de la familia Alba no asistió ningún representante. Se espera que Carlos Fitz-James Stuart asista el martes a la presentación de la obra ya instalada en la colección y en calidad de patrono de honor.
Fuente: El País