Un gestor de fondos destroza los récords de arte al adquirir un ‘dekooning’ por 300 millones y un ‘pollock’ por 200 millones
Kenneth Griffin, una de las figuras más poderosas en el mundo de las finanzas, acaba de convertirse en el protagonista de la compra de arte más cara de la historia. El fundador del fondo de cobertura Citadel pagó en otoño –la compra se hizo pública anoche- 500 millones de dólares (450 millones de euros) por Interchange (1955), un lienzo de Willem de Kooning, y por Number 17A (1948), de Jackson Pollock. El dekooning le supuso un desembolso de 300 millones y el pollock, los 200 restantes.
El dekooning, que hasta ahora era propiedad de la fundación David Geffen —de donde también procede el pollock— se habría convertido así en la obra de arte contemporáneo más cara nunca antes vendida, de acuerdo con los detalles revelados por las cadenas financieras CNBC y Bloomberg, y sería por tanto también la pieza de arte más valorada de la historia, igualada con Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casarás?), de Paul Gauguin, adquirida en febrero de 2015 por el mismo precio por Qatar. Los dos trabajos de los maestros expresionistas abstractos han sido cedidos por el magnate al Instituto de Arte de Chicago, la ciudad donde tiene su firma la sede, y allí están expuestos actualmente en la misma sala. En 1989 Interchange (1955) ya batió récords al ser adquirido por el coleccionista japonés Shigeki Kameyama por 20,6 millones de dólares en una subasta en Sotheby’s en Nueva York.
Griffin, a sus 47 años, es el gestor de fondos mejor pagado de Wall Street y su fortuna personal asciende a 7.400 millones de dólares. El pasado mes de septiembre realizó la mayor operación inmobiliaria en la ciudad de Nueva York, al comprar tres plantas en el rascacielos del número 220 de Central Park South. Pagó por la propiedad 200 millones. El fondo de cobertura, que maneja activos por valor de 26.000 millones, tiene entre sus asesores al expresidente de la Reserva Federal Ben Bernanke. Empezó en el mundo de las finanzas cuando estudiaba en la Universidad de Harvard. Seguía sus inversiones desde el dormitorio gracias a que logró que la dirección del centro le dejara instalar una parabólica. La última crisis financiera se llevó por delante más de la mitad de su fortuna, pero el agresivo inversor logró capear el temporal y ahora su fondo es uno de los que tiene mejor rendimiento.
Ken Griffin en 2013.
Ken Griffin en 2013. Patrick T. Fallon Bloomberg
La colección personal del magnate incluye una obra del artista alemán Gerhard Richter, por la que pagó 46 millones de dólares en una subasta celebrada hace ahora un año en Sotheby´s. Griffin es fideicomisario del Instituto de Chicago desde 2004 y dedicó parte de su fortuna a la ampliación del centro. El pasado diciembre donó 40 millones al Museo de Arte Moderno de Nueva York, en la que está considerada como una de las mayores contribuciones privadas a la institución. Griffin empezó a construir su propia colección privada hace dos décadas. Recientemente, sin embargo, advirtió de los riesgos que corre el mundo del arte, al decir que “se está convirtiendo en un mercado opaco dominado por especuladores y eso impide entender el valor futuro de la obras”.
Las obras más caras (hasta ahora)
Nafea faaa ipoipo. Este gauguin fue vendido en una operación que ascendió a un total de 264 millones de euros. Es la obra de arte más cara en términos absolutos de toda la historia. Adquirido por la Autoridad de los Museos de Qatar.
Los jugadores de cartas. La familia real de Qatar adquirió en febrero de 2012 este conocido lienzo de Cézanne por 191 millones de euros.
Les femmes d’Alger. Christie’s adjudicó el pasado mayo en Nueva York este picasso de 160,8 millones de euros.
Nu Couché. Uno de los últimos trabajos de la corta carrera de Modigliani fue subastada en Christie’s en noviembre de 2015 y llegó a los 158 millones de euros.
El financiero hizo esta reflexión pocos días después de que Nu Couché, una pintura del artista italiano Amedeo Modigliani fuera subastada por 170,4 millones de dólares en Christie’s en noviembre del año pasado. El comprador fue Liu Yiqian, un multimillonario chino que empezó como taxista y vendedor ambulante para acabar especulando en el mercado bursátil y acumular una fortuna de casi 1.500 millones de dólares, según Bloomberg. Aquella adquisición se realizó vía telefónica en una puja que duró nueve minutos, y Liu Yiqian pagó la compra con su tarjeta American Express. “Lo hice así para acumular puntos y que la familia siga volando gratis”, respondió el millonario chino a The New York Times.
La compra que ahora protagoniza el magnate, que se negoció el pasado otoño por la vía privada, supera el récord de 300 millones de dólares que la Autoridad de los museos de Qatar pagó en febrero de 2015 por Nafea faa ipoipo (¿Cuándo te casarás?), de Paul Gauguin, considerada la compra de arte más cara de la historia y que estuvo expuesto en el Reina Sofía posteriormente, desde finales de junio a mitad de septiembre. Los Museos de Qatar ya había adquirido anteriormente Los jugadores de cartas, de Cézanne, por 250 millones de dólares.
Fuente: El País