El Monasterio de Yuste hospeda valores culturales y patrimoniales imprescindibles para conocer la historia de España, pero es además el epicentro de un filón de biodiversidad y un ejemplo para Europa de cómo los diferentes y milenarios usos del suelo han sido compatibles con la conservación. El emperador Carlos V eligió ese enclave para el retiro monacal en sus últimos años de vida, y sin pretenderlo convirtió la ruta que se siguió para su traslado desde el Palacio de los Condes de Oropesa -en la localidad de Jarandilla de la Vera- en uno de los senderos más transitados de España, en un camino que rebosa historia, tradiciones y recursos naturales y paisajísticos. Adosado al viejo cenobio que cobijaba a ermitaños y monjes, el conjunto palaciego-monacal de Yuste se irguió en el corazón de la comarca de la Vera, y hoy pervive abrazado por numerosos espacios que están incluidos en la red europea Natura 2000, como la Sierra de Gredos, el Valle del Jerte, el río y los Pinares del Tiétar o por el Parque Nacional de Monfragüe y las dehesas; todos ellos conectados además por diferentes corredores naturales. Pero además de los recursos naturales y del paisaje que lo rodean, el Monasterio alberga en su interior una importante colonia del amenazado "murciélago mediterráneo de herradura", una presencia que ha motivado la catalogación del propio conjunto histórico como Lugar de Interés Comunitario dentro de la red europea Natura 2000, que pretende garantizar a largo plazo la supervivencia de los hábitats y de las especies más representativos de Europa. Sobre esa colonia de murciélagos se sustentan ancestrales leyendas que han enriquecido el interés por este lugar, y entre ellas la existencia de un largo túnel que conecta el Monasterio de Yuste con el Convento de la Magdalena, un oscuro espacio conocido por los lugareños como "la gruta de los vampiros". Los robledales, los castañares, los almendros o los brezales tapizan un paisaje en el que el agua, las cascadas y las caudalosas gargantas representan los papeles protagonistas, pero escondidas y esquivas habitan el lugar algunas joyas botánicas como el "narciso de los prados" o faunísticas, como el "desmán ibérico", una de esas especies tan amenazada como olvidada y cuya presencia revela la buena salud de un río. El biólogo Daniel Abel Shaad se instaló en esta comarca y se ha especializado en la educación y en la sensibilización ambiental, pero sobre todo ha empeñado su labor en demostrar que las rentables agricultura y ganadería de la comarca tienen que ser compatibles con la conservación de los recursos naturales. "El Monasterio es el foco de todas las estrategias de turismo, pero tiene que ir acompañado de los valores naturales que han motivado que todos estos espacios se incluyan en la red Natura 2000", ha señalado Daniel Abel. En declaraciones a EFE, el biólogo ha subrayado que las milenarias actividades humanas y el clima han propiciado la actual diversidad biológica, y ha insistido en que esas actividades, sobre todo las agrícolas y ganaderas, "no es que sean compatibles, es que son imprescindibles para mantener los recursos naturales actuales. Pero ha insistido también en que todas esas actividades tradicionales han cambiado mucho y necesitan adaptarse a los nuevos criterios que imperan en la conservación, y en la necesidad por lo tanto de que todos los sectores estén bien informados y participen en el desarrollo de los planes de gestión de esos espacios naturales. Daniel Abel Shaad es consciente de que la red Natura 2000 es "una gran desconocida" y de que la inmensa mayoría de las personas desconoce esa figura y lo que significa, pero también está convencido de que se trata de una red que va a brindar "una oportunidad enorme para avanzar en estrategias agrícolas o ganaderas compatibles con la conservación". "Hace falta más información, asesoramiento y participación, pero estoy convencido de que la red Natura 2000 va a ser el motor que consiga mantener esas actividades, asegurar la conservación y mantener a la población", ha concluido.
Fuente: HOY