Más de 1.300 metros cuadrados excavados en siete meses. Es el balance de los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo antes y durante la obra de rehabilitación que actualmente se está realizando en la Alcazaba. La actuación, que se extiende entre los Jardines de la Galera y la Puerta del Alpéndiz, ha contado con un intenso estudio arqueológico gracias al que se ha podido destapar un amplio yacimiento. Ahora, el Ayuntamiento está valorando qué hacer con él. Hasta que el Consistorio pacense tome una decisión al respecto, la entrada a la explanada en la que se encuentran los restos arqueológicos que han salido a la luz permanecerá cerrada para evitar que sufran daños.
La mayor parte de los vestigios que han aparecido se concentran en el solar situado junto a la Biblioteca Regional de Extremadura. Hasta que comenzaron las labores de restauración ese terreno se utilizaba como aparcamiento. Sin embargo, ahora se ha convertido en un campo arqueológico lleno de historia. La zona está plagada de restos de construcciones de diversas épocas.
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La cuestión que el Ayuntamiento de Badajoz tiene entre manos es qué hacer en todo ese espacio. Germán López Iglesias, concejal de Promoción y Turismo, reconoce que en estos momentos los responsables del área están estudiando cuál es la mejor solución. Están analizando si es posible acondicionar los restos y mantenerlos a la luz para que puedan ser visitados o, por el contrario, taparlos hasta que se puedan recuperar y proteger adecuadamente. «Se están barajando varias soluciones, pero todavía no tenemos la definitiva», manifiesta López Iglesias.
El Ayuntamiento estudia si mantener a la luz los vestigios o taparlos hasta que se puedan recuperar
Según apunta el responsable municipal de Patrimonio, esas opciones serían: enterrar el yacimiento y ocultarlo de nuevo bajo tierra; hacerlo semivisitable, es decir que se pueda contemplar desde lo alto de la muralla; o buscar una fórmula para que se pueda visitar accediendo al solar.
«Me gustaría mantener todos esos vestigios históricos visibles, pero depende de muchos aspectos. Por un lado, la Dirección General de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, dependiente de la Junta de Extremadura, debe dar su visto bueno a la recuperación de este espacio. Además, nos gustaría que la Administración regional nos ayudase a salvar esta zona y colaborase con nosotros económicamente para posteriormente poder mantenerla, porque es muy costoso. Si conseguimos su apoyo nuestra intención es tener ese área arqueológica abierta. La idea sería techarla con alguna estructura para protegerla y colocar paneles explicativos. Es nuestro deseo, dejarlo a la luz siempre y cuando tengamos esa posibilidad. Pero si no tenemos dinero para acondicionar ese espacio nos veremos obligados a tapar los restos de nuevo. Aún no tenemos nada decidido. Estamos pendientes de varios informes y reuniones», sostiene López Iglesias.
El edil es consciente de que tiene que resolver esta cuestión en breve, ya que las obras de la Alcazaba están a punto de concluir. Una vez que las labores finalicen, los trabajadores se retirarán de la zona y las vallas también se quitarán. «No queremos soluciones provisionales que puedan poner en peligro el yacimiento», señala.
López Iglesias quiere evitar que los restos históricos permanezcan expuestos sin protección. En la primera intervención que se llevó a cabo en la Alcazaba, en el tramo que abarca desde Puerta de Carros a la torre del Alpéndiz, se descubrieron muchas estructuras de viviendas que hoy en día continúan a la intemperie. Únicamente están acotadas con vallas, pero habitualmente se pueden ver bolsas de plástico y otros restos en estos recintos arqueológicos. «No podemos tener cosas tan importantes a la luz si no podemos cuidarlas porque se pueden estropear por la climatología o se deterioran porque la gente arroja basura. Tenemos que velar por nuestro patrimonio», especifica.
Hasta que se tome una decisión la explanada en la que se encuentra el yacimiento permanecerá cerrada. Una vez que termine l obra, la muralla y el camino de ronda serán visitables pero la zona contigua a la Biblioteca Regional solo se podrá contemplar desde lo alto del lienzo.
Palacio
En ese terreno se han identificado termas árabes vinculadas al palacio de época taifa, instalaciones que sirvieron de corrales para el ganado en el siglo XV y viviendas que se unieron a la casa fuerte de Hernán Gómez de Solís. En este parque arqueológico también se han recuperado las cimentaciones del antiguo Hospital Militar, construido a mediados del siglo XIX sobre lo que fuera el Hospital del Rey. «El yacimiento que ha quedado al descubierto es muy rico y de gran importancia. Gracias a lo que se ha encontrado durante los sondeos se puede hacer una nueva lectura de la Alcazaba. Ahora se podrá comprender mucho mejor el monumento», aseguraban a principios de año Julián Prieto y Jorge López, arquitectos responsables de la rehabilitación del recinto árabe.
En ese mismo área se han encontrado piezas de cerámica y monedas que ahora tendrán que ser analizadas por los arqueólogos que están al frente de estos trabajos. «Tenemos documentada toda la secuencia histórica de la ciudad a través de los materiales hallados en esta obra. Analizar todo nos puede llevar un año», explicaba hace unas semanas Montserrat Girón, arqueóloga de la empresa Tera que ha dirigido las excavaciones.
Fuente: HOY