El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida echa el telón esta semana a su 62ª edición con la puesta en escena de «Marco Aurelio», un montaje inédito en el que se muestra la peripecia vital de este «emperador por obligación» y «filósofo por vocación» con «una integridad moral excepcional».
Así ha descrito al personaje, en rueda de prensa, Agustín Muñoz Sanz, creador del texto original que se representará por primera vez en el Teatro Romano de Mérida del 24 al 28 de agosto, bajo la dirección de Eugenio Amaya y con Vicente Cuesta como actor principal.
En la obra se construye una historia de intriga sobre la peripecia vital de Marco Aurelio, su tragedia personal y la herencia que dejó, en un contexto de reflexión sobre el dilema de gobernar el Imperio desde la razón o la presión del fanatismo de aquellos que se consideraban los herederos de dioses y oráculos.
Esta coproducción del Festival de Mérida y la compañía Teatrapo es la segunda propuesta extremeña después de despedir el domingo «Los Pelópidas», a cuyas funciones han asistido 12.542 espectadores, según ha explicado el director del certamen, Jesús Cimarro.
La programación de este año, según Cimarro, ha girado en torno a héroes y heroínas (Alejandro Magno, Aquiles, Lisístrata) y ahora será el turno de un Marco Aurelio que por fin verá la luz en el Teatro Romano tras «varios intentos» fallidos en estos últimos años. Y lo hará de la mano de Agustín Muñoz, para el que es su primera obra de teatro y «uno de los autores que más ha investigado» sobre la figura de este emperador, ha destacado Cimarro.
Tras reconocer que se encuentra en «un momento muy bonito de su biografía», pues no esperaba esta propuesta «tan apasionante» y de «enorme responsabilidad», Muñoz ha explicado que la obra transcurre en una época, el siglo II d.C., que tiene «un paralelismo con la actualidad realmente impresionante».
«Lo que se dice y lo que ocurre se puede haber visto un rato antes en un medio de comunicación», según Muñoz, quien ha precisado que la obra se divide en dos actos: «uno en Roma en el año 165 d.C. y otro en lo que hoy es Viena en el 180 d.C., última semana de vida de Marco Aurelio».
«Son los mismos problemas, guerra en los dos sitios», ha continuado, para establecer después un paralelismo con lo que está ocurriendo actualmente en Siria y la «guerra ideológica-económica» contra la Alemania de Angela Merkel.
Para Muñoz, Marco Aurelio, «el dueño del mundo de la época», además de «uno de los mejores emperadores de la historia» y «un filósofo estoico tan importante como Séneca», es sobre todo una persona con «una integridad moral excepcional», cuya norma de conducta debería ser -a su juicio- estudiada no solo en las escuelas sino por quienes vayan a tener responsabilidad política.
Un personaje que, para el director Eugenio Amaya, resultará al espectador «elocuente, expresivo y tremendamente cercano» y al que dará vida de forma «magistral» Vicente Cuesta, acompañado de un gran elenco de actores extremeños «de primera línea».
Cuesta, que no es la primera vez que actúa en el Teatro Romano y que se encuentra inmerso en la creación de una compañía, ha indicado que Marco Aurelio es un personaje «difícil», con el que se ha «involucrado» mucho. En la obra, el emperador empieza ya enfermo y «acaba muriendo», siendo ésta «una de las escenas más bonitas» que dice haber interpretado.
En la escena estará acompañado de José Vicente Moirón (Cómodo), Gabriel Moreno (Crispino), Cándido Gómez (Galeno), María Luisa Borruel (Domicia Lucila), María Lama (Faustina), Fermín Núñez (Pompeyano) y Roberto Calle (Alejandro de Abonutico). Un coro de ocho actores y bailarines completan el elenco artístico. Este estreno supone «un antes y un después» para la compañía Teatrapo, que cumple 25 años, por lo que la obra es «un gran regalo de cumpleaños», según el productor artístico José Fernando Delgado.
Fuente ABC