La poeta Ada Salas (Cáceres, 1965) disfruta de la conjunción de planetas que ha hecho salir a la luz dos obras de manera simultánea. «Es algo precioso», reconoce. El Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear acogió ayer la presentación de 'Escribir y borrar' y 'Diez Mandamientos'.
La primera es una antología que recoge toda la trayectoria de esta poeta, cuya voz es indiscutiblemente respetada y aplaudida. Tal y como explica Salas, ha sido José Luis Rozas el encargado de seleccionar sus textos, buscando lo más representativo de cada etapa pero siempre en función de «su gusto personal como lector».
Él destaca el momento de madurez poética de Salas, algo que a la autora le cuesta valorar desde fuera. En lo que sí está de acuerdo es en sentir que, a lo largo de su carrera, ha hecho, «un trabajo serio a lo largo del tiempo».
«No pienso mucho en la reacción de los lectores con lo que escribo, mi poesía no es fácil»
La antología 'Escribir y borrar' es un compendio incompleto, porque ella continúa con la creación, un hilo que arrancó con la publicación de su primer libro 'Arte y memoria del inocente', de 1988, y que ha continuado a lo largo de toda su vida, con respaldos tan importantes como el del premio Hiperión en 1994. Fue la importante editorial mexicana con sede también en España Fondo de Cultura Económica la que ha promovido este 'Escribir y borrar', que también cuenta con varios ensayos de la autora acerca de la creación literaria.
El compromiso de Ada Salas con la poesía es algo vital, «una pulsión que espero que me acompañe siempre». La escritura es forma de estar en el mundo. ¿Piensa a la hora de crear en el lector, en el receptor de esa poesía? Reconoce que no, que no están muy en su cabeza las reacciones que puede generar su poesía, «no es algo en lo que piense mucho, mi poesía no es fácil, pero hay gente que sí me ha comentado que ha sentido emoción». Es como, si de alguna manera, se transmitiera la corriente eléctrica que la acompaña mientras saca sus versos.
'Diez mandamientos' es la segunda obra que se presentó también ayer en Helga de Alvear. Es un proyecto junto a su amigo Jesús Placencia, un destacado artista y arquitecto melillense. Cuenta Ada Salas que éste le pidió un prólogo para un catálogo de su serie 'Diez Mandamientos'. Se trata de una especie de desideratum creado con una fórmula que explora este autor. Son dibujos escritos, palabras que forman figuras. «Me pilló en un momento duro de mi vida y me encantaron, porque eran mandamientos muy vitales, como vivir, respirar, disfrutar».
De ahí surgió la idea del poemario, que se ha materializado gracias a La Oficina Ediciones, una editorial que cuida especialmente el aspecto de los libros. Ada Salas y Jesús Placencia ya habían colaborado antes en 'Ashes to ashes', una obra que publicó en 2010 la Editoria Regional.
Jóvenes
El espacio de la Fundación Helga de Alvear se abrió ayer a esta presentación. No es común, pero el lugar convence a Salas y conviven bien las dos corrientes artísticas. El profesor de la Universidad de Extremadura Miguel Ángel Lama, presentador ayer del acto, fue quien lo propuso.
Profesora de Lengua y Literatura en un instituto madrileño, Ada Salas mantiene una fuerte confianza en el talento y el interés de los jóvenes hacia la poesía. «Mis chicos escriben mucho, y escriben bien». La Literatura, lamenta sin embargo la autora, ha dejado de ocupar un espacio central tras la aplicación de la LOGSE. «Hay que hacer malabarismos», explica.
Fuente: HOY