Juan Manuel Barrado (Huertas de Ánimas, 1962) dice no sentirse presionado por la necesidad de publicar ni de posicionarse en un punto concreto de la esfera literaria. Esta forma 'slow' de contemplar su faceta como creador no está reñida con ese impulso fuerte que le incita a escribir, sin saber muy bien por qué. Es ese carácter sobrenatural de la creación literaria.
Acaba de publicar 'Pertenecemos a lo invisible', una obra coeditada por la editorial asturiana Trea en colaboración con la Diputación de Cáceres. Se trata de una obra dividida en cuatro partes, la última un 'poema río', largo, que ha sido aplaudido por muchos de sus lectores y críticos. Juan Manuel Barrado está ligado a la poesía experimental, una etiqueta que no le lastra, sino que le identifica y con la que se siente a gusto. Está integrado en un proyecto colectivo que se exhibe en el MUSAC (León) y en otro de Málaga. Profesor de Instituto, es autor de 'Suite Celan', 'Fragmentos de cal' o 'Trece de nieve', y su obra ha sido recogida en catálogos y antologías. Hace unos días presentó su libro en la Biblioteca de Cáceres. Está previsto que haga otra presentación de su libro en Gijón.
Cuenta Juan Manuel Barrado que su obra es un poco «un collage existencial», y a ese concepto hace alusión la portada, que se asemeja a un cuadro de Matisse que el artista hizo al final de su vida y cuando ya no podía manejarse con sus manos. Para pintar elaboraba sus obras con trozos de telas que recortaba y pegaba. Iniciaba así una nueva etapa.
El espíritu de este libro trasluce «cierta melancolía por el paso del tiempo», expresa el autor. La última pieza de su obra, el 'poema río' es una especie de homenaje a muchas figuras que van construyendo imágenes. Bob Marley, Truffaut, Kubrick, Marilyn Monroe, Leonard Cohen, Modigliani, César Vallejo, Neruda, Gil de Biedma y un numeroso conjunto de referentes culturales, que son los que, de alguna forma, componen su magma, su ser como artista y como persona. La dedicatoria también trasluce ese sentimiento de melancolía hacia personas que tienen mucho que ver en su faceta literaria, recientemente fallecidas. Una es el profesor universitario Ricardo Senabre y otra Ana Santos, directora de El Gaviero, la editorial gaditana con la publicó su último libro.
¿Que por qué escribo? «Pues no lo sé, porque lo hago desde hace 15 años, porque es lo que me queda tras las clases y los niños, es una necesidad». Es una especie de refugio al que acude «por la noche». Padre de dos hijos gemelos de cinco años, reconoce que su ritmo se ha aminorado, pero que ahí sigue. La paternidad ha imprimido en él una huella, y trabaja en su próximo libro, que dedica a sus dos hijos. 'La luz que se queda en la arena' es «una celebración de la vida, de la selva, de la luz». Tendrá también la estructura de 'poema río' que tan buenos resultados le ha dado en 'Pertenecemos a lo invisible'. La poesía es para Juan Manuel Barrado «un juego, que te hace sufrir pero con el que te lo pasas muy bien».
Además de sus referentes estéticos este autor continúa con sus inquietudes sociales, temática que le ha acompañado durante toda su trayectoria, una mirada empática hacia el ecologismo y las personas que sufren.
La vida de este poeta está, tal y como él cuenta, fuera de los circuitos culturales de la región, pero siempre pendiente de nuevas lecturas. Así que, si se le pregunta por sus hallazgos, cita a la poeta mallorquina Berta García Faet, que publica con la editorial 'La Bella Varsovia' y también a Julio César Galán, cacereño del 78.
Fuente: HOY