Se titula ‘Tartessos and the Phoenicians in Iberia’ (Tartessos y los fenicios en Iberia), tiene cuatrocientas páginas, está encuadernado en pastas duras, su versión en papel cuesta 75 euros y la Universidad de Oxford, que es quien lo publica, lo define como «el primer libro en inglés sobre la más antigua de las civilizaciones históricas del oeste del Mediterráneo». Es un título pionero en el que aparecen repetidamente las palabras Extremadura y Guadiana. Porque la comunidad autónoma, y en concreto el valle de ese río que atraviesa la provincia de Badajoz, son referencias obligadas cuando hay que hablar sobre la cultura tartésica en la Península Ibérica.
Este volumen que abre camino tiene dos autores, y uno de ellos es el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), Sebastián Cecilio. Su firma aparece junto a la de Carolina López-Ruiz, profesora en la Universidad de Ohio (Estados Unidos). Ella se ha encargado de lo relacionado con la filología, y él de todo lo relativo a la arqueología. «Escribir este libro ha resultado una tarea difícil, principalmente porque queríamos que el texto resultara muy claro, accesible», resume Cecilio. No es, asegura, una publicación para expertos en arqueología, salpicada de tecnicismos. Sí, por el contrario, un libro divulgativo, accesible para todo el que esté interesado en conocer más sobre esta civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica hace dos mil quinientos años.
El título ya ha sido presentado en Nueva York, Chicago y Londres, lo que da una pista sobre la trascendencia de un volumen que ya está en las bibliotecas de algunas de las universidades más prestigiosas del mundo. «La publicación de este libro es un salto cualitativo enorme», aprecia Sebastián Cecilio, que es codirector de las excavaciones en El Turuñuelo. Este yacimiento ubicado en las proximidades de Guareña está considerado el más importante de Europa sobre la cultura tartésica. Y esto a pesar de que solo se han desarrollado en él dos campañas de excavaciones.
Portada del libro. :: HOY
La tercera campaña
La primera la financió la Junta de Extremadura con fondos Feder de la Unión Europea, y la segunda el Ministerio de Economía y Competitividad. La tercera, de nuevo con soporte económico a cargo del Estado, comenzará el mes que viene. «La intención es que participen en los trabajos varias universidades, entre ellas la de Extremadura, la de Sevilla, la Autónoma de Madrid o la de Alicante», plantea Sebastián Cecilio, que recuerda que en el valle del Guadiana se han documentado doce puntos de interés arqueológico relacionados con la cultura tartésica.
De esa docena, solo se ha excavado en tres: Cancho Roano (cerca de Zalamea de La Serena), La Mata (en Medellín) y El Turuñuelo. Hasta que empezó a explorarse este último yacimiento, se consideraba a Cancho Roano como el más importante, pues treinta años de trabajos en él habían proporcionado miles de piezas sobre Tartessos. Sin embargo, El Turuñuelo es casi el triple de grande que Cancho Roano. Su tamaño y su buen estado de conservación le han convertido en la referencia a la hora de estudiar el paso de los tartesios por la Península Ibérica, el asunto que ha llamado la atención de la Universidad de Oxford.
«En el libro he intentado hacer una síntesis de los trabajos arqueológicos desarrollados hasta la fecha», condensa el director del IAM, que depende del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y de la Junta de Extremadura. Cecilio estuvo hace unos días en el laboratorio de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Madrid, donde están restaurando las piezas de cobre halladas durante las excavaciones en El Turuñuelo. Cuando estén listas, serán trasladadas al Museo Arqueológico de Badajoz.
Hasta que empezó a explorarse este yacimiento, se consideraba a Cancho Roano como el más importante
En Mérida, en el Instituto de Arqueología, están los restos que no son de cobre. Son cientos de piezas que han salido a la luz durante las dos campañas de excavaciones desarrolladas hasta ahora, que han estado marcadas por la variedad y riqueza de los restos hallados. De hecho, el patrimonio repartido en torno a la vertiente extremeña del valle del río Guadiana ya ha motivado que se comente la posibilidad de intentar crear rutas turísticas basadas en el legado tartésico de la provincia de Badajoz, único en la Península Ibérica.
Fuente: HOY