Aficionados a la astronomía de todo el mundo instalan en la región sus telescopios, que manejan de forma remota
No existe una clasificación de los cielos españoles que sirva para decir de manera categórica que Extremadura es la mejor región para la observación de los cuerpos celestes. Lo que sí hay son certificaciones de calidad para determinados territorios en base a una serie de parámetros, muchos de los cuales se presentan en nuestra comunidad con muy buenos indicadores debido a diferentes particularidades geográficas y sociales.
En la actualidad, la región cuenta con dos reconocimientos de la Fundación Starlight, uno de ellos es el Parque Nacional de Monfragüe, que recibió su catalogación en el marco de la Feria Internacional de Ornitología (FIO) que se celebró el pasado fin de semana, y el otro es el complejo astronómico Entre Encinas y Estrellas, ubicado en el término municipal de Fregenal de la Sierra. «Nuestros objetivos son proteger el cielo nocturno, difundir culturalmente la astronomía, fomentar el turismo astronómico y defender la necesidad de una iluminación inteligente en las poblaciones y el ahorro energético», expone Luis Martínez, director de la Fundación Starlight, entidad ubicada en Canarias que ha creado un sistema de certificación, respaldado por la Unesco, que acredita los espacios que poseen una excelente calidad de cielo y que representan un ejemplo de protección y conservación.
Las condiciones para dicha catalogación son bastante exigentes. Por ejemplo, en la categoría de Monfragüe solo existen una docena de destinos en España y tres de ellos se encuentran en Canarias, mientras que en la modalidad de alojamientos rurales, apenas superan la treintena en todo el territorio nacional. «El cielo de Extremadura es muy bueno y la región está muy preparada para tener un astroturismo fabuloso», indica Martínez.
La escasa nubosidad y la baja contaminación lumínica del territorio son los parámetros más destacadosLa Junta ha identificado diez zonas para la observación de los cuerpos celestes
Los parámetros que se tienen en cuenta a la hora de analizar la calidad del cielo son fundamentalmente cuatro -la nubosidad, la transparencia atmosférica, la nitidez y el brillo del cielo- y todos ellos son cuantificables y se les otorga un valor concreto en los estudios que realizan desde Starlight.
En primer lugar, Extremadura presenta una climatología muy benigna con pocos días nubosos al cabo del año, a lo que se suma que suele haber menos nubes durante la noche que a pleno día, por lo que las condiciones para observar el cielo mejoran. «En el caso de Monfragüe, presenta un porcentaje superior al 70 por ciento de días despejados», remarca Martínez.
Por otro lado, el brillo del cielo hace referencia a la contaminación lumínica y a otros aspectos que pueden hacer palidecer los cuerpos celestes y que no se observen con claridad. «Prácticamente en toda la región se alcanzan valores superiores a los exigidos para la certificación», añade el director de Starlight.
En este aspecto influye el carácter rural de Extremadura y la distancia entre los núcleos poblacionales. «La zona del Geoparque de las Villuercas-Ibores-Jara, en Cáceres, y la comarca de La Siberia, en Badajoz, son los cielos con menos contaminación lumínica de la Península Ibérica», asegura José Antonio Montero, de la empresa Natrural y uno de los pocos guías de astroturismo certificados por la Fundación Starlight que hay en la región.
En lo relativo a la transparencia atmosférica, relacionada con la intensidad de luz que llega hasta el punto de observación, y la nitidez, Extremadura también alcanza buenos resultados gracias a su baja tasa de industrialización, sus escasas emisiones y la alta presencia de espacios naturales.
Todos estos parámetros hacen que la región goce de un importante recurso que tanto la administración pública como la iniciativa privada están tratando de aprovechar para atraer a más visitantes.
Localizaciones
Desde la dirección general de Turismo de la Junta de Extremadura se ha elaborado una guía en la que se han identificado diez espacios en función de su buena localización para observar el cielo nocturno. «También hemos tenido en cuenta su fácil accesibilidad con vehículos», señala Francisco Martín, director general de Turismo. La Sierra de Gata, la Reserva Transfronteriza de la Biosfera Tajo y Sierra de San Pedro, Tierras de Granadilla, Castro Capote en Higuera la Real, la Reserva de la Biosfera de Monfragüe, Sierra Suroeste, el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, el Parque Natural de Alqueva, el Valle del Jerte y el Valle del Ambroz son esos territorios. «En un futuro está previsto hacer un mirador celeste en cada uno de estos lugares y señalizar pequeños senderos con una iluminación inteligente», puntualiza Martín.
En la guía, denominada 'Extremadura, paisaje de estrellas', se incluyen un total de ocho empresas destinadas al astroturismo, lo que ya indica el crecimiento del sector en los últimos años. Una de ellas es el complejo Entre Encinas y Estrellas, que apoyándose en la calidad de los cielos nocturnos de la región ha habilitado módulos 'hosting'. «Son espacios en los que personas de cualquier parte del mundo pueden ubicar sus telescopios y controlarlos de manera remota para observar el cielo extremeño a través de su ordenador», explica Cristina Fabo, responsable del complejo.
En estos momentos tienen catorce telescopios montados y seis reservas para completar otro de los módulos. «Los propietarios son de Rusia, Estados Unidos, Bélgica, Inglaterra, Suecia, Suiza, Alemania, Francia y España», comenta José Luis Quiñones, astrofísico de Entre Encinas y Estrellas. Añade que algunos de los propietarios se desplazaron hasta Fregenal de la Sierra para instalar su telescopio y que otros lo enviaron para que lo montara él. «La mayor parte de las personas que hacen uso de este servicio son astrónomos aficionados, que tienen un nivel muy alto pero que en sus países carecen de las mismas posibilidades para realizar observaciones, aunque también hay algún astrofísico profesional», apostilla Quiñones, que cree que a lo largo de 2017 serán 30 los telescopios en 'hosting' en sus instalaciones y diez más en 2018.
No es el único servicio que prestan desde Entre Encinas y Estrellas. El complejo cuenta con alojamientos rurales y en su oferta está muy presente la astronomía. Además, realizan actividades por toda la región, siempre con el cielo nocturno como protagonista.
En esta línea también trabaja Natrural, que lleva varios años planteando la observación celeste como alternativa a los visitantes que se desplazan a Extremadura. «Nuestra experiencia nos dice que el turista quiere un poco de todo», considera Montero, que remarca que el perfil de sus clientes son grupos familiares y de amigos, en muchos casos con niños pequeños. «Recibimos gente de Madrid sobre todo, no tenemos muchos extranjeros».
Sí coinciden los profesionales relacionados con el sector en que el turismo astronómico está más de moda que nunca. Pese a ello, los datos de personas que llegan a la región atraídos por las actividades relacionadas con el cielo nocturno todavía es muy inferior a la que mueve, por ejemplo, el 'birding'. «No tenemos datos al respecto, ya que contamos con un recurso muy importante pero estamos empezando a crear el producto», asegura el director general de Turismo.
Crecimiento
«Lo fundamental es que quienes gobiernan se den cuentan de que tenemos una mina de oro entre manos y hacer programas serios de desarrollo del astroturismo, así como buscar sinergias con otros valores y riquezas que tiene la región», manifiesta el director de Starlight, que entiende las certificaciones que realizan como el primer paso para desarrollar un turismo sostenible y con un tremendo potencial de futuro que está en pleno crecimiento.
Extremadura parece haber escuchado estas recomendaciones. En la última edición de la Feria Internacional de Turismo la región llevó un planetario, que fue la única instalación de estas características en el marco de Fitur. Además, en cuatro Hospederías de la región -Castillo de Monfragüe, Hervás, Jerte y Gata- «se han instalado una serie de cámaras de alta sensibilidad para observar el cielo», según Martín.
Otra de las recomendaciones que se realiza desde Starlight tiene que ver con la protección del cielo nocturno. Para ello abogan por una iluminación inteligente, incidiendo en las poblaciones de tamaño intermedio. «Ayudaría la implantación de un plan global de alumbrado público que permita adaptar todas las luminarias que puedan ser contaminantes en las zonas limítrofes», relata su director.
La formación del personal también se encuentra entre los apartados que destacan en la Fundación Starlight acerca de las mejoras que debe poner en práctica Extremadura. «Somos los únicos monitores Starlight que hay en la región y para lograrlo hay que hacer unos cursos muy intensos», informan desde Natrural. En cuanto al futuro, «se está intentando hacer un mapeo de todos los territorios de España en función de la calidad de su cielo», adelanta Martínez, que no se atreve a hacer una comparativa entre los distintos territorios en base a este concepto.
Por su parte, el director general de Turismo sí especifica que, según sus datos, «Extremadura tiene los cielos menos contaminados para la observación de la bóveda celeste de toda la Europa continental y que a medio plazo va a existir una clasificación, porque ya se está trabajando en localizaciones valoradas con estrellas».
Si en algún momento hay un listado de este tipo, parece bastante probable que los cielos extremeños ocupen las primeras posiciones.
Fuente: HOY