Todavía resulta provocador. Han pasado 45 años desde las obras iniciáticas del artista Jürgen Klauke pero su contemplación, en pleno 2017, logra transmitir desenfado, libertad, descaro y experimentación. Un arte que conecta con las tendencias 'glam' de aquel momento pero que ha superado las décadas conservando todo su poso expresivo. Un acto comunicativo que no queda solo en un intento de provocación estética, sino que además plantea cuestiones sociales de calado, como el género y la identidad o los cambios socio-culturales y políticos.
La trayectoria del artista alemán, nacido en 1943, supone un interesante camino por una evolución compleja que va desde el exceso hasta refinamiento y más recientemente, el existencialismo. Todo ello puede verse en el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear de Cáceres hasta el próximo 11 de febrero (casi un año) a través de 27 obras. Son mayoritariamente fotografías (un total de 18), dos dibujos y siete vídeos de 'performance'. Se proyecta además un documental que da cuenta del relevante papel de este artista. En su primera etapa, la «setentera», pueden verse imágenes muy provocadoras donde él mismo sale vestido al estilo David Bowie. Son escenas donde no falta el humor y el juego, el descaro.
Las obras de ampliación avanzan «a su ritmo»
Aunque estaba proyectado que el autor llevara a cabo una conferencia en el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, un problema de salud le impidió hacerlo. No pudo, pues, transmitir sus vivencias artísticas. En un vídeo de 2010 la propia Helga de Alvear recordaba cómo recibieron los padres de Klauke al joven, vestido de rojo, con pechos, tal y como aparece en una de las obras que pueden verse en esta exposición. «Sus padres tenían una taberna en Alemania, cuando su madre vio así de rebelde al niño se echó a llorar, pensó que ya se le había echado a perder, y el padre le dijo que si se volvía a vestir de rojo le iba a echar de casa, porque pensó que era comunista».
«Hay algo indecible en su obra, algo que se nos escapa y hace que nos interroguemos»
María Jesús Ávila, responsable del centro de Artes Visuales subrayó la importancia de este tipo de exposiciones. «La colección Helga de Alvear tiene una serie de artistas que están representados con mucha extensión, exahustivamente, y que nos permiten hacer recorridos por la trayectoria de estos artistas desde sus inicios hasta su producción más reciente». Además de ser uno de los autores más importantes del panorama europeo, «es el más rebelde», destacó. «Es subversivo, provocador, utiliza el arte como una herramienta de resistencia, y que, desde el inicio de su trabajo, en 1972, va a usar su propia imagen y su propia figura como vehículo para reflexionar sobre cuestiones estéticas y cuestiones sociales». Durante los años 70, cuando aún no se había iniciado por parte de la teoría del arte el discurso sobre el género y la identidad, él abre brecha y experimenta. El gesto, el maquillaje y el vestuario le ayudan para llegar a todas sus finalidades expresivas.
Paso a la elegancia
A partir de los años 80 lo grotesco se va transformando en elegante y lo directo y evidente se hace más misterioso. De estos años hay fotografías de la serie 'Very de nada', con fotografía escenificada.
En ese momento opta por el gran formato y por los contrastes entre blanco y negro y ofrece una serie de escenas donde se plasman todas las transformaciones surgidas con la sociedad de consumo y las tecnologías. «Ante este contexto el artista se va transformando y esas transformaciones pasan a su obra». Una de las claves para entender a este artista es que siempre «hay algo indecible, algo que es irrepresentable, algo que se nos escapa y hace que nos pongamos delante de la obra y nos interroguemos», apunta Ávila. Plantea una reflexión crítica.
Jürgen Klauke también ha estado interesado en el arte visual, y registró en vídeo inquietantes performances. «Es una parte importante para su trabajo porque él considera que este tipo de acción en directo con el público le ofrece la posibilidad de sentir la cercanía del espectador, es decir, que las acciones que desarrolla delante de la cámara hagan que el espectador sea un elemento más de su obra».
A la presentación de ayer acudió la secretaria general de Cultura de la Junta, Miriam García Cabezas, que expresó su deseo de «de atraer a mucha ciudadanía de Cáceres a este foco cultural».
Esta muestra convive con 'Idiosincrasia: las anchoas sueñan con panteón de aceituna', una exposición de cerca de 40 autores que se clausura el próximo 9 de abril. Queda poco más de una semana para disfrutarla.
Fuente: HOY