La primera mujer que fue elegida presidenta del Parlamento Europeo, en 1979, Simone Veil, considerada una figura del feminismo tras legalizar el aborto en Francia en 1974 como ministra de Sanidad, murió este viernes a los 89 años, anunció su familia.
Veil, superviviente como adolescente judía al campo de exterminio nazi de Auschwitz, falleció en su domicilio de París, fue galardonada en 2008 con el Premio Carlos V, que otorga la Fundación Academia Europea de Yuste.
La Junta de Exztremadura, el Patronato, los miembros de la Academia y todo el equipo de la Fundación Academia Europea de Yuste han lamentado la «enorme pérdida» de Simone Veil, «una gran persona política, defensora de los derechos de las mujeres y europeísta convencida», y se han sumado al dolor de su familia y amigos.
El premio lo recibió de manos de don Juan Carlos, que la puso de ejemplo de la construcción de la Europa unida, democrática y tolerante que reconoce la fuerza del diálogo y la integración.
Al recibir el galardón, Simone Veil reafirmó su compromiso con la reconciliación y la construcción europea a la vez que puso de manifiesto que quedaba mucho por hacer en el ámbito de la igualdad entre hombres y mujeres.
Veil destacó que pertenece a la generación «nacida entre guerras que enlutaron no sólo a Europa, sino por culpa de Europa, al mundo entero».
Señaló que pese a que tras su trágica adolescencia «podría parecer paradójico que desde los años 50 militara por la reconciliación entre Francia y Alemania».
«Estaba convencida de que sin esa convergencia la paz no podría estar asegurada; temía incluso que hubiera pronto una nueva guerra», explicó.
De igual forma, denunció que todavía hoy son muchas las mujeres que se sienten con frecuencia discriminadas y ha indicado que como «mujer coartada» no ha dejado nunca de luchar porque la discriminación respecto a la mujer desapareciera.
En su opinión «queda mucho que hacer en este ámbito» porque las mujeres siguen siendo víctimas en la desigualdad, en el empleo, en los ascensos, en la remuneración y particularmente en el acceso a las funciones más elevadas.
Fuente HOY