Lo que en principio parecía que iba a ser un complejo sistema de cisternas en el subsuelo de la antigua iglesia de Santa Catalina han resultado ser siete criptas funerarias cristianas colmatadas de huesos humanos. Su reposo eterno se ha visto interrumpido por los sondeos arqueológicos que se vienen desarrollando desde hace algo más de un mes en el interior del antiguo templo.
Sin ahondar demasiado en el suelo, han salido a la luz cámaras funerarias de origen cristiano, donde están enterrados personajes ilustres y familias privilegiadas del Badajoz de los siglos XVII y XVIII. Hasta ahora se sabía que allí reposaban los restos de Guillermo Tutavilla, sobrino del Duque de San Germán, el canónigo Juan Solano de Figueroa o Damiana de León y Silva, benefactora de los jesuitas. Pero hay más.
Y es que Santa Catalina, levantada en el siglo XVI frente a lo que hoy es el Museo de la Ciudad Luis de Morales, es una de las iglesias más famosas y antiguas de Badajoz y, por ello también, lugar de enterramiento de las familias nobles. Con esta costumbre se acabó a inicios del siglo XIX, cuando se promulgó la prohibición de dar sepultura en el interior de los templos por motivos sanitarios.
La estructura funeraria que de momento ha brotado del suelo de Santa Catalina -ya que solo se ha hecho la excavación de aproximadamente la mitad de la superficie de la iglesia- está formada por una cripta en forma de 'L' con cinco cámaras funerarias, que a su vez están subdividas en varias, probablemente porque tenían un uso familiar compartido, similar al del panteón. Las criptas más importantes son las que están más próximas al altar, lo que se determinaba en función de la preeminencia familiar o de la aportación al mantenimiento del templo.
Esta estructura se concentra en la nave central de la iglesia y a ella se accede por unas escaleras. También se han descubierto otras dos sepulturas en el crucero del templo.
Junto a las criptas funerarias han descubierto osarios, un cúmulo de huesos arrojados en una fosa para entierros secundarios, normalmente para ganar espacio para nuevos enterramientos.
En las criptas no se esperan encontrar ajuar o depósito junto a los restos óseos -una tradición de enterramiento de origen pagano-, pero sí cabe la posibilidad de que se hallen alhajas o algún otro tipo de adorno personal.
La dimensiones de las criptas son de 1,10 de ancho y de entre 1,50 y 1,60 de largo. Se sabe también que en época relativamente reciente han sido reutilizadas como escombreras de alguna obra cercana a la iglesia.
De momento, en este mes de catas arqueológicas se ha avanzado poco. Hasta el momento, se ha excavado una cripta y otra está a medias. Se está a la espera de que el promotor de la obra de Santa Catalina, en este caso el Ayuntamiento de Badajoz, y el constructor, la UTE Ferrovial Agroman-Edificaciones Villanueva, acuerden avanzar en el proyecto arqueológico. De momento, la mitad de la iglesia está sin tocar porque aunque las catas han dado un resultado positivo no se han autorizado las excavaciones.
Zona de reserva arqueológica
Teniendo en cuenta que Santa Catalina es zona de reserva arqueológica, parece lógico que se llevara a cabo la excavación completa a niveles más profundos. No en vano, durante las obras del parking subterráneo de Santa María llegaron a aparecer hasta restos prerromanos. En este sentido, Patrimonio podría tener la última palabra, si obliga a la excavación de la antigua iglesia.
Junto a las excavaciones, el estudio antropológico de los restos óseos encontrados podrían aportar información relevante sobre las causas del deceso y extrapolar datos sobre la población y las condiciones de vida del Badajoz del siglo XVII.
Además de las criptas funerarias halladas en el interior del templo, en el patio han aparecido unas cisternas, pero tampoco se ha completado su excavación.
El proyecto de rehabilitación de la iglesia de Santa Catalina que prevé su reconversión en un centro cultural contempla levantar la cota del suelo actual, por lo que no arrasaría los restos hallados hasta ahora. Sin embargo, si finalmente no se realiza la excavación completa del solar, se perdería una oportunidad de conocer el pasado de la ciudad. Y es que aunque en Badajoz se están desarrollando en estos momentos excavaciones en varios puntos de la ciudad, la de Santa Catalina es la de mayor enjundia.
Fuente HOY