Trujillo cuenta ya con el plan director de la muralla que permite dotar al recinto amurallado urbano, considerado Bien de Interés Cultural, de una hoja de ruta completa y documentada, basada en estrictos criterios técnicos y científicos, para conocerla correctamente y, a partir de ahí, optimizar la conservación de este monumento. El estudio ha sido dirigido por el arquitecto Juan Ignacio Rosado Feito por 85.305 euros, bajo la supervisión de los técnicos de la Secretaría General de Cultura. En la presentación estuvo la secretaria general de Cultura, Miriam García Cabezas, acompañada del director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urbán y el alcalde Alberto Casero.
Dicho documento, elaborado durante más de un año, incluye las necesidades de restauración, intervenciones, mantenimiento, modalidades de gestión, programas de difusión y estudios económicos de acuerdo con las características y la entidad de las murallas, construidas por los musulmanes en el siglo X, reformadas en el siglo XI y ampliadas en los siglos XIII, XV y XVI.
La responsable regional de Cultura destacó que este documento servirá para recuperar de forma «rigurosa y coherente» los restos de las murallas y propone tanto las intervenciones más inmediatas como las que puedan ir surgiendo a medida que se vaya acometiendo la recuperación del cerco amurallado.
Conforme a las estimaciones del plan director, en los próximos diez años, se plantea un orden de cinco prioridades a desarrollar cada una en dos años, para lo que se estima una inversión de unos 19 millones de euros, indicó Miriam García.
Por su parte, el arquitecto Juan Ignacio Rosado propuso llevar a cabo en un primer la revisión del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Trujillo, promover la conservación y restauración del recinto amurallado, o dinamizar a nivel social y económico algunos espacios.
El plan establece cuatro grandes unidades sectoriales que, a su vez, se subdividen en otras, como son el encuentro de la muralla con el berrocal en su sector norte y occidental, el entorno del castillo, las puertas de San Juan y Santiago, y el sector sur.
Algunas de las patologías detectadas son debidas a acumulación de humedad ambiental, elementos metálicos sin tratar, filtraciones de agua, tráfico rodado, movimientos de terreno, descohesión del mortero de las juntas, plantas herbáceas, grafitis, pérdida de mampuestos, grietas en la estructura y líquenes.
Los trabajos a desarrollar van a prestar especial atención a las causas del deterioro reflejadas en la fase del estudio patológico, donde se identificaron los agentes y causas del deterioro, así como el análisis especifico de los elementos a restaurar. De ahí que, las actuaciones prioritarias de cara a la intervención se centrarán en la consolidación y restauración; a la reconstrucción de volúmenes y a dinamizar su puesta en valor e incluso uso turístico y paisajístico mediante el diseño arquitectónico de estructuras que permitan la accesibilidad a estos espacios.
Por su parte, Casero destacó la importancia del documento presentado, ya que permitirá que «a lo largo del tiempo se pueda conservar el recinto amurallado, ya que Trujillo es una de las ciudades de Extremadura que más tramos de muralla conserva».
Fuente ELPERIODICOEXTREMADURA