Alonso Guerrero (55) se refugió en el piso de 70 metros en el que vivía con su segunda mujer cuando conoció el compromiso de su primera esposa, Letizia Ortiz (45). Profesor de literatura de instituto, las cámaras tardaron poco en ubicarle cuando se supo que Don Felipe había escogido a una periodista divorciada como futura esposa. Y le encontraron. Estaba en su casa de Guadalajara, un piso en el centro de la ciudad de dos plantas, donde vivía con la también profesora -de matemáticas- María del Carmen Astero Martín (54), de la que se separó hace seis años. El tercer protagonista de la historia de amor del entonces Príncipe de Asturias sólo recibió a CRÓNICA en su casa. En el perfil del primer marido de la Reina se retrataba a un hombre sencillo y educado, que prometía hacer de la discreción su máxima desde el momento en que su ex entró en la Casa Real. "Sólo escribo sobre lo que me apetece. No voy a meterme en ese asunto [en referencia a su ex mujer]. No por nada, sino porque no me inspira", afirmó ante las páginas del dominical de EL MUNDO. Durante estos años, Guerrero ha sido consecuente con esa afirmación y ha continuado con una vida sin nada extraordinario.
En octubre se cumplirán 15 años del anuncio del compromiso de los Reyes. Tres lustros desde que Alonso Guerrero vio su nombre en los telediarios y las cosas han cambiado poco para el profesor. Continúa dando clases a diario. Dejó el instituto de Alcalá de Henares donde ejercía como profesor para reencontrarse con su pasado en las aulas donde surgió el amor con Letizia. Así, tras la boda de los actuales Reyes, Alonso recuperó su cátedra en las clases de Bachillerato en el instituto Ramiro de Maeztu. En los pasillos de ese colegio público, Alonso conoció a Doña Letizia cuando ella llegó al centro con 15 años procedente de otro colegio público. En el último curso de la Reina, el profesor y la alumna comenzaron una relación que, 10 años después, el 8 de octubre de 1998, culminó con una boda en Almendralejo (Badajoz). Una ceremonia civil ante 90 invitados. El matrimonio duró un año.Todo eso debió rememorarlo Guerrero cuando pidió regresar al Ramiro de nuevo. Quizá por ello, en 2016 solicitó un nuevo cambio de plaza. Dejó el colegio donde conoció a su primera esposa y el pasado septiembre comenzó a dar clase en el instituto Beatriz Galindo, situado en la calle Goya de Madrid. En el tiempo libre que le dejan sus actividades como profesor, Guerrero siempre se ha dedicado a escribir. Lo último conocido de su obra fue Un día sin comienzo, un libro en el que noveló el 11-M. En esa ocasión, Guerrero acaparó varios titulares, más por su faceta de ex marido de la Reina que por la de escritor. El nombre del autor, de hecho, siempre va vinculado a su condición de ex y no a su prosa, algo que, según su entorno, le contraría aunque acepta.Pese a ello, Guerrero se mantenía firme en su decisión de no hablar sobre la Casa Real, algo que le llevó a rechazar cheques en blanco por traicionar a la Reina. Su silencio podría responder, además de una cuestión de lealtad, a la relación que todavía mantiene con Doña Letizia y con Don Felipe. Alonso ha coincidido en varios actos literarios con los Reyes, quienes en todos ellos se han acercado a hablar con él y se han interesado por su vida en Guadalajara, su terreno en Almendralejo y sus clases. En una ocasión, la Reina le preguntó por el alcalde de Almendralejo que ofició su enlace y que es amigo de juventud del escritor, dando muestra de la normalidad en la relación.
Como Alonso desvela en exclusiva en este suplemento, Casa Real nunca le ha ofrecido dinero por su silencio. La relación es correcta y cuando el autor acude a actos de los Reyes, se le invita como indica el protocolo y sin dar mayor importancia. Por ello, no se ha pedido a Zarzuela autorización ni opinión a la hora de publicar El amor de Penny Robinson, el libro donde Guerrero rompe la promesa que hizo hace 15 años. En las páginas de LOC, Guerrero da a entender que prefiere contar su historia antes de que otros sigan hablando de él. Por eso el protagonista de la novela responde a su nombre. Una justificación que se sostiene, ya que la ambición económica no está detrás de un hombre que no ha variado su vida en estos 15 años de personaje público. Sigue empadronado en el piso donde le encontró CRÓNICA en 2003, continúa pasando temporadas en Almendralejo, donde su mujer también disfruta, ya que Alonso encontró el amor por segunda vez en brazos de una extremeña con la que no tiene hijos. Un vecino de Guadalajara asegura que tras la expectación inicial, ahora Guerrero "lleva una vida normal, ya nadie le reconoce por ser el ex de la Reina". Esta vez, el escritor ha elegido ser el protagonista.
Fuente ELMUNDO