A Olivenza se le conoce fuera por la impronta de su pasado portugués en las calles, en el arte y en su cultura. Por ser también la anfitriona del inicio de la temporada taurina en España y la meca de la técula mécula. Sin embargo, lo que puede hacer que su nombre sea conocido en todo el mundo son sus murallas y la herencia militar de su historia de casi seis siglos como bastión militar.
Olivenza quiere ser patrimonio de la humanidad y para lograrlo irá de la mano de la candidatura que Portugal va a presentar ante a la Unesco, para que se reconozca mundialmente la red de fortificaciones abaluartadas de la Raya.
Las credenciales que presenta Olivenza las enumera el responsable de su Oficina de Turismo, Servando Rodríguez: cinco kilómetros de muralla y nueve baluartes, un alarde de ingeniería militar moderna tan extensa como ineficaz para la defensa. A esto se suman las construcciones militares que han sobrevivido como cuatro cuarteles, la puerta del Calvario, polvorines, fosos o revellines o galerías de contra minas.
Estas defensas se hicieron a un lado y otro de la frontera en el siglo XVII, precisamente durante las guerras entre los reinos de España y Portugal. De ahí el tipismo de sus construcciones que dan coherencia a esa red de fortificaciones abaluartadas que pretende obtener el reconocimiento mundial. Así lo reconoce Moisés Cayetano, doctor en Historia y director de la revista O Pelourinho: «La singularidad de estas fortificaciones es que forman un sistema defensivo planificado y coherente. Se conciben para defenderse unas a las otras contra el enemigo que está enfrente».
Olivenza presenta, sobre esto, una característica que la hizo especialmente vulnerable. «Estaba rodeada por el enemigo por todos lados y solo unido con la corona de Portugal por el puente de Ajuda, que era lo primero que destruían los españoles cuando atacaban», relata Servando Rodríguez.
Además de su patrimonio fortificado, otra credencial que puede presentar a la Unesco es su excepcionalidad histórica como municipio que ha pertenecido a España y Portugal. «La mayor aportación que Olivenza puede hacer a un proyecto transfronterizo como este es que es una ciudad que fue utilizada como defensa entre dos territorios y hoy es símbolo de la unión entre ellos», argumenta Pilar Aranda, del área de Turismo del Ayuntamiento de Olivenza.
La iniciativa para ser patrimonio mundial lleva gestándose dos años. Los municipios portugueses de Valença do Minho (al norte), Almeida (en el centro) y en el Alentejo Marvão y Elvas (esta última ya es Patrimonio de la Humanidad a título individual) integran la candidatura que se va a presentar y en la que Olivenza, ya tiene la mano tendida.
Portugal ya está en condiciones de lanzar su candidatura, asegura Moisés Cayetano, pero a esta lista inicial de fortificaciones pueden ir sumándose otras, una vez que se esté ya en la carrera por el título mundial. En este sentido, Olivenza ya va un paso por delante tras ser aceptada por los municipios lusos para entrar en su lista de la red de fortificaciones abaluartadas de la Raya.
Precisamente, ayer dio el primer paso para armar su candidatura con la celebración de las primeras jornadas sobre fortificaciones abaluartadas y el papel de Olivenza en el sistema luso-español, celebrada en este municipio. «Estoy entusiasmado. Antes no habíamos trabajado en esta línea y ahora es el momento. Creo que cumplimos todos los requisitos para que Olivenza sea en un futuro Patrimonio de la Humanidad», manifiesta su alcalde, Manuel J. González.
No hay plazos. Olivenza tiene que esperar a que Portugal dé el primer paso para luego sumarse y en este tiempo, armar la candidatura y llevar a cabo las acciones de restauración necesarias para que sus murallas estén en perfecto estado de revista para la Unesco. Debía además lograr la adhesión de la Junta de Extremadura a su candidatura, algo que ya ha conseguido, como confirmó ayer la secretaria general de Cultura, Miriam García-Cabezas en la clausura de las jornadas referidas.
La posibilidad de que Olivenza obtenga el título de patrimonio mundial abre un universo de posibilidades al municipio, que tiene une espejo próximo donde mirarse, Elvas. «Lo que supondría para Olivenza lo hemos visto en Elvas, cuyo turismo ha crecido muchísimo».
Además, añade Aranda, llegarían fondos -hoy escasos- para preservar su patrimonio militar. «Esta candidatura significaría conseguir mucha más financiación para la recuperación de nuestra muralla, porque aunque la conservamos bastante bien, hay tramos que necesitamos recuperar», reconoce.
Junto con Olivenza, del lado español también estarían en condiciones de aspirar a la candidatura mundial -a ojos de Cayetano,- Alcántara (Cáceres) y Ciudad Rodrigo (Salamanca).
Fuente HOY
