El cacereño Manuel Pascual estudió piano, pero lo suyo no es la música clásica. Prefiere irse más atrás. Hasta el Renacimiento y el Barroco temprano.
Manuel se especializó en música antigua en la Universidad de Basilea y en 2003 fundó Hexacordo, una agrupación especializada en la investigación y la difusión del Renacimiento español.
Trabajan con instrumentos extinguidos o de los que solo quedan réplicas en los museos. Pascual es de los pocos instrumentistas profesionales de España -no hay más de diez- que toca el cuerno de vaca y la corneta renacentista, una pieza de madera, envuelta en cuero y con boquilla de cuerno bovino muy distinta a la de viento metal de nuestros días.
Hexacordo se acerca hasta personajes históricos relevantes y le busca su contexto musical. En el estudio de los Reyes Católicos, Manuel se topó con piezas que se tocaban en su palacio firmadas por 'Badajoz'. «Me llamó la atención y fui aglutinando todo lo que encontraba». El topónimo, explica, corresponde a Garci Sánchez, un músico y poeta de Écija que descendía de Badajoz. Adoptó el apodo artístico en referencia a la ciudad de sus padres. Nació en 1460 y murió en 1526. Según las investigaciones de Manuel Pascual que destacó, sobre todo, como vihuelista -una especie de viola medieval- y poeta. Lope de Vega elogio su obra literaria. «¿Qué cosa iguala a una redondilla de Garci Sánchez», escribió.
Sus composiciones musicales estaban incluidas en el Cancionero Musical de Palacio. El manuscrito incluía 548 canciones, era una especie de lista de éxitos que escuchaban Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. «Estaba el décimo en ese libro, lo que indica que era de los más importantes de la época».
Con la intención de rescatar su legado, Manuel y su compañera Laura Puerto tocaron el lunes por la tarde en la Iglesia de San Andrés un repertorio con la música que escuchaban los Reyes Católicos. El recital se incluye en el Ciclo de Música Sacra que organiza la Filarmónica y patrocina la Diputación de Badajoz. «Es una forma de rescatar el patrimonio extremeño, que el público tenga conciencia de que en el siglo XVI aquí había compositores y artistas que se ganaron la vida».
Fabricación propia
La recreación musical de hace cinco siglos convierte a los músicos también en historiadores. Tienen que fabricarse sus propios instrumentos con materiales de la época porque no hay constructores especializados. Tampoco muchos solistas a los que acudir. «La corneta es muy complicada. Como pintar con tinta. Muy sutil, al mínimo esfuerzo suena desafinada. Por eso mucho de los que empiezan desisten».
Laura Puerto toca el arpa ibérica, un modelo que solo existió en la Península Ibérica hace seiscientos años. Tiene las cuerdas cruzadas, una inclinada hacia al derecha y otra a la izquierda.
Aunque se trata de un estilo minoritario, la música antigua se beneficia por arrastre del auge de series y películas históricas. «La crisis se notó. Había que recortar en ciclos y festivales y la música antigua se conoce menos que la clásica. Pero ahora hay algo más de reclamo». En esta nueva etapa influye la apuesta de las productoras audiovisuales, que en la mayoría de los casos incorporan bandas sonoras a músicos con técnica, instrumentos y conocimientos de la época.
Manuel, por ejemplo, participó en la banda sonora de 'Juana la Loca', de Vicente Aranda o 'La conjura del Escorial', de Antonio del Real. Para la serie 'Isabel' le llamaron varias veces pero no coincidió porque tenía otros compromisos. «Nosotros formamos parte del atrezo. Es mucho más caro recurrir a museos para que te cedan una pieza a nosotros. Por eso nos reclaman».
El empujón audiovisual también se nota en los conciertos, a los espectadores especializados que saben encuadrar el contexto histórico se suman poco a poco espectadores de esas series y películas. «Engancha mucho. No tiene nada que ver con la música clásica y es algo que no puedes escuchar en otro sitio». Hexacordo participó en varios certámenes del cuarto centenario de la edición de El Quijote y giró por los institutos Cervantes de Inglaterra. La agrupación varía de componentes, pueden llegar a más de diez, según el repertorio y el tipo de concierto.
Fuente HOY