Javier Pizarro (director de la RAEX): “Hay una obligación moral de sustentar dignamente las instituciones que atesoran el mejor de los bienes de un pueblo: la cultura”
Con el ceremonial acostumbrado, la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes celebró en Cáceres, el pasado 4 de octubre, la sesión de apertura del curso académico 2018-19. Los académicos accedieron al salón de actos, cedido para la ocasión por el obispado de Coria-Cáceres, a los acordes del himno de la Academia interpretado por el Orfeón Cacereño.
El director de la Real Academia, Francisco Javier Pizarro Gómez, dio la bienvenida a las autoridades y al público y concedió la palabra, en primer lugar, al secretario de la institución, Manuel Pecellín Lancharro para que diera lectura a la memoria del curso pasado. El Secretario dio cuenta de las reuniones celebradas por la institución tanto en juntas generales como de la Mesa, de la toma de posesión de nuevos académicos, de las publicaciones editadas, de la marcha de la pagina web institucional, de los trabajos elaborados tanto por la RAEX como por sus miembros, así como sobre los conciertos firmados con otras instituciones y sobre los congresos en los que han participado los académicos.
Se refirió en concreto al ingreso en la RAEX de José Luis Bernal Salgado, catedrático de Literatura Española y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UEX, y de su toma de posesión con un discurso titulado “Literatura para vivir, el profesor y el poeta cuerpo a cuerpo”,
Informó igualmente sobre la incorporación de dos nuevos académicos: el periodista y escritor José Julián Barriga Bravo para cubrir la vacante de Francisco Tejada Vizuete, que fue Secretario de la RAEX, y de María del Mar Lozano Bartolozzi, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura, cubriendo la vacante de quien fuera director de la Raex, José Miguel Santiago Castelo.
Manuel Pecellin recordó que las actividades de la Academia se inspiran todas en lo que establece el art. 2 de sus Estatutos, a saber “exaltar los valores históricos, artísticos y literarios en todos sus campos y variedades de la región extremeña...”.
(ver texto completo)
A continuación, el director de la Academia concedió la palabra al académico numerario José Miguel de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos, quien impartió la lección inaugural del curso bajo el título “Hitos que han ido forjando la conciencia regional de Extremadura”. Comenzó su intervención manifestando que no ha sido fácil alcanzar la identidad entre todas las villas y ciudades que integran hoy la región extremeña. Ha habido, incluso, momentos en los que parecía que nuestra comunidad o no iba a llegar a existir o iba a disolverse la unión ya conseguida. Y no solo por el carácter de algunos de nuestros paisanos de antaño, que movió al sacerdote de Jaraicejo Francisco Gregorio de Salas a escribir en el siglo XVIII aquella famosa décima que comienza con los versos “espíritu desunido anima a los extremeños”, sino también porque la propia organización política ha parecido en muchas ocasiones que tendía más a la disgregación que a la unión de nuestros pueblos y de sus habitantes.
El conferenciante terminó diciendo que “la vieja aspiración de nuestra tierra de participar en las Cortes del Reino, conseguida con la compra del voto en el siglo XVII, tiene ahora una nueva dimensión, pues no solo participa Extremadura en las tareas legislativas de la Nación a través de sus representantes en el Congreso y en el Senado, sino que en los momentos actuales, desde 1983, se autogobierna en los numerosos ámbitos de competencia que tiene legalmente atribuidos”.
“Al amparo de estas supremas instituciones autonómicas de gobierno y administración regional –añadió- han surgido diversas instituciones en distintas esferas de la vida ciudadana que llevan orgullosamente el nombre de nuestra región, como esta misma Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, fundada en 1980, máximo órgano cultural de la región, que por su dedicación y aportación a la sociedad extremeña bien merece, tanto por parte de los poderes públicos como de la misma sociedad civil, una atención más cuidadosa y efectiva que la que actualmente recibe. La existencia de todas estas instituciones ha contribuido en los últimos cuarenta años a reforzar el sentimiento de pertenencia de todos nosotros a esta región” (ver texto completo)
Seguidamente el académico numerario y censor de la Raex Feliciano Correa Gamero procedió a presentar a dos personas a las que la Academia desea expresar su reconocimiento con la entrega de sendos documentos que acreditan los méritos contraídos por los galardonados, Bartolomé Gil Santacruz , empresario extremeño , y a José Antonio Ramos Rubio, cronista oficial de la ciudad de Trujillo. “Ambos –dijo Feliciano Correa- tienen un denominador que les hace sentarse juntos esta noche para que su dedicación sea honrada al tiempo que nos honran a todos. En los dos se da la condición de tener un corazón generoso. Ya que resulta palpable al otear su discurrir, y en lo que concierne a esta real institución, el beneficio aportado que debe ser tomado en consideración y eso hacemos hoy” (Ver texto Parte I) (Ver texto Parte II)
Los dos galardonados agradecieron el homenaje y resaltaron la tarea de la Academia.
A continuación, el director de la RAEX, Francisco Javier Pizarro Gómez, pronunció el discurso inaugural de curso en el que trazó las líneas de actuación de la Academia en los próximos meses. La Real Academia de Extremadura –manifestó- cumple sus obligaciones y ahora lo sigue haciendo en momentos difíciles y de cambios, en tiempos cruciales para su futuro.
“En anteriores ocasiones y con este mismo motivo -manifestó el director de la Academia- no he tenido más remedio que llamar la atención sobre la difícil situación que atraviesa la Real Academia de Extremadura. Espero que llegue el momento en el que pueda decirles que los tiempos de dificultad han sido superados. Pero, hoy por hoy, lamentablemente no es así y no encuentro mejor momento para ponerlo en evidencia”
“El año pasado –reiteró- afirmaba que esta Academia está acostumbrada a sobrevivir por debajo de sus posibilidades y a trabajar por encima de las mismas, lo que solo puede hacerse merced al sacrificio personal. Un frío cálculo economicista o empresarial, algo muy alejado del espíritu académico, habría aconsejado “producir” de acuerdo con las posibilidades del momento. Haber reducido nuestras actividades y servicios en la misma proporción de las subvenciones habría sido ruin y miserable. No es ese el espíritu académico. Por el contrario, las hemos multiplicado, como habrán advertido por la memoria de actividades leída por el Sr. Secretario. Sin embargo, esta actitud ni se reconoce, ni se agradece ni se aprecia, pues no se traduce en los gestos de apoyo de los que estamos tan necesitados en este momento y cuya ausencia arrastramos desde hace ya demasiado tiempo”
Más adelante señaló que “hay una obligación moral, no obligación administrativa es cierto, pero si una obligación moral de sustentar dignamente las instituciones que atesoran el mejor de los bienes de un pueblo: la cultura. Me permito en este momento hablar también en nombre de otras entidades que están pasando por una situación semejante a la nuestra, pues, lamentablemente, no estamos somos en esta insostenible situación. Es evidente que, con o sin presupuesto, necesitamos estar más presentes en la sociedad, contribuir aún más de lo que lo hacemos en estos momentos para formar parte de la opinión pública y a de la masa crítica que tanta falta hace en nuestra región. Es necesario hacernos oír y desde aquí insto a mis compañeros de Academia a ello. Les insto a que, de manera constructiva y leal, contribuyan con su palabra, escrita o pronunciada, en los foros locales, regionales y nacionales a conformar opinión en los temas que acucian a esta tierra, a este país y a este continente. Insto también a los responsables de las instituciones de este país, pero especialmente a los de esta tierra para que nos escuchen y consideren nuestras opiniones, aunque vayan en la dirección contraria a sus preferencias.
Si no somos visibles, procuraremos que, al menos, seamos audibles y leíbles” (ver texto completo)
El acto finalizó con la intervención del Orfeón Cacereño que, bajo la dirección de la profesora María del Castillo Ventosa Cosío, y presentado por el musicólogo extremeño Emilio González Barroso, interpretó diferentes composiciones de autores extremeños. El Orfeón cacereño fue fundado en 1964 aunque tiene antecedentes desde 1903. El Orfeón es “medalla de Extremadura” y ha obtenido reconocimientos en diferentes Comunidades Autónomas.