La Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes celebró sesión solemne, el sábado 8 de junio de 2019, para recibir como académica de número a Maria del Mar Lozano Bartolozzi, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Extremadura. El acto, celebrado en la sede de la institución (Palacio de Lorenzana de Trujillo), estuvo presidido por su director Francisco Javier Pizarro Gómez, en presencia de un numeroso grupo de académicos, autoridades y representaciones institucionales, entre las que se encontraba el director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, Francisco Pérez Urban, así como catedráticos de diferentes Universidad y representantes de la sociedad extremeña.
Después de la lectura del nombramiento, la nueva académica fue acogida en el estrado conducida por los académicos de más reciente ingreso José Julián Barriga Bravo y Jose Luis Bernal Salgado. Seguidamente, procedió a dar lectura a su discurso de ingreso bajo el título “Patrimonio perdido. Paisajes sin memoria”. Comenzó recordando su llegada a Extremadura y en este sentido señaló que sus primeras palabras serían de agradecimiento a “esta tierra extremeña, que con el viejo reino navarro configuran mi sentimiento telúrico”. Se refirió más adelante a la coincidencia de que uno de sus primeros alumnos en Extremadura, Francisco Javier Pizarro, fuera el encargado de responder a su discurso de ingreso y director, por otra parte, de la Real Academia. “Recuerdo – afirmó- que fue un alumno especialmente clarividente, al que desde el principio le interesó la Historia del Arte a través del camino de la investigación y la docencia universitaria. El urbanismo, la arquitectura, la emblemática y el espacio hispanoamericano, fueron vías por las que trascurrieron sus pesquisas en archivos, viajes y congresos. También su inquietud y capacidad organizadora hicieron que participase en importantes proyectos como el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica, y la responsabilidad de ser el Delegado de Reales Sitios de Patrimonio Nacional en el Monasterio de Yuste. Ahora, junto a sus trabajos en la Universidad de Puebla y otros centros científicos de México, es el director de esta Institución, además de haberse convertido en un gran maestro”.
Se refirió después a José Miguel Santiago Castelo, fallecido el año 2015, a quien sucede en la medalla número 20. Lo definió como hombre culto, amante de lo castizo y lo cosmopolita, autor e impulsor de distintas acciones culturales. De él destacó que fuera director de esta Real Academia desde 1996, Medalla de Extremadura, promotor y director del Centro Unesco de Extremadura y miembro de la junta directiva de la Asociación de Escritores de Extremadura.
Entró seguidamente a desarrollar el contenido de su discurso comenzando por hacer una referencia documentada a aquellos monumentos o espacios culturales del patrimonio extremeño que han desaparecido o han sufrido importantes deterioros. Puso como ejemplo, el jardín renacentista del duque de Alba en Abadía, el edificio “la Chicuela” de Cáceres, los poblados industriales de Aldea Moret, el espacio ferroviario de Monfragüe, el puente de ferrocarril construido por Eiffel de 1880 en el vado de Alconétar, así como otras edificaciones y entornos urbanos de la ciudad de Cáceres.
El recorrido histórico del patrimonio perdido sirvió a la nueva académica para formular una firme y valiente reivindicación de protección de los espacios monumentales e históricos de la Comunidad. En este sentido afirmó que “es relativamente reciente la ampliación de los criterios de valor hacia la imagen del pasado. Desde hace unos años las cartas internacionales y los estudios sobre el Patrimonio nos recomiendan catalogar, analizar, conservar, rehabilitar en su caso, no solamente el patrimonio monumental histórico artístico, sino también el patrimonio contemporáneo, el patrimonio industrial, los paisajes naturales y culturales, los perfiles de los paisajes urbanos y sus periferias. De ahí los Planes Nacionales y el interés actual por la relación del Patrimonio con las comunidades locales. Sin embargo, estos criterios no han sido asumidos todavía por gran parte de la sociedad, porque hemos dejado caer demasiadas obras, hundirse bajo las aguas, ser derribadas, a veces bajo consideraciones únicamente económicas. Y la población necesita más concienciación y pedagogía, así como la separación de determinadas jerarquías del patrimonio como única razón para conservarlo”
La nueva académica de la RAEX dijo más adelante que “el patrimonio arquitectónico del siglo XX constituye un testimonio material de su tiempo, lugar y uso. Su significado cultural puede residir tanto en sus valores tangibles, su ubicación, diseño, sistemas constructivos, instalaciones, material, estética y uso, como en los intangibles, los históricos, sociales, científicos, espirituales o su genio creativo, o en ambos”
“La sociedad tecnológica actual – añadió- nos permite manejar nuevas herramientas para rehabilitar las edificaciones, también para reactivar la memoria, y para lograr un turismo con nuevas ofertas trabajadas a escala territorial. La tensión entre los usos históricos y las alternativas para el siglo XXI son claves para su conservación”
(Texto íntegro del discurso de ingreso de María del mar Lozano Bartolozzi)
Respuesta del director de la Real Academia
En su respuesta, el director de la Real Academia, Francisco Javier Pizarro Gómez, comenzó haciendo un breve relato histórico de las circunstancias, vivencias y razones de su relación docente y universitaria con la nueva académica y de los méritos que la han hecho acreedora de estar en la máxima institución cultural de la región, como es la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes.
Recordó más adelante la feliz contribución del recordado Ricardo Senabre Sempere, fundador del Colegio Universitario de Cáceres, germen de la actual Facultad de Filosofía y Letras, y de la llegada de la Dra. Lozano Bartolozzi a dicho Colegio avalada por una brillante carrera tanto en la Universidad de Navarra como en la Complutense de Madrid, así como por la “tutela académica de excepcionales profesores, como el querido y admirado Dr. Bonet Correa”. “Llegó a aquel embrión universitario -añadió- con la amplitud y apertura de miras académicas y científicas que solo maestros, en el más excelso sentido de la palabra, como don Antonio saben inculcar y contagiar. Les hablo de algo que afortunadamente pude comprobar personalmente en su casa-biblioteca-museo de Conde de Xiquena. No son muchos los historiadores del Arte que están adornados de esa capacidad de crear escuela. Al Dr. Bonet le adorna dicha capacidad y a la Dra. Lozano también”
El director de la Real Academia y encargado de responder a la nueva académica manifestó seguidamente que “con esa amplitud de miras la doctora Lozano Bartolozzi comenzó su tesis doctoral sobre la arquitectura y el urbanismo de la ciudad de Cáceres, rompiendo los moldes y estereotipos que sobre esa realidad se habían vertido hasta ese momento. Y el contagio fue inevitable para quienes acudíamos a sus clases o a sus conferencias, de manera que supo crear en su entorno un grupo de investigadores atraídos por esa manera diferente de entender la Historia del Arte”
“Pero su labor por Cáceres, y por extensión a toda Extremadura, no se quedó solamente en la investigación, pues su compromiso por el patrimonio en general e histórico-artístico en particular ha sido infatigable e igualmente contagioso, iniciando proyectos de investigación que hoy son una palmaria realidad, como es el caso de su dedicación a los paisajes culturales extremeños. Era inevitable que las administraciones responsables del patrimonio extremeño confiaran en ella para el desarrollo de programas, exposiciones, proyectos y cargos de responsabilidad. Como sucedió felizmente para bien del patrimonio regional cuando tuvo que desempeñar durante ocho años la dirección científica del Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida, desde donde lideró numerosos e importantes proyectos de investigación I+D para bien del patrimonio emeritense y, por ende, de toda la región. En definitiva, una dirección científica con proyección hacia la sociedad que ha sido reconocida en los foros nacionales e internacionales de mayor prestigio
Su labor como comisaria de exposiciones del más variado espectro, directora y fundadora de revistas dedicadas a la Historia del Arte y la conservación del Patrimonio, como “Norba-Arte”, fundada inicialmente por el Dr. Andrés Ordax, o “Mérida. Ciudad y Patrimonio”, el importante papel en FORO SUR (Feria Iberoamericana de Arte Contemporáneo), la nutrida relación de conferencias y ponencias en eventos nacionales, europeos e iberoamericanos y sus numerosas publicaciones en forma de libros, artículos, catálogos de exposiciones, etc. la acreditan como una profesional altamente respetada, cuyo reconocimiento se puede apreciar más allá de las fronteras regionales y nacionales.
Así pues, con el sugerente título de Patrimonio perdido. Paisajes sin memoria, la Dra. Lozano Bartolozzi está haciendo expresión de ese compromiso ético y de su voluntad de seguir haciendo gala del mismo en esta institución. Ese título es, en efecto, manifestación expresa de su voluntad por continuar sirviendo a esta tierra con su bagaje de conocimientos y saberes acumulados a lo largo de su brillante trayectoria científica, avalada con seis sexenios de actividad investigadora por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, el máximo al que se puede aspirar y conceder en el actual sistema universitario de acreditaciones”
Seguidamente, el director de la Real Academia de Extremadura procedió a entregar la medalla y el documento acreditativo de su incorporación a la institución, dando por finalizado la solemne ceremonia de ingreso.
Los académicos y el público se trasladaron finalmente a la sede de la Fundación “Xavier de Salas” para departir durante un coctel-almuerzo.