- Como había sido escrito -
El clima,
los paisajes,
el calor de la gente,
el silencio, los gestos, las palabras,
los nombres, los acentos,
la era, el mar de trigo, los olivos, la encina,
el color de la tarde, la tormenta, la sombra de la palma,
la torre de ladrillos, el olor del rastrojo,
los cipreses, el Cristo y aquellas nubes blancas tantas veces cantadas en tus versos…
decidieron aquella tarde abrazarte en tu ausencia.
Agradecidas por tantos loores,
se desparramaron del verso a goterones por una esquina blanca
de aquel libro;
y, tras largo coloquio enmudecido,
la era y la palma decidieron guardar tu nombre en su susurro,
como había sido escrito.
Bartolomé Miranda Díaz
Carrión de los Céspedes, 29 de mayo de 2017
NOTA: Estos versos nacen de la añoranza de quien aún no se conforma con el susurro de su nombre.