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El historiador francés, Christian Duverger, asegura que el autor de 'La historia verdadera de la conquista de la Nueva España' fue el conquistador y no Bernal Díaz del Castillo

El historiador y antropólogo francés, Christian Duverger, profesor de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, acaba de arrojar una bomba en las tranquilas aguas de la historia de la literatura en español y en la percepción del pasado de españoles y mexicanos. En su libro, Crónica de la eternidad, fruto de 10 años de investigación y presentado el jueves en la capital mexicana, demuestra que Bernal Díaz del Castillo nunca pudo escribir La historia verdadera de la conquista de la Nueva España y que su autor no fue otro que el propio Hernán Cortés como señalan las pruebas reunidas. El cronista-soldado, el testigo crítico de la Corona y de la versión oficial de la historia, el viejo cascarrabias sentimental, obsesionado con la recompensa económica y el reconocimiento de su gloria, el gran periodista de la Conquista de México se desvanecería para  dejar su lugar al conquistador. El bachiller de Salamanca, el aventurero renacentista, el señor de la guerra satanizado por la historia, se convertiría así en un líder humanista y, como añade Duverger, “en el verdadero fundador, como dijo Carlos Fuentes de Bernal, de la novela latinoamericana”. Crónica de la eternidad, escrita como una investigación policial que hace su lectura amenísima –“decidí no enfocar mi mensaje para el mundo académico y sus polémicas sino para el gran público”-, va señalando paso a paso las incongruencias de la Historia verdadera que impiden que Bernal Díaz del Castillo sea su autor. Pero ¿cómo nadie reparó en ellas en todos estos siglos? Duverger responde: “Muchos dudaron, pero la fuerza de los esquemas mentales, de los prejuicios, los disuadió. Yo pertenezco a una escuela de historiadores que fomenta la duda cómo método. Y lo primero que me sorprendió es que Bernal abre su  crónica diciendo “terminé de escribirla el 26 de febrero de 1568 en Santiago de Guatemala, sede de la Audiencia (de los Confines)…”, cuando la Audiencia en esos años estaba ¡en Panamá! Nadie revisó eso, ¿por qué mis colegas no lo descubrieron?” Esa fue la primera pista, pero vendrían más. Por ejemplo, Díaz del Castillo, que hace gala en su crónica de gran intimidad con Cortés durante la Conquista, no es citado por éste en ninguna de sus Cartas de relación ni aparece en ninguna lista de la época de los poco más de 500 hombres que le acompañaron; comienza a escribir a los 84 años lo que sería un caso portentoso de memoria; lo hace para enmendar la plana a la supuesta versión oficial de fray Francisco López de Gómara, pero su Historia de la conquista de México publicada en Zaragoza en 1552 fue prohibida por la Inquisición al año siguiente y jamás viajó a América; presume de ser un soldado raso pero despliega una gran erudición con citas de clásicos griegos y latinos o de la Biblia impensables en alguien de su condición. 'Crónica de la eternidad' retrata al conquistador como un líder humanista satanizado por la historia Además, sostiene el historiador francés, un análisis del estilo de la crónica revela que su autor estaba impregnado de prosa latina y construcciones propias del náhuatl, que solo alguien como Cortés, según Duverger, fascinado con México e “inmerso en un proceso de mestizaje pudo dejar que penetraran en su manera de escribir en castellano”. Dos características que coinciden con las Cartas de relación del conquistador. Duverger va eliminando candidatos a la autoría entre la docena de compañeros de Cortés que sabían leer y escribir –ninguno pudo ser testigo de todo lo relatado- hasta toparse con el conquistador. Crónica de la eternidad, una segunda parte de Cortés, la biografía más reveladora, publicada también en México por Taurus en 2010, comienza a desvelar el misterio al entrar en los años finales de éste cuando vuelve a España, un periodo al que se ha prestado poca atención. Frente a la idea tradicional de un Cortés aislado y perdedor, el historiador se centra en la etapa (1543-1546) que pasó en Valladolid y descubre a un hombre intelectualmente muy activo, que organiza en su casa una academia en la que se dan cita los notables de la ciudad y se discute sobre temas como “el cronista y el príncipe” o “la historia oral y la historia documentada”.

Duverger acusa a un hijo de Bernal Díaz del Castillo de falsificar la autoría de la crónica En esos años, asegura Duverger, es cuando el conquistador, que ha visto cómo todas sus cartas al emperador Carlos V “no solo han sido prohibidas sino también quemadas en plaza pública” en 1527, concibe su plan. “Cortés decide que su público es el futuro. Está orgulloso de lo que hizo y es consciente de que la marca que el hombre deja en la tierra es más fugaz que los libros. Si la Corona quiere matar su
memoria, borrarle de la historia, él sabe que su aliada es la posteridad”. Cortés contrata a López de Gómara, a quien confía sus archivos para que escriba la historia oficial –en su testamento dejará dicho que se le paguen 500 ducados por el trabajo- al tiempo que él escribe sus memorias, “inventando al personaje del soldado anónimo con la libertad de un novelista”, dice el historiador, que subraya que la estructura de las dos obras es idéntica. Cortés muere en 1547, la obra de Gómara es prohibida –“su poseedor corría el riesgo de pagar una multa altísima, equivalente al precio de 20 mulas”- y su manuscrito permanece oculto durante dos décadas. Pero la sublevación de los tres hijos de Cortes en México al frente de los herederos de los conquistadores contra las Leyes de Indias que amenazaban con confiscar sus propiedades en 1566 resucita el texto. La crónica escrita por Cortés viaja a América con intención de convertirse en el gran golpe de efecto que legitime la causa de los primeros criollos. La conspiración fracasa y los hijos del conquistador son detenidos y enviados al exilio. Antes, los hermanos envían “el documento a Guatemala, donde vive Bernal, uno de los pocos supervivientes de la Conquista” y cuya existencia está por primera vez documentada en 1544.

Su hijo, Francisco Díaz del Castillo, afirma Duverger, aprovecharía la oportunidad de mejorar su posición en sus pleitos “convirtiéndose en hijo de héroe”, haciendo modificaciones para incluir el nombre de su padre e incurriendo en flagrantes contradicciones “como criticar algunos párrafos de Gómara que nunca aparecieron en su versión dada a la imprenta” y que solo pudo conocer Cortés. El manuscrito sufriría algunas manipulaciones más hasta su definitiva impresión en Madrid en 1632 con el título que conocemos y la autoría de Bernal. En la obra de Duverger, Cortés aparece como un héroe y Carlos V como un villano. “Para Cortés, el emperador es un personaje débil, que pasa  el tiempo guerreando por Europa. No entiende que en plena era de las exploraciones, de la apertura de nuevas rutas comerciales, se desaproveche la oportunidad. Tras 15 años en Santo Domingo y Cuba, cuando entra en México instala una convivencia diferente a la de la Corona. Impone su visión mestiza y no la genocida que se ha practicado en el Caribe”. “El México mestizo que conocemos hoy es producto de la visión de Cortés”, afirma el historiador, que espera impaciente la reacción del público de ambos lados del Atlántico a su hallazgo y sueña con que algún día la Historia verdadera se publique bajo el nombre de su verdadero autor: Hernán Cortés.

LUIS PRADOS México 9 FEB 2013 - 00:08 CET162

La Fundación ReBross crea la Escuela de Letras de Extremadura en Cáceres con el propósito de impulsar la creación literaria «En la Fundación ReBross la mayoría somos gente de 45 a 55 años a la que nos gusta la literatura, y tenemos hijos que queremos que también les guste la literatura», comenta Paco Rebollo, presidente de la Fundación, al anunciar el nacimiento de la Escuela de Letras de Extremadura, cuyas siglas forman la letra ELE: L de lectura y L de literatura. «Crear esta Escuela de Letras es una iniciativa que deseábamos ponerla en marcha desde hace tiempo, y que atienden a una necesidad de Cáceres y Extremadura que nos había llegado con insistencia; además responde a uno de nuestros fines fundacionales, que es la promoción cultural».

La ELE, marca que han registrado, tiene su sede en el piso 6º C del número 15 de la avenida de España en Cáceres (el edificio Coliseum). Es la sede de la Fundación, en donde se han creado aulas específicas para el desarrollo de cursos permanentes sobre escritura y conocimientos relacionados con la práctica literaria. Los dos primeros cursos se impartirán a partir de abril. Serán sobre escritura creativa en niveles 1 y 2, que impartirán, respectivamente, el poeta y licenciado en Humanidades Urbano Pérez, y la escritora y profesora de Lengua y Literatura Pilar Galán. Los cursos, en sesiones de dos horas semanales, se  prolongarán hasta junio y se retomarán en octubre. El precio será de 50 euros al mes. «Ese dinero no es para la Fundación, que es una entidad sin ánimo de lucro, es para el mantenimiento del aula y el pago a los profesores». Otra de las personas que dará uno de los cursos será la poetisa Ada Salas, «ha dicho que si hace falta viene andando desde Madrid a Cáceres para dar el curso».

La ELE cuenta con un consejo asesor integrado por: Isabel Pérez, presidenta de la Asociación de Escritores de Extremadura; Miguel Ángel Lama, profesor de Literatura Española de Uex; el poeta Urbano Pérez; y los miembros de la Fundación ReBross Paco Rebollo y Pepe Viñuelas. La presentación de la Escuela de Letras de Extremadura se hizo ayer, después de que la Fundación mostrara un nuevo número de su revista de cine 'Versión Original' que cumple 20 años. Es un monográfico sobre la medicina y el cine en el que colabora el Colegio de Médicos de Cáceres. ReBross también organiza el Festival Solidario de Cine Español de Cáceres, que este año se desarrollará del 4 al 16 de marzo. Las personas interesadas en los cursos de la ELE pueden llamar a los teléfonos 927 244 873 y al 661 542 777. También pueden enviar un correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

El próximo día 8 de junio tendrán lugar en Garrovillas de Alconétar (Cáceres) las III Jornadas de Historias Locales de Extremadura. El plazo de presentación de comunicaciones para las jornadas y de obras para optar al Premio Alconétar de Inéditos Locales está abierto hasta el 30 de mayo y 30 de abril, respectivamente.

Más información en: www.garrovillasdealconetar.es

«Zurbarán es el primer diseñador español», ha dicho esta semana el modisto Elio Berhanyer durante la presentación en el Museo del Traje de Madrid de 'Santas de Zurbarán: Devoción y Persuasión', una exposición que acogerá el Convento de Santa Clara de Sevilla el próximo 3 mayo próximo.

«El pintor extremeño se inventó los trajes de las santas y creó vestidos que no existía», dijo Berhanyer, quien piensa que Zurbarán, además de influir poderosamente en la obra de Cristóbal Balenciaga, es el primer creador de moda española. De la misma opinión en el presidente de la Asociación de Creadores de la Moda de España, Modesto Lomba, quien ha desvelado que «Zurbarán, antes de pintar sobre el lienzo, trabajaba los vestidos de las santas con gran virtuosismo técnico sobre maniquíes, como lo hacemos los modistos». Según Lomba en las pinturas de Zurbarán llama la atención el tratamiento de los tejidos, los ricos y exquisitos tafetanes, los soberbios pliegues, los originales volúmenes y la elección de los colores, así como su luminosidad.

Esta exposición, proyecto original del Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento, ICAS, y el BBVA, fue presentada en el Museo del Traje, acto al que asistieron el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, la bailaora Eva Yerbabuena y Jaime Sáenz de Tejada, director de BBVA de España y Portugal. Para esta muestra, los diseñadores españoles Elio Berhanyer, Ágatha Ruiz de la Prada, Devota y Lomba, Francis Montesinos, Ángel Schelesser, Juan Duyos, Pedro Moreno, Ana Locking, Roberto Torreta, Hanníbal Laguna y Vittorio y Luchino crearán un modelo inspirándose en una de las pinturas del pintor contemporáneo de Velázquez.

Así, mientras Ágatha Ruiz de la Prada ha creado un vestido para Santa Águeda, el diseñador cántabro Ángel Schlesser lo hace para Santa Catalina y el madrileño Juan Duyos para Santa Eufemia. Ana Locking vestirá también a Santa Catalina, Hanníbal Laguna a Santa Polonia, Vittorio y Luchino a Santa Isabel de Turingia, Roberto Torreta a Santa Marina, Elio Berhanyer a Santa Casilda y a Santa Isabel de Portugal y Pedro Moreno a dos ángeles turiferarios. «Que la elegancia zurbaranesca sea objeto de inspiración por parte de nuestros más influyentes diseñadores es un acontecimiento significativo para reconocer detrás de este valiente y singular acontecimientos», ha explicado el comisario de la exposición Benito Navarrete Prieto.

Gracias a la generosidad de otros museos, la exposición contará con pinturas de Zurbarán procedentes de The National Gallery de Londres, del Museo del Prado, Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la Colección Masaveu de Oviedo, el Musei di Strada Nuova, Palazzo Bianco de Génova y el Museo Carmen Thyssen de Málaga.

Pero este proyecto no solo es pintura y moda. En él también tienen cabida la danza y la música. El espectador, en el claustro del Espacio Santa Clara, podrá disfrutar de una coreografía excepcional con música antigua interpretada por la Orquesta Barroca de Sevilla, dirigida por Eva Yerbabuena. El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoilo», aseguró que con esta exposición y otros proyectos que tiene previsto para su ciudad durante el 2013, desea que la capital andaluza sea un «emporio cultural».

31.01.13 - 00:06 - EFE | MADRID.

 

Hasta el 8 de febrero en badajoz

Muestra sobre los métodos formativos de los maestros en los siglos XIX y XX. Pueden verse memorias de prácticas y manuales de caligrafía, listas de notas y expedientes de quienes abrieron camino al Magisterio

El material fue recopilado por María José Mateo mientras realizaba su tesis doctoral Las Escuelas Normales de Maestros (1844) y Maestras de Badajoz (1855) supusieron un cambio fundamental en el panorama educativo de la región. Por primera vez en la historia de Extremadura, se incorporaban al mundo de la enseñanza generaciones de jóvenes formados en la ilusión de contribuir a la alfabetización de unas clases populares que carecían de medios para dar a sus hijos una formación académica. Ambas escuelas fueron el antecedente inicial de la actual Facultad de Educación de la UEx y es de destacar la labor de la Escuela Normal de Maestras, donde un grupo de profesoras entusiastas y cultas llevó a cabo durante años la tarea de tratar de incorporar a las mujeres al mundo de la educación en el que habían venido siendo preteridas hasta entonces.

Ayer se inauguró en Badajoz una exposición titulada 'Las Escuelas Normales de maestros y maestras' que fue inaugurada por la consejera de Educación y Cultura, Trinidad Nogales Basarrate. El material que contiene fue manejado por María José Mateo mientras realizaba su tesis doctoral, que trataba sobre la historia de la educación física en las escuelas de Magisterio desde su inicio hasta el año 1975 y que fue leída en el año 2009.

Con los hallazgos realizados se organizó hace dos años una exposición que estuvo abierta en la Facultad de Educación y cuyo contenido vuelve a mostrarse en parte ahora por iniciativa de la Real Sociedad Económica de Amigos del País (RSEAP). La exposición recuerda la figura de alguna de aquellas maestras pioneras en una foto que está instalada al comienzo del recorrido, y en la que destaca la figura de Walda Lucenqui, que dirigió la escuela Aneja. También se recuerda la figura, entre otras personalidades, de Benito Mahedero, que fue director de la Escuela Normal. Entre el material expuesto hay recuerdos en abundancia de los métodos de estudio con que se formaron los maestros de mediados del siglo XIX en adelante. Pueden verse ejercicios de caligrafía y exámenes de reválida de algunas alumnas, como el realizado por Julia Casas Rodríguez en 1908, en el que se suceden los sobresalientes. También se exponen listas de alumnos con sus correspondientes calificaciones y se exhiben dibujos, como el de un jarrón realizado a lápiz en el que se especifica que el autor era ambidiestro.

Muy interesantes son las memorias de prácticas presentadas por las alumnas que cubrían esa etapa final antes de convertirse en maestras. Una de ellas presenta la suya en 1920 y dice que «tiene manía por la limpieza y el orden» y que por eso eligió para las prácticas la escuela número 3 de Villanueva de la Serena, que está a cargo de doña Inés Ripoll.

Las diversas memorias están ilustradas con dibujos y en el siglo XX se presentan ya mecanografiadas, como la de Remedios Sanabria Escudero, en 1949, que añade un dibujo del grupo escolar Trajano y en la portada sitúa la imagen del Puente Romano de Mérida. La muestra está instalada en la antigua sede de la RSEAP, en la calle Hernán Cortés. Permanecerá abierta hasta el día 8 de febrero.

 

Fuente: HOY

“Con cada novela hay un tiempo de idilio. Con esta se está prolongando”
El escritor Luis Landero narra una disparatada búsqueda del bienestar en 'Absolución'
Su padre, con quien tuvo una tormentosa relación, vuelve a colarse como personaje

La primera pregunta que el hijo de Cipriano Landero recuerda en boca de su padre le noqueó como un derechazo al mentón: “¿Qué quieres ser de mayor?”. El niño, cinco años escasos, zozobró. Esa cuestión vital marcó la relación entre padre e hijo de tal modo que, en cuanto pudo, el hijo comenzó a defraudar todas las expectativas del padre en colegios privados destinados a hacer de él un hombre de provecho. Nada más ingresar en la adolescencia se convirtió en “un golfillo de la Prospe”. Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948) plantó los estudios mientras trapicheaba con trabajos y se enfrentaba a su padre, un campesino acomodado que se mudó a Madrid con su familia, sus trastos de cobre y su gallinero para darle a sus descendientes –y en especial al único varón- una oportunidad de progreso que en el campo extremeño no veía. En realidad fue una adolescencia convencional: Luis se aferró a la rebeldía y a la lírica. Las mil mejores poesías de lengua castellana fue el primer libro que compró, el primero que entró en su casa. “No había ninguno, casi todos en mi familia eran analfabetos o semianalfabetos, aunque mi padre tenía un talento especial para muchas cosas, conservo sus cartas y escribía muy bien”, relata el escritor. El padre murió pronto. Landero, que tenía 16 años, cambió “radicalmente”. Trabajó en serio, estudió en serio, asumió la culpa
también en serio. “En la vida de uno hay hechos fundacionales. Un día se lo conté a [Carlos] Castilla del Pino y me dijo: ‘Eso no lo vas a curar nunca’. Pero eso ya es un remedio en sí, ya sabes que tienes que vivir con ello toda tu vida y lo relativizas. En parte mis temas como novelista han sido impuestos por aquella experiencia con mi padre. Se ha convertido en mi musa, que era lo último que hubiera deseado”. Cuenta lo último entre risas porque, pese al lumbago, el escritor rezuma alegría antes que penitencia. Pero es cierto que arrastra –o atesora, según se mire- varias herencias de su “tormentosa” relación paternofilial. La alergia a la presión, al exceso de responsabilidad –que le atenazó al comienzo de su carrera literaria- es una de ellas. La inclusión de su padre como personaje de sus obras es otra. En la última, Absolución (Tusquets), ahí está de nuevo Cipriano Landero apropiándose de la personalidad del padre de Lino, el protagonista, para convertirse, tullido, filósofo y disparatado, en un personaje único. "Con cada novela hay un tiempo de idilio. Con esta se está prolongando más de lo debido" Le está pasando algo raro al autor con esta novela. Han transcurrido tres meses desde su publicación y ahí sigue, aferrado a ella, mirándola con cierto arrobo, sin deseo de traicionarla con otra criatura de su imaginación. Inconformista vocacional como es, Landero confiesa que ante Absolución se siente razonablemente insatisfecho.

“Con cada novela hay un tiempo de idilio, la miras y dices eres la mejor novela del mundo’ y ella te mira y te dice que eres el mejor escritor. Y luego vienen las broncas y ya le dices que no es la más guapa y ella te dice que no eres el mejor y que era un espejismo. Con esta el idilio se está prolongando más de lo debido. Durará hasta que me ponga a escribir otra. Pero es que si no estás enamorado de tu novela, ¿para qué seguir?”, reflexiona entre bromas. Absolución no solo convence a su autor. La crítica la ha recibido como la mejor –o la segunda mejor: el club de fans de Juegos de la edad tardía es poderoso– obra de Landero. Este aplauso universal no ensordece al escritor: alguien de un club de lectura la ha considerado aburrida y le ha preocupado. “Somos un poco como actores, que necesitamos sentirnos reconocidos. La opinión ajena te influye más de lo que uno quisiera, uno es vulnerable, pero diría que por poco tiempo, en el fondo soy fuerte”, sostiene. El juicio de los demás le sobrecargó de responsabilidad después de Juegos de la edad tardía, cuando era un desconocido profesor de Literatura de 40 años que deslumbraba con su primer libro. Accedió al club de víctimas de la maldición del segundo título. “Escribí aquella novela [Caballeros de fortuna], con la que nunca me identifiqué mucho, con exceso de responsabilidad, vigilado, pensando si gustaría o no. Eso atenta contra la libertad. Uno tiene que ser soberano y príncipe. Sentía el peso, inseguridad, la escribí en un estado distinto a esta”, compara. Lino, el protagonista de Absolución, es un nómada de la cotidianeidad, un insatisfecho crónico, atrapado entre la telaraña del tedio y la de la frustración. Aunque Landero, juguetón, decidió arrancar el libro con un truco de cuento infantil, con un momento de suprema felicidad, con su protagonista a punto de casarse y entrar en una vida de confort y amor que le alejará de la molicie existencial que le había aprisionado hasta entonces. Luego pasa lo que pasa en los cuentos, que la placidez se disipa con los monstruos y Lino se hace plenamente merecedor de la frase de Pascal, que Landero usó de fuerza motriz de la narración: “Todos los infortunios del hombre vienen de no saber estarse quieto en un lugar”.

 

Fuente: HOY

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