La exposición del artista se inaugura hoy en Mérida y las 34 piezas se podrán admirar hasta finales de mayo.
Ávalos fue miembro de la R. Academia de Extremadura
San Lu
cas, Manolete, Velázquez, el Cristo Yacente, Soledad, el Arcángel San Miguel, el Cristo de la Buena Muerte, el ingeniero Manuel Díaz, La Piedad, los Amantes de Teruel... Así, hasta 34 esculturas. Serán las que se podrán admirar, hasta final de mayo, en el Patio Noble de la Asamblea de Extremadura, en Mérida. Todas son obra del artista emeritense Juan de Ávalos (1911-2006). Esta es una muestra homenaje que se puede catalogar de histórica e inédita. Nunca antes tantas obras del mismo autor habían estado expuestas en la ciudad en el mismo lugar.
En la exposición se pueden contemplar, por ejemplo, algunos de los bocetos iniciales que se hicieron para el Valle de los Caídos. También hay piezas en bronce. La más antigua data de 1935, cuando Ávalos era muy joven, y la última que hizo es de 2006, muy poco antes de fallecer.
El objetivo de montar esta exposición en Mérida es que pudieran verse en el mismo sitio todas estas obras del escultor emeritense que estaban desperdigadas por varios lugares de España, algunas incluso arrinconadas y rotas, siendo por ello necesaria su restauración. Guadalajara, Villaviciosa de Odón (Madrid) y la familia March son los lugares de orígenes de algunas de las piezas.
El montaje de esta muestra se ha hecho a lo largo de más de una semana y los responsables de la misma aseguran que lo más difícil ha sido el traslado de algunas de las piezas hasta Mérida, sobre todo por el gran tamaño de algunas.
Miriam Azcoaga, de la Fundación Juan de Ávalos (ahijada de Ávalos) y una de las personas pendiente de dar los últimos retoques a las piezas para que estén perfectas para la inauguración de hoy, afirma que esta es la primera vez que Mérida acoge una obra tan completa de su artista e hijo predilecto.
La Fundación ha sido la encargada de preparar la muestra en la ciudad. Cuando finalice la exposición de las piezas en la Asamblea de Extremadura, hay dos opciones. Azcoaga ha hecho una propuesta que no sabe si va a ser posible que se haga realidad. «Mi idea, ya que está aquí la muestra, es que comience a itinerar por toda Extremadura. Si se puede hacer, vale. Si no, vuelve otra vez a su lugar de origen. Pero estaría bien, porque ya que hemos hecho el esfuerzo de traerla hasta aquí con lo difícil que ha sido el traslado...», explica.
Otro de sus sueños sería, según explica, que antes de terminar la exposición se tuviera ya un espacio para hacer el museo de Juan de Ávalos, cosa que ve «tan difícil». «Ya no tendrían que volver estas piezas a Madrid, serían las de allí las que se trasladarían aquí», añade.
Cabe recordar que algunas de las obras del autor ya han estado expuestas en el Centro Cultural Alcazaba de la capital autonómica, en una convocatoria filatélica que hubo hace algunos meses, y que tuvo mucha aceptación. Leda con el cisne fue una de las piezas que más llamó la atención. También se podrá ver en esta ocasión.
La página web de la Asamblea de Extremadura recoge más información sobre esta muestra y la figura del autor. Hay datos sobre su biografía y una galería de fotos de todas las obras expuestas.
Fuente M. ÁNGELES MORCILLO | HOY - MÉRIDA.
Desde el pasado mes de abril, y coincidiendo con el Día Internacional del Libro, abrió sus puertas virtuales la Bibliotheca Sefarad, un interesante proyecto privado con el que el bibliófilo español (y muy vinculado a Trujillo) don José Jiménez Salazar, pretende difundir y compartir con todos los amantes del libro su pasión por la bibliografía de temática judaica e inquisitorial.
El próximo día 24 de abril, el patio del museo de la ciudad de Badajoz "Luis de Morales" servirá de escenario al VII Maratón de lectura organizado por la ciudad de Badajoz. El acto comenzarán a las 11:00 y serán inaugurado por el alcalde de la ciudad, don Miguel A. Celdrán Matute.
Mañana martes, 24 de abril, en el acto con motivo de la celebración de la festividad del patrón de Filosofía y Letras, San Isidoro —el 26 de abril que hace no lectivo el viernes 27—, José Miguel Santiago Castelo dirá la conferencia "Memorial de una presencia". El autor de aquel libro Memorial de ausencias que fuera Premio Fastenrath de la Real Academia Española en 1982 hará cumplir, sin duda, con dos de los tradicionales objetivos de este acto; a saber, la convivencia con una personalidad ilustre y la defensa de las humanidades. Será mañana martes, a las 12:00 horas, en el paraninfo de la Facultad en un acto abierto al público.
Fuente: Miguel A. Lama en su blog, lunes, abril 23, 2012
Como cada año el pasado sábado 14 de abril, la Unión de Bibliófilos Extremeños celebró su día grande, el Día del Bibliófilo. En esta ocasión estuvo dedicado a homenajear y exaltar la importancia de los libros de música, esas otras joyas bibliográficas que no fueron concebidas para ser leídas, sino para ser escuchadas. El encargado de acercarnos a ese complejo mundo fue don Alejandro Luis Iglesias, experto bibliógrafo y musicólogo, antiguo profesor en las universidades de Salamanca y La Rioja y merecedor del I Premio de Investigación Bibliográfica Bartolomé J. Gallardo, entre otros reconocimentos.
La jornada tuvo lugar en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, cuna de la imprenta extremeña y núcleo fundamental de la cultura de nuestro país. La sesión matinal se celebró en la antigua sala capitular jerónima. El primero en tomar la palabra fue el guardián del santuario fray Sebastián Ruiz (OFM), quien se encargó de dar la bienvenida a los asistentes, en compañía del archivero y bibliotecario de la casa fray Antonio Arévalo (OFM). Acto seguido, hizo uso de la palabra el nuevo presidente de la UBEx Bartolomé Miranda Díaz, quien elogió los logros alcanzados por la asociación y recordó los estrechos vínculos existentes entre Guadalupe y el mundo del libro. A continuación el profesor Alejandro Luis Iglesias pronunció una magnífica conferencia que, bajo el sugerente título de “Libros que suenan”, zambulló a los presentes en una aureola de misterio y misticismo en torno a la investigación y seguimiento de las ediciones del tratado Arte Ingeniosa de Música de Melchor de Torres, obra que el músico alcalaíno dedicó a su mecenas el obispo de Plasencia, Gutierre de Vargas Carvajal en 1544. La sesión de mañana, toda ella conducida por la periodista Nieves Moreno, se cerró con la intervanción del presidente de honor de la UBEx Joaquín Ganzález Manzanares y tuvo como broche final un pequeño concierto de vihuela. La interpretación corrió a cargo del propio conferenciante, quedando dividida en dos partes. La primera tuvo lugar en la propia sala capitular y en ella se interpretaron piezas de Luis de Milán, en homenaje a Francisco Díaz Romano, el primer impresor de un libro de vihuela durante su etapa valenciana y el primer impresor establecido en Extremadura en el siglo XVI; junto a su música, obras tempranas de Cristóbal de Morales susceptibles de haber sido escritas en Plasencia y del pacense Juan Vázquez. La segunda parte tuvo lugar en el coro de la basílica bajo cuyas bóvedas los socios de la UBEx pudieron escuchar el Agnus Dei de la misa Voce mea de Cristóbal de Medrano, maestro de capilla en Badajoz en los últimos años del siglo XVI.
Terminado el concierto, se dio paso a la comida de hermandad, la cual tuvo lugar en la Hospedería del Real Monasterio. Tras unos minutos de distendida charla, los asistentes volvimos a reunirnos en la sala capitular donde dio comienzo, a eso de las 17:30, una sesión especial, aún más íntima, en la que Alejandro Luis Iglesias mostró a los asistentes algunas de las joyas musicales del monasterio guadalupense como el libro IV de polifonía con los magníficats de Cristóbal de Morales, las copias dieciochescas que se conservan en el monasterio de los Stabat mater de Pergolesi y Franz Joseph Haydn y alguna de la música nacida en el propio Guadalupe, como la de fray José de Barcelona. Y tras ellas, algunos volúmenes de su propia biblioteca, de la que enseñó joyas únicas, anteriormente nunca vistas, entre las que se encontraban ejemplos de la tipografía de Ballard con la Iphigenie de Henry Desmarest de 1711; manuscritos con música de Carl Philip Emanuel Bach de 1763, Domenico Scarlatti, Georg Friedrich Haendel y de un temprano Beethoven adolescente con los que expuso la transmisión y circulación de la música en Europa en el siglo XVIII; un ejemplar del maravilloso cuarteto op. 6 del príncipe de Prusia Louis Ferdinand, tan cercano a Beethoven y a los grandes pensadores de la Ilustración; testimonios impresos de la música de los grandes salones parisinos de mediados del XIX frecuentados por Liszt, Chopin, la Malibrán y tantas otras figuras míticas; manuscritos de aquella corriente que los nazis llamaron “música degenerada” y por último una crónica manuscrita del gran Yorisada Tokugawa sobre los inicios de la introducción de la música occidental en Japón en los primeros años del siglo XX. Cada uno de los libros expuestos dio origen a una historia, a su propia historia, narrada con la sapiencia y saber hacer que en todo momento demostró Alejandro. La sesión de tarde se prolongó hasta las 19:30.
Quedó pendiente, por culpa del mal tiempo, la visita que a la puebla y a la sede de la Real Asociación de Caballeros de Guadalupe había organizado Antonio Ramiro Chico.
