«La acuarela es irrepetible como un incunable»
Tras más de 20 años de no exponer en su ciudad, Badajoz, Ayala vuelve para mostrar sus cuadros intimistas y llenos de color Gerardo Ayala Arquitecto y pintor Quizá muchos ignoren que el arquitecto pacense Gerardo Ayala dejó durante un tiempo sus estudios de Arquitectura para ingresar en Bellas Artes y soñar con dedicarse un día a ser pintor. Este dato de la biografía del autor del Teatro Central de Sevilla, erigido en 1992, es revelador de la pareja importancia que Ayala concede a la pintura en relación a lo que es su actividad profesional de arquitecto. Aunque la arquitectura impregne toda su vida familiar, construida con una esposa y unos hijos que comparten todos la misma profesión y junto a los cuales lleva a cabo en la actualidad el edificio del Banco Popular en Madrid.
Gerardo Ayala expuso en Mérida hace cuatro años pero hace casi dos décadas que no exponía en Badajoz y su muestra 'La mirada que lo quiere todo', abierta en la Sala 'Vaquero Poblador' de la Diputación pacense, se ha convertido en una cita que se espera en la ciudad con tanto interés como a él le apetece mostrarla.
-¿Considera la pintura una actividad menor en relación con la arquitectura?
-Para nada. De hecho, no sé si me considero más pintor que arquitecto y es algo que mucha gente me dice. Yo empecé Arquitectura, dejé la carrera, me fui a Bellas Artes y luego volví para terminar la carrera. Pero empecé a pintar antes y no he dejado de hacerlo nunca. Lo que pasa es que son dos profesiones muy distintas y tan profesional es un tema como el otro, aunque quizá se vive más de una cosa que de la otra. En arquitectura, un proyecto interesante a lo mejor te da para vivir un año y un cuadro, no. Esa es la diferencia. Yo hago exposiciones cada dos años.
-¿Pero se vive con igual intensidad una cosa y otra?
-Igual intensidad, igual entusiasmo. Ni arquitectura ni pintura son un hobby. Ambas las llevo igual.
-La pintura que está realizando en estos momentos es más intimista.
-Siempre lo ha sido. En muchos pintores se da el proceso de ir de lo figurativo a lo abstracto. A mí no me ha ocurrido eso. Lo abstracto me gusta, pero no lo siento. Siempre he sido figurativo y he empleado mucho color y he hecho una pintura efectivamente intimista, doméstica en cuanto al tema: muchos interiores, cosas que yo he vivido y paisajes. Ahora he pintado unos paisajes de Venecia porque estuve en 2004 de comisario de la Bienal y me impactó mucho al estar allí tanto tiempo. Y sigo con Venecia metida en la cabeza. Como veraneo en Galicia, también hay muchas cosas de Galicia. Traigo cincuenta acuarelas de las que la mitad son de Galicia. Hago acuarela como si fuera un cuaderno de viajes, son pequeñitas y las llevo siempre. Si no
tengo tiempo para pintar un acrílico grande, voy haciendo acuarelas y a veces, de ellas sale un acrílico posterior.
-¿Qué le da la acuarela que no le dé otra técnica?
-La acuarela tiene la inmediatez y en general no es tan apreciada como el óleo o el acrílico, cosa que yo no entiendo porque una acuarela es como un incunable: no se puede repetir. Es imposible hacer una copia. Es una instantánea de un momento en que has visto una puesta de sol y la haces. Está hecha con agua y se corre el papel y es incontrolable. De un óleo o un acrílico puedo hacer una copia exacta porque es una cuestión de pincelada, de borrar o raspar. Pero en la acuarela eso no ocurre y por eso yo siempre la he dado más valor. ¡Y ella sí que es intimista de verdad! Es un trozo de tu vida. Yo soy incapaz de regalar una acuarela porque es algo que he vivido y que no va a repetirse.
-¿No le preocupa volver a exponer en Badajoz, donde siempre se piensa en usted como si en realidad no hubiera faltado de la ciudad de la que vive lejos desde hace tantos años?
-Siempre te preocupa lo que piensa la gente, pero por otro lado me apetece mucho porque sé que voy a ver a muchos compañeros y amigos. Sólo por estar con la gente de Badajoz, me apetece. Y encima expongo la pintura que hago ahora y que me interesa mostrarles. Cuesta trabajo enseñar las cosas íntimas, pero también te interesa que sepan lo que eres y lo que haces. Tenía interés en esta exposición pero no sabía cuándo iba a hacerla. Entonces me la ofreció la Diputación y, aunque staba haciendo la de Roma que eran cuadros distintos, aproveché para reparar ésta.
-Alguno de estos interiores de sus cuadros, ¿representan algo que no udo llevar a un plano?
-No tiene nada que ver. Trabajar como arquitecto y como pintor obliga cambiar el chip. Esto es mucho más libre. La arquitectura se vive dentro y te obliga a pensar en la persona que la va a utilizar. Tienes que hacer unos espacios que sean útiles al mismo tiempo que bellos. Te sientes más libre pintando que siendo arquitecto. Ahora que yo, en arquitectura, pretendo ser también lo más libre posible y hacer cosas que estén al límite de la realidad y que casi no se puedan hacer. He sido profesor en la Escuela de Arquitectura y siempre he dicho a los alumnos que intenten hacer cosas que casi no se puedan hacer. A lo mejor llegas a la mitad pero, si intentas mucho, consigues algo bueno.
-¿El arquitecto sigue siendo igual de libre con la crisis?
Sobre la arquitectura, como sobre otros sectores, también ha caído la acusación de haber derrochado mucho.
-¿Que se ha derrochado mucho en arquitectura?
Muchísimo y buena parte de los problemas gordos de la crisis provienen del ladrillo. Una gran parte del paro proviene del estallido del boom inmobiliario. Como arquitecto, yo he vivido siempre de los concursos de arquitectura que saca la Administración. Ahora estamos haciendo el edificio del Banco Popular en Madrid, que en este caso es un concurso privado. Yo he vivido de estos concursos durante treinta años y he trabajado muy poco para privados, aunque en Badajoz tengo algunos edificios de otra época. Con las crisis hay menos concursos, se presenta mucha gente y es mucho más difícil, pero todos estamos en el mismo barco.
-La crisis ha golpeado a los arquitectos, pero su profesión sigue siendo de las más prestigiadas.
-Te gusta que la arquitectura se valore, pero en este momento hay el 50% de los estudios de arquitectura cerrados, según el Consejo Superior de Arquitectos. No tienen trabajo y eso deprime. Mis dos hijos y mi mujer son arquitectos y afortunadamente tenemos trabajo y a bastantes arquitectos colocados en el estudio. Hemos tenido suerte en este momento, pero veo a buenos alumnos míos por la calle y resulta que están en el paro. Da desazón y desánimo ver eso. Espero que esto se acabe algún día y que esta profesión se revalorice de alguna manera.exponer en su ciudad, Badajoz, Ayala vuelve para mostrar sus cuadros intimistas y llenos de color Gerardo Ayala Arquitecto y pintor Quizá muchos ignoren que el arquitecto pacense Gerardo Ayala dejó durante un tiempo sus estudios de Arquitectura para ingresar en Bellas Artes y soñar con dedicarse un día a ser pintor. Este dato de la biografía del autor del Teatro Central de Sevilla, erigido en 1992, es revelador de la pareja importancia que Ayala concede a la pintura en relación a lo que es su actividad profesional de arquitecto. Aunque la arquitectura impregne toda su vida familiar, construida con una esposa y unos hijos que comparten todos la misma profesión y junto a los cuales lleva a cabo en la actualidad el edificio del Banco Popular en Madrid.