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El Alcalde de Don Benito, D. José Luis Quintana Álvarez, tiene el honor el invitar a todos los Académicos de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, al acto que se celebrará el día 21 de abril de 2017, a las 20:30 horas en la Casa de Cultura de Don Benito, con motivo del II Premio Santiago Castelo a la Trayectoria Periodística, que este año ha recaído en la periodista Victoria Prego, y que asistirá a recoger el Premio.

Cuenta Carlos Fernando Posada Tique (Colombia, 1975) que no sabía que la gente podía llorar de felicidad hasta que le comunicaron hace pocos días que acababa de ganar la tercera edición del premio de textos teatrales Parábasis-Plaza del Arte, que convocan la ESAD (Escuela Superior de Arte Dramático), la Fundación Mercedes Calles y la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. «Lo primero que hice fue derramar lágrimas», dijo ayer el premiado dramaturgo.

Su voz sonó en uno de los salones de la ESAD. El autor, que reside en Bogotá, envió una grabación que se escuchó ayer en Cáceres instantes después de que se fallara el galardón. Es la primera vez que este premio tenía dotación económica: 1.500 euros. Más de 60 trabajos han optado a la convocatoria procedentes de puntos como Grecia, Israel o Estados Unidos, además de España.

El jurado ha visto en la obra de Carlos Fernando, titulada 'Línea de emergencia', su carácter divertido, entretenido y su facilidad para su puesta en escena. El texto, según relató el autor, se le ocurrió una tarde de reunión de amigos, cuando descolgó el teléfono para encargar unas pizzas. Fue así como ideó la historia de una chica en apuros que llama a la línea de emergencia para pedir ayuda. El texto se publicará en la revista 'Parábasis', que edita con carácter anual la ESAD.

En sus dos ediciones anteriores el premio de textos teatrales ha sido para el dramaturgo alicantino Antonio Cremades y para el chileno Andrés del Bosque. Carlos Fernando Posada es licenciado en Arte Dramático. Escribió su primer cuento a los 11 años. En estos momentos, dirige su propio grupo de teatro (Teatro Escada) y trabaja como docente.

La elección del día del fallo del premio Parábasis no fue caprichosa. Se ha hecho coincidir con el Día Mundial del Teatro, que se conmemoró ayer. Fue, además, el primer acto promovido por la ESAD. Pero hay más. Durante la jornada de hoy y mañana la escuela ha programado, en colaboración con la Junta de Extremadura, la IV Semana Escénica, en la que participan ocho institutos de la región. Los centros visitarán hoy las instalaciones de la ESAD, mientras el Gran Teatro acogerá sus montajes.

El acto inaugural contó con la participación de los responsables de las dos fundaciones que amadrinan el premio Parábasis. Luis Acha, el director de la Mercedes Calles, subrayó este certamen como ejemplo de colaboración entre lo público y la sociedad civil. No hay que olvidar que la Escuela Superior de Arte Dramático y las dos fundaciones comparten vecindad en la Plaza de San Jorge, que han venido a denominar Plaza del Arte.

Por otro lado, la directora del Centro de las Artes Escénicas y de la Música de Extremadura, Toni Álvarez, anunció durante su intervención que la Ley del Teatro extremeña está en plena confección y que la región se convertirá en una de las primeras comunidades autónomas en contar con un texto de este tipo.

 

Salidas profesionales

La ESAD no se olvidó ayer de las salidas profesionales de los estudios de arte dramático y organizó, además, una mesa redonda donde cuatro antiguos alumnos detallaron su experiencia tras su paso por la escuela. Intervinieron Cristina Silveira, Isidro Timón, Pablo Mejías y Juan Vázquez.

Fuente: HOY

Millones de personas han leído este clásico -otros dicen que lo han leído- bien por iniciativa propia o como parte del temario de clases. Se trata de la obra de la literatura española más reconocida y difundida: 'Don Quijote de la Mancha', considerada la primera novela moderna ha sido traducida a más de 140 lenguas.

Mucho se ha dicho, escrito o creado acerca de 'El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha'. No obstante, desde Zafra se ha dado una nueva orientación con una nueva obra, un libro que busca convertirse en la obra de referencia para estudiantes de cursos superiores, especialmente para alumnos extranjeros del idioma español. La idea surgió del profesor de Francés, ya jubilado, Alejandro Talaminos. «Quería hacer algo que no existiera y se me ocurrió la idea de crear un libro de actividades que te sirva para conocer el Quijote de forma amena. Se trata de aprender y divertirse y que se puede usar como apoyo en las clases», expone.

Así surgió la idea de 'Nuestro Quijote, nuestro español' en 2015, que mediante la selección de textos de la obra original trabaja la lengua y la literatura, en compañía de las casi cien ilustraciones de línea clara de Vázquez. Ambos trabajaron en armonía. «Para mí supuso establecer una disciplina y adaptarme a las necesidades del texto», explica.

No obstante, el proceso de edición requirió más tiempo, pese a la curiosidad suscitada por el proyecto, finalmente sólo el impresor y empresario local Tomás Rayego se sumó a la iniciativa. «Es un orgullo haber materializado esta idea desde Zafra y con un equipo zafrense. En los tiempos del digital cada vez somos menos las empresas que apostamos por este tipo de proyectos», expuso el empresario.

 

Inversión en ilusiones

Para este trío la iniciativa es una «inversión en ilusiones; un proyecto educativo que busca contagiar a pequeños, pero sobre todo mayores, de la pasión por el Quijote, su historia y sus personajes. Talaminos explica que cada edición del libro es cien por cien personal. «Se empieza por una ficha del lector con sus ideas, fotografía y pensamientos, luego con las actividades; adivinanzas o crucigramas en los que volcar parte de su vida, también al final se hacen preguntas a modo de conclusión, por tanto es un libro único que formará parte de tu vida y tus recuerdos», señala. El precio del libro es de 20 euros y se presentará en un acto oficial en la capilla del Parador de la ciudad el hoy a las 20.30 horas.

Las primeras impresiones recibidas han sido positivas. «Hemos empezado a establecer contacto con centros educativos extranjeros y se muestran muy interesados.

Desde Francia, Estados Unidos, Rumanía o Uruaguay nos están pidiendo ejemplares para usarlos en clases», según Talaminos.

Fuente: HOY

Fue lo último que Miguel Hernández (Orihuela, 1910 - Alicante, 1942) escribió desde la cárcel. Recluido en el Reformatorio de Adultos de Alicante, a donde llegó desde el Penal de Ocaña, el poeta solo tenía en mente a su mujer y su hijo. Fue para su pequeño Manuel Miguel para quien escribió El potro oscuro, El conejito, Un hogar en el árbol y La gatita Mancha y el ovillo rojo, cuatro relatos que perpetuó sobre seis pequeñas hojas de papel higiénico cosidas en su parte superior por un hilo de color ocre. Los guarda a buen recaudo la Biblioteca Nacional. La editorial Nordica los ha recopilado en Cuentos para mi hijo Manolito.

Fuente: Libertad Digital.

La ceremonia de entrega del premio se celebrará el día 9 de mayo, Día de Europa, en el Real Monasterio de Yuste, sede de la Fundación Academia Europea de Yuste

Mérida, 27 de marzo de 2017.- La presidenta de la Comisión Ejecutiva de la Fundación Academia Europea de Yuste y directora general de Acción Exterior de la Junta de Extremadura, Rosa Balas, y el director de la Fundación Academia Europea de Yuste, Juan Carlos Moreno Piñero, han anunciado hoy el fallo del jurado de la undécima edición del Premio Europeo Carlos V que otorga el galardón al político español, Marcelino Oreja Aguirre.

Con este premio, el jurado ha querido reconocer “su contribución durante toda una vida al proceso de construcción e integración europeas, al que ha dedicado sus fuerzas desde los diferentes cargos que ha ocupado, tanto en organizaciones nacionales como europeas, entre ellos los de Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España, Secretario General del Consejo de Europa y Comisario Europeo. Igualmente activa y fructífera han sido sus aportaciones en el ámbito académico y de la sociedad civil. Merece destacarse igualmente su incansable labor de fomento de la idea de Europa y del engrandecimiento de los valores europeos, especialmente los relacionados con la diversidad cultural europea y la protección de los Derechos Humanos”.

La presidenta de la Comisión Ejecutiva explicó que Marcelino Oreja es “un europeísta convencido y uno de los grandes protagonistas del proceso de integración europea” ya que su trayectoria como diplomático y político refleja “de forma inequívoca esa visión europeísta que se prolonga brillantemente en su etapa de Secretario General del Consejo de Europa y en sus mandatos en el Parlamento Europeo y en la Comisión”.  Rosa Balas ha definido a Marcelino Oreja como un humanista que ha promovido siempre la idea de España como “parte constitutiva de Europa y la integración comunitaria como un elemento determinante para el futuro de nuestro continente en la sociedad global”.

En su intervención, Balas Torres, ha destacado que este año se cumplen 40 años desde que Marcelino Oreja solicitase, en nombre de España, la adhesión a la Comunidades Europeas, y firmaba la adhesión de España al Consejo de Europa y al Convenio Europeo de Derechos Humanos.

El director de la Fundación Academia Europea de Yuste, Juan Carlos Moreno Piñero, por su parte, ha manifestado su satisfacción con la concesión de este galardón a Marcelino Oreja, “una de las personalidades que más ha contribuido a la difusión de la idea de Europa en España y de

España en Europa, al engrandecimiento de sus valores y al proceso de construcción europeo”. Oreja Aguirre está avalado por sus continuas acciones en favor de la adhesión de España a lo que hoy conocemos como Unión Europea. Un término que se estableció hace 25 años en el Tratado de Maastricht, en cuya elaboración participó directamente Marcelino Oreja en su etapa como Comisario Europeo, y que estableció la Ciudadanía Europea como uno de los objetivos para reforzar la protección de los derechos e intereses de los nacionales de sus Estados miembros, mediante la creación de una ciudadanía de la Unión.

Se concede el premio a un político, académico y escritor que ha publicado multitud de artículos y publicaciones sobre la construcción e integración europea; Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sevilla  y Zaragoza, y conferenciante sobre temas europeos.

La Fundación Academia Europea de Yuste ha recibido 45 propuestas provenientes de 99 organizaciones de 14 países de la Unión Europea, siendo 36 el número final de propuestas elegibles y 25 el número de candidaturas nominadas a la XI edición del Premio Europeo Carlos V.

 

Aniversarios

Coincidiendo con la entrega del Premio Europeo Carlos V a Marcelino Oreja, este año hay que destacar varias conmemoraciones europeas que han tenido una decisiva repercusión en la vida de los ciudadanos europeos. Estos son el 30 aniversario del programa Erasmus; el 60 aniversario del Tratado de Europa; el 25 aniversario del Tratado de Maastricht; el 40 aniversario de la incorporación de  España al Consejo de Europa y el 25 aniversario de la Fundación Academia Europea de Yuste.

 

XI Premio Europeo Carlos V

Este año celebramos la undécima edición de la entrega de este galardón, lo que permite confirmar que el Premio Europeo Carlos V cuenta con un recorrido consolidado y contrastado que reafirma la apuesta desde Extremadura por el proceso de construcción europeo y los valores que promueve, resaltando la importancia de iniciativas como ésta, nacidas desde la sociedad civil, en pro de la unión y colaboración de los pueblos de Europa.

El galardón es otorgado por el Patronato de la Fundación Academia Europea de Yuste, a propuesta de un jurado designado a tal efecto y compuesto por personalidades de reconocido prestigio en los distintos ámbitos socioculturales de Europa, además de los propios miembros de la Academia Europea de Yuste y los anteriormente Premiados.  Entre los miembros del jurado se encuentra Markku Markkula, Presidente del Comité de las Regiones de Europa; Javier Solana Madariaga, Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea y Premio Europeo Carlos V 2011; Antonio Tajani, Presidente del Parlamento Europeo; la Profesora Sofia Corradi - Mamma Erasmus, exdirectora Científica de la Oficina de Roma de la Conferencia Permanente de Rectores de Universidades Italianas (CRUI) y Premio Europeo Carlos V; Alfonso María Dastis Quecedo, Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del Gobierno de España; Jacques Delors, expresidente de la Comisión Europea y Premio Europeo Carlos V 1995;Guillermo Fernández Vara, Presidente de la Junta de Extremadura y presidente de la Fundación Academia Europea de Yuste; Pilar Blanco Morales, Consejera de Administración Pública y Hacienda de la Junta de Extremadura; Blanca Martín Delgado, Presidenta de la Asamblea de Extremadura y Segundo Píriz Durán, Rector de la Universidad de Extremadura.

La ceremonia de entrega del Premio es un acto solemne tradicionalmente presidido por S.M. El Rey, que tendrá lugar el 9 de mayo de este año en el Real Monasterio de Yuste (Cáceres-Extremadura).

 

Fuente FAEY

Con 'El monarca de las sombras' (Literatura Random House) Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) vuelve a la Guerra Civil, de la cual, en verdad, nunca se ha ido. En esta ocasión, el escritor regresa a 1936 para reconstruir la historia del “héroe” de su familia, Manuel Mena, un joven que, con diecisiete años, se alista “en el bando equivocado de la historia”, convencido de esos ideales que abanderaban el falangismo y el movimiento fascista europeo.

Mena morirá dos años más tarde, en 1938 en la batalla del Ebro. Cercas reconstruye la historia de este adolescente, reconvertido en un auténtico símbolo de heroísmo para la familia pero, ¿qué llevó a Mena a equivocarse de bando? Esta es la pregunta que se plantea el autor en su novela que, como él mismo dice, se trata de la novela pendiente: “la historia de Manuel Mena es una historia que debía contar, pero que no me atrevía a contar”.

 

PREGUNTA. ¿Podemos leer 'El monarca de las sombras' como un relato que complementa 'Soldados de Salamina'?

RESPUESTA. 'El monarca de las sombras' tiene que ver con 'Soldados de Salamina' y con todas mis novelas, pero tiene que ver más con otros libros donde sí está la guerra, como 'El impostor' e, incluso, 'Anatomía de un instante'. Dicho esto, la novela se asemeja a 'Soldados de Salamina' en cuanto que aquella era una reivindicación vehemente de la herencia republicana, encarnada por un viejo solado abandonado en un asilo francés, y 'El monarca de las sombras' es una asunción de la propia herencia.

P. Una herencia que, en este caso, es la franquista.

R. Creo que hay que reivindicar la herencia republicana, porque vivimos en una democracia y aquel fue el último experimento democrático español antes de la guerra, pero también tenemos que asumir nuestro pasado. Yo vengo de una familia franquista, cuyo “héroe” era un joven falangista. En este sentido, volviendo a la anterior pregunta, la novela dialoga con 'El impostor', que señalaba algo muy normal y muy humano: cuando hablamos del pasado más desagradable y duro, lo que hacemos, tanto individual como colectivamente, y no me refiero solo a los españoles, es edulcorarlo, maquillarlo o esconderlo, que es lo que hacía Enric Marco. Marco se creaba un pasado heroico y hermoso para ocultar un pasado mediocre.

P. En aquella novela, Enric Marco servía como un reflejo de una supuesta impostura nacional: la negación del pasado franquista colectivo. ¿No es generalizar demasiado afirmar algo así?

R. Yo en ningún momento he dicho que los españoles eran unos impostores, claro que no lo eran. Lo que sucedió es que después del franquismo, a través de lo que decían los medios de comunicación o los partidos políticos, daba la impresión de que aquí en España no había franquistas. Lo que digo en referencia a Enric Marco es que él lleva al extremo la tendencia de esconder el pasado afirmando que no tuvimos nada que ver con Franco. Claro que tuvimos que ver con Franco, por activa o por pasiva. Lo que ha habido es una construcción a posteriori, de lo que Marco es una hipérbole, según la cual en España no había franquistas. Y no digo que la gente debía salir a la calle y jugársela oponiéndose al régimen, digo solo que es necesario aceptar la realidad tal y como fue.

Vázquez Montalbán decía que, en el franquismo, los anti-franquistas cabían en un autobús y, casi añadiría yo, en un microbús

P. ¿Hemos edulcorado la Guerra Civil y el franquismo?

R. Vázquez Montalbán decía que, en el franquismo, los anti-franquistas cabían en un autobús y, casi añadiría yo, en un microbús. Lo que no podemos es vender la historia de que todos éramos antifranquistas. Y, por esto, 'El monarca de las sombras' conecta con 'El impostor', porque hay una voluntad de mirar al peor pasado de frente y de verdad, con toda la complejidad, con toda la honestidad y con todo el coraje del que soy capaz. Yo vengo de donde vengo y tengo que saberlo. El libro no habla solamente de la Guerra Civil, sino de la herencia de la Guerra Civil; hablo del pasado en la medida en que el pasado es presente.

P. ¿Piensa el tiempo como un contínuum?

R. Efectivamente, el pasado, sobre todo aquel del cual hay memoria y testigos, no ha pasado todavía. Vivimos en una dictadura del presente, una dictadura creada en gran parte por los medios de comunicación, que tienen cosas muy buenas, pero también efectos secundarios: crean la ilusión de que el presente se entiende solo desde el presente y el pasado es un país ajeno, como dijo el poeta. El pasado, sin embargo, es una dimensión del presente y yo hablo de este presente que abarca el pasado, porque sin el pasado, el presente es mutilado.

P. Afirma que es imposible deshacerse de esa herencia que, en su caso, es falangista, pero, ¿acaso no es posible desprenderse de ella distanciándose ideológicamente?

R. Nosotros cargamos con una herencia: somos lo que hemos sido, somos nuestros antepasados y su herencia la tenemos. A mí no me gusta la herencia, pero la tengo. Por esto, tenemos que saber de dónde venimos, hay que conocer nuestra herencia, porque, de todos modos, vas a cargar con ella; pero si la conoces, puedes manejarla, es decir, puedes ser crítica con ella y distanciarte. Lo que yo pretendo hacer con mi herencia es entender, no justificar. Entender no significa justificar.

Decir que entender es una manera de justificar es un inmenso error que solo puede cometer gente muy poco inteligente

P. Sin embargo, algo que se le ha subrayado, sobre todo a propósito de 'El impostor', es que el intento por entender, en ese caso a Enric Marco, podía leerse como una justificación del propio Marco.

R. Decir que entender es una manera de justificar es un inmenso error que solo puede cometer gente muy poco inteligente. El primer ministro Valls dijo que no hay que entender a los yihadistas y es un error: si tu no entiendes el mal, no puedes combatirlo. La única manera de no cometer los mismos errores es entender por qué esos errores se cometieron. La única manera de acabar con el yihadismo o de impedir que los fascismos se repitan es entenderlos, si no ocurre lo que ahora.

P. ¿Suscribe, por tanto, las tesis de Hannah Arendt?

R. Lo que digo es precisamente lo que sostenía Hannah Arendt, pero no hay manera de entenderlo. No basta decir que Hitler era un monstruo, claro que lo era, pero lo que hay que hacer es comprender por qué este tipo fascinó al país más civilizado de la tierra y a medio mundo. Entender no significa justificar, sino darse las armas para no cometer los mismos errores.

P. Es decir, ¿intentar que no haya otro Manuel Mena?

R. Lo que yo me he propuesto entender con 'El monarca de las sombras' es por qué un chaval de diecisiete años como Manuel Mena, proveniente de una humilde familia de pequeños propietarios, con inquietudes intelectuales -es el primero de la familia que estudia- se apunta a defender una causa injusta y termina muriendo en la batalla del Ebro.

Lo que me propongo entender es por qué un chaval humilde de 17 años defiende una causa injusta y termina muriendo

P. Se apunta a una causa injusta, porque creía en los ideales que dicha causa defendía.

R. Sí, claro, pero la pregunta es por qué. Yo quiero comprenderlo, pero no hay nada que justificar. Yo lo rechazo. Manuel Mena cometió un error pero, si no se entiende, ese error se volverá a repetir. El fascismo, del que fue víctima en su momento…

P. ¿Víctima?

R. Sí, porque era la moda en su momento, era la nueva política, porque el fascismo era el anti-capitalismo… Hoy vuelve el fascismo con otras máscaras, vuelven los líderes carismáticos, vuelve la política épica y sentimental. Y Manuel Mena, como miles de chavales de medio mundo, fueron víctimas de esas ideologías tóxicas y venenosas. En la novela digo que Manuel Mena no murió por la patria, murió porque una panda de hijos de puta envenenó el cerebro de los niños enviándolos después al matadero.

P. Es decir, Manuel Mena fue víctima de la propaganda y de su ceguera.

R. Quienes hacen las guerras son los niños y quienes los envían a la guerra son los adultos. Los adultos los enviamos a la guerra porque incendiamos su imaginación con ideologías tóxicas, los envenenamos con palabras, haciéndoles creer que en la guerra conquistarán el paraíso, pero lo único que conquistan es el infierno. Ahí está Steve Bannon, que es el verdadero presidente de Estados Unidos: él es el intelectual, porque detrás de todo genocidio hay un poeta, dice Slavoj Zizek.

P. Igual que detrás del nazismo de Hitler está Carl Schmidt.

R. Y está Heidegger. ¡Cuántos intelectuales de gran valía se han apuntado a causas que han incendiado la imaginación de los niños enviándolos al matadero! Y uno de esos intelectuales era Sánchez Mazas y muchos de ellos, de estos “dueños de las palabras” siguen aquí. En los años treinta se hablaba de que no había ni derechas ni izquierdas, se hablaba de la ideología antisistema y de la casta y la democracia era algo desprestigiado y propio de la vieja política. Todo eso era el 'charlatanismo' del que hablaba Unamuno. Creer que la historia no se repite es un error. No digo que vayamos a acabar en una guerra mundial, pero lo que se está repitiendo son las lógicas: frente a una política pragmática, volvemos a las políticas épicas-sentimentales. De ahí, repito, la importancia del pasado, de tener presente el pasado para no repetirlo.

¡Cuántos intelectuales se han apuntado a causas que han incendiado la imaginación de los niños enviándolos al matadero!

P. Sin embargo, en 'Anatomía de un instante' narraba la Transición, que precisamente se construyó a partir de un pacto de silencio.

R. Yo no creo que sea verdad. Creo que esto es uno de los clichés sobre la Transición, que fue justamente lo contrario.

P. ¿Un cliché?

R. Sí, porque podemos estar de acuerdo de si se hizo bien o mal, pero lo que el mundo se esperaba cuando Franco murió es que los españoles nos matásemos, pero decidimos no matarnos. Hay gente que no le gusta esto, hay más de un hispanista norteamericano que hubiera preferido que nos matásemos para luego venir aquí y escribir sus libros. Yo no creo que la Transición fuera una cosa maravillosa ni una cosa horrorosa, pero me parece mejor no matarnos que matarnos. Ahora está de moda oponerse a la reconciliación.

P. Porque la reconciliación...

R. ¿Pero dónde está el mal de la reconciliación?

P. Puede conllevar olvido, silencio o justificación.

R. Pero, ¿cuándo he justificado yo algo? Que digan que yo soy un equidistante es una mentira malintencionada, es la postverdad. Yo nunca he dicho que los franquistas y los republicanos fueran lo mismo. El problema es que no nos hemos puesto de acuerdo sobre nuestro pasado y por esto no estamos de acuerdo sobre nuestro presente y el pasado termina siendo algo arrojadizo que nos tiramos a la cabeza. Aquí lo que hubo en 1936 es un golpe de Estado contra una democracia frágil orquestado por la oligarquía, por la Iglesia y ejecutado por una parte del Ejército y por una parte de la población, entre la que estaba mi familia, a quien la oligarquía y la Iglesia convencieron, en parte, gracias a los errores de la República. Esto es lo que ocurrió y, por lo tanto, quien tenía la razón era la República y quienes no tenía la razón eran los franquistas. Lo que pasa es que el PP, la derecha española, todavía no ha condenado con la contundencia y la claridad inequívoca el golpe de Estado de 1936. Una vez tuve una polémica con el ministro Wert, antes de ser ministro.

Pero, ¿cuándo he justificado yo algo? Que digan que yo soy un equidistante es una mentira malintencionada, es la postverdad

P. ¿Aquella que mantuvieron a través de distintos artículos en El País?

R. Sí, cuando creíamos que representaba la derecha civilizada. Él me dijo que el golpe de Estado fue inevitable porque había muchos muertos, una gran crisis económica, un gran desgobierno y, por tanto, le contesté y esto está publicado ('La verdad de Agamenón'): señor Wert, si Franco tuvo razón, entonces Tejero también tenía razón, porque en 1981 había muertos en las calles, porque había una crisis económica tremenda y un desgobierno total. Y si hemos condenado a Tejero, también tenemos que condenar a Franco. ¿Ha quedado claro que no soy un equidistante?

P. Entonces, ¿por qué las dudas?

R. Lo que sucede es que también hay que decir que no todos los republicanos no eran unas excelentes personas. ¿Podemos acaso decir que eran excelentes personas quienes mataron a miles de curas y de monjas a sangre fría? No creo que nadie lo pueda afirmar. Eran los canallas de las buenas causas y a la inversa: hubo gente que se equivocó políticamente, pero se equivocó de buena fe.

P. Y aquí está Manuel Mena.

R. Yo no tengo ningún motivo para pensar que Manuel Mena era peor que yo, al contrario, tengo todos los motivos para pensar que era mejor que yo, pues hizo algo que yo nunca sería capaz de hacer: jugarse la vida por unos valores en los que creía.

P. Pero eran valores condenables.

R. Sí y por esto te digo que la razón política no la tenía Manuel Mena, sino que la razón política la tenía la República.

P. Pero usted habla también de razón moral y afirma que Manuel Mena la tenía.

R. Sí, porque la razón moral estaba repartida como sucede en todas las guerras, ¿o es que la Guerra Civil es una excepción?

¿Podemos acaso decir que eran excelentes personas quienes mataron a miles de curas y de monjas a sangre fría?

P. Entonces ¿la razón moral es la coherencia con unos ideales, aunque estos sean condenables?

R. La razón moral es la decencia. Un señor que asesina a sangre fría a unos curas y a unas monjas no tiene la razón moral y un tipo que milita por una causa equivocada, pero milita honestamente, tiene la razón moral, ¡no la política! Hubo millones de personas en el mundo que lucharon por Stalin ¿todos eran unos canallas moralmente? La razón política no la tenían, pues el estalinismo provocó una masacre, pero ¿eran todos unos canallas morales? La cuestión es que tú puedes estar equivocado políticamente, pero no por esto eres un canalla.

P. Describe parte de su narrativa como novelas de no ficción y sin embargo, ¿es posible hablar de la no ficción cuando la narrativa se amolda a los mecanismos de la ficción, cuando se lleva a cabo la autoficción, cuando se juega con la recreación de la figura de Bolaño en 'Soldados de Salamina' o cuando se reconstruye una historia a partir de un instante, convertido en metáfora de la Transición?

R. Claro que se puede. Yo no defino toda mi narrativa como no ficción, solo algunas novelas. Lo que hace una novela es formular una pregunta compleja de la forma más compleja posible y como cada pregunta es distinta la manera de formularla también es distinta. Por tanto, cada novela tiene sus reglas y entre esas reglas está la de introducir la ficción o no. Yo he escrito dos novelas sin ficción: 'Anatomía de un instante' y 'El impostor'. 'El monarca de las sombras' es una novela con ficción, porque hay dos narradores: uno es el historiador que constantemente le advierte al lector que no inventa e intenta reconstruir el pasado con la mayor exactitud y honestidad, y el otro es Javier Cercas, que el personaje-narrador que reconstruye el proceso de escritura de la novela y que se toma ciertas libertades. Cuando tú colocas un granito de ficción en un relato real entonces todo es ficción.

P. Sin embargo, ¿no es una contradicción definir un relato, sujeto a la función poética del lenguaje, como no ficción?

R. No, porque sí es cierto que hay una construcción novelesca en 'Anatomía de un instante' y en 'El impostor', pero, por razones distintas, en ninguno de los dos casos hay ficción en cuanto invención, hay imaginación… pero es que también los historiadores utilizan la investigación.

P. Sostiene Hayden White que incluso la historiografía, en tanto que construcción del relato, es ficción. Es decir, que la sola escritura genera una disociación entre el relato –ficticio- y el referente –real.

R. Sí, entiendo lo que dice White, pero las reglas de la novela y las reglas de la historiografía son distintas. En la historia, obviamente interviene la imaginación, que no es inventarse cosas, eso es la fantasía. La imaginación es la capacidad de relacionar hechos que aparentemente no tienen relación. Carr define la historia como la reconstrucción imaginativa del pasado y lo que quiere decir es que el historiador debe relacionar hechos para reconstruir lo sucedido. Dicho esto, yo no creo que sea lo mismo un libro de historia que una novela. Entiendo lo que dice Hyden White y tiene una parte de razón, pero las reglas de 'El impostor' son distintas de las reglas de 'El monarca de las sombras': en 'El impostor' no me invento nada.

Fuente: EL Confidencial

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