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Los académicos aprobaron su nombramiento en la sesión plenaria del pasado viernes a propuesta de Eduardo Ayala y Miguel del Barco

Con mucho honor y responsabilidad asume José Luis Bernal su ingreso en la Real Academia de Extremadura.

Los académicos aprobaron su nombramiento en la sesión plenaria del pasado viernes a propuesta de Eduardo Ayala y Miguel del Barco. «Siempre es un honor y uno va a aportar su trayectoria», afirmó ayer.

José Luis Bernal es decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura y ha dedicado parte de su investigación académica a la poesía y la literatura. Ocupará el sillón de Félix Grande, que falleció en el año 2014. «Es un placer ocupar su sitio porque siempre he sido un seguidor de su poesía». Bernal dice que siempre sintió mucho apego por José Miguel Santiago Castelo, el antiguo presidente de la RAEX, quien más de una vez le dijo que debía entrar en la institución. «Me emociona mucho este nombramiento por Santiago Castelo, en vida no lo pudo ver y agradezco que la dirección hayan mantenido su deseo».

El ingreso será oficial cuando lea su discurso en la sede de la Academia en Trujillo. Todavía no hay una fecha concreta para su lectura porque este tipo de procesos lleva su tiempo y su protocolo. «Hay gente de las letras y las artes de mucho prestigio y se trata de aportar tu granito de arena para mantener ese prestigio».

José Luis Bernal es también vicepresidente del Centro Unesco de Extremadura y autor o editor de más de 30 libros.

Fuente: HOY

Este decreto, aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado 13 de septiembre y publicado este lunes en el DOE, concreta la descripción clara y precisa del bien y la delimitación del entorno necesario para garantizar su adecuada protección. Su declaración como BIC viene justificada por la relevancia del conjunto histórico de Brozas y los elementos dispersos relacionados con este, que se distribuyen por el término municipal, conformando así un conjunto relevante en el contexto del patrimonio histórico y cultural de la comunidad autónoma de Extremadura.

El núcleo urbano de Brozas, que tiene su origen en su emplazamiento actual, surge a partir de una fortaleza, con connotaciones religiosas, ya que desde el siglo XIII fue sede de la Encomienda Mayor de la Orden de Alcántara. Su trama urbana es claramente medieval. Las calles se fueron generando radialmente a partir del espacio central, donde se encuentra uno de los edificios más emblemáticos, la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en torno a la cual se fue generando el caserío.

Fuente: El Periódico Extremadura.

Ya ha dado comienzo una nueva edición de los XLV Coloquios Históricos de Extremadura que se celebran anualmente en Trujillo. Y lo han hecho en el salón de plenos del ayuntamiento con la lectura inaugural titulada “Fernando el Católico y Extremadura”, que corrió a cargo del medievalista Miguel Ángel Ladero Quesada. En ella se abordó asuntos como la población, economía y sociedad en la región a comienzos del siglo XVI; el ejercicio del poder político; las rentas del rey, así como sus viajes y estancias reales en Extremadura, de 1477 a 1511. Otros aspectos tratados versaron sobre los reyes y el monasterio de Guadalupe, y el último viaje del rey, que tuvo lugar entre diciembre de 1515 y enero de 1516.

Precisamente, Fernando el Católico es el protagonista de estos coloquios, coincidiendo con el quinto centenario de su fallecimiento en la localidad cacereña de Madrigalejo.

Hasta el 24 de septiembre la Fundación Xavier de Salas acogerá una treintena de ponencias sobre diferentes temas históricos acaecidos en la región, para concluir con la entrega de premios a los mejores trabajos.

Para la tarde de hoy está previsto que los coloquios se abran con el trabajo titulado Aportaciones a la biografía de don Juan Francisco Manrique de Lara, obispo de Plasencia entre 1760 y 1765, a cargo de José Luis Barrio. Seguidamente, José Antonio Ramos y Óscar de San Macario departirán sobre El patrimonio de los misioneros de La Preciosa Sangre y el legado del Marqués de Ovando en Cáceres. Asimismo, Francisco González Lozano y María Guadalupe Pérez Ortiz hablarán de la Aportación educativa del Seminario Conciliar de San Atón a la sociedad extremeña: 1860-1900.

Esta cita con la historia tendrá como colofón una visita guiada a Madrigalejo y la ponencia sobre la importancia de los coloquios en la conservación de la Casa de Santa María, donde pasó sus últimas horas el rey Católico. La dará el cronista oficia.

Fuente: El Periódico Extremadura.

Un hallazgo permite avanzar en la comprensión de la lengua de esta civilización

Los etruscos fueron la primera civilización que construyó ciudades en Europa occidental, en el siglo VIII antes de nuestra era, y sin su influencia no se puede entender la antigua Roma que, a su vez, explica nuestro presente. Su arte, como los sarcófagos de los esposos o la escultura l'Ombra della sera que inspiró a Giacometti, conecta con la sensibilidad contemporánea como ninguna representación artística de la antigüedad. Prueba de ello son la cantidad de exposiciones que protagonizan —hace dos años, llegaron a coincidir tres en Francia y dos en España, todas con piezas de primera fila—. Sin embargo, es una cultura rodeada de misterios: desde el mismo origen de este pueblo, sobre el que los expertos discuten desde los tiempos de Heródoto, hasta su lenguaje, del que se ignora más de lo que se conoce. Una estela descubierta recientemente en Poggio Colla, en el norte de Italia, puede ayudar a elucidar alguno de estos misterios.

La piedra caliza del siglo VI AC, de 220 kilos, formaba parte de un templo y fue descubierta el pasado mes de abril, aunque los primeros resultados acaban de ser anunciados en un congreso en Florencia y serán publicados este mes en la revista Etruscan Studies. Contiene la tercera inscripción etrusca más larga que se conoce, pero su importancia radica sobre todo en el contexto: la inmensa mayoría de las estelas de esta cultura que han sobrevivido son funerarias, salvo las láminas de Pyrgi que permitieron avanzar mucho a los investigadores. Sin embargo, en este caso es votiva. Al cambiar el entorno, cambian las palabras.

"La estela es muy importante por diferentes motivos", explica el arqueólogo Gregory Warden, profesor emérito de la Southern Methodist University of Dalles y presidente del Franklin College en Lugano, codirector de la excavación en la que se encontró. "Una inscripción como esta nos proporcionará evidencias importantes sobre el lenguaje etrusco, de hecho ya nos ha ofrecido nuevas palabras. Podemos tardar años en descifrarla entera, pero ya nos está dando nuevos datos", prosigue Warden. Es muy difícil encontrar puntos a los que agarrarse cuando se estudia el etrusco porque es una lengua no indoeuropea y que está relacionada con el lemnio, un idioma anterior al griego que se hablaba en la isla de Lemnos, en el Egeo oriental. Se conoce su alfabeto y se entiende el funcionamiento de su gramática, pero muchos significados escapan todavía a los investigadores.

Puede parecer un hallazgo menor —una piedra milenaria, unas cuantas palabras que se tardarán años en conocer y que no superan seguramente los 120 caracteres—, pero ha revolucionado el mundo de la etruscología: en arqueología la mayoría de los descubrimientos importantes son así, pequeñas piezas que permiten completar un puzzle mucho más grande. La tumba de Tutankamón se descubrió una vez y las películas de Indiana Jones son eso, películas. "Es un hallazgo excepcional que nos permitirá avanzar en nuestro conocimiento del lenguaje, la historia, literatura y creencias de esta cultura", explica Jean Macintosh Turfa, conservadora en el Museo de Arqueología de la Universidad de Pennsylvania —que alberga una de las grandes colecciones etruscas de EEUU— y coordinadora entre otros volúmenes de The Etruscan World, que no ha participado en el descubrimiento, pero se muestra entusiasmada.

"En arqueología el contexto lo es todo", señala por su parte el profesor Warden. "Es la primera vez que un objeto de tal magnitud está tan documentado. Sabemos dónde y cómo estaba instalado. Y la inscripción menciona al dios Tinia y la diosa Uni y corrobora que el santuario estaba dedicado a una divinidad femenina, tal vez conectada con la fertilidad". La investigadores tienen por delante años de trabajo en la piedra de Poggio Colla hasta que consigan primero restaurar un objeto que ha pasado 2.500 años bajo tierra y luego descifrar su contenido. Jean Macintosh Turfa agrega: "Existen tan pocas inscripciones largas, por eso estamos seguros de que esta pieza nos va a proporcionar muchos datos. Sin embargo, es muy blanda y delicada, con lo que los investigadores tienen que tomar muchas precauciones para limpiarla". Como ocurre desde hace cientos de años, el misterio de los etruscos se resiste a ser revelado.

Fuente: El País

Se ha convertido en la gran atracción de la Alcazaba. El tramo recién rehabilitado del recinto amurallado, comprendido entre los Jardines de la Galera y la Puerta del Alpéndiz, atrae a multitud curiosos que quieren saber cómo ha quedado esta zona del monumento más importante de la ciudad. Gracias a las obras que se han llevado a cabo durante el último año, esta parte de la fortificación árabe ha podido incorporar varias novedades entre las que se encuentran nuevos recorridos y restos arqueológicos que hasta el momento no se podían contemplar. Aunque los visitantes que se acercan a la Alcazaba se quedan sorprendidos con los resultados de la actuación, la complejidad de la zona recuperada hace que muchos se despisten y no sepan cómo moverse por ella o no entiendan qué importancia tienen los hallazgos realizados durante los trabajos arqueológicos. Sólo con observar el comportamiento de quienes se desplazan hasta allí para descubrir esta parte del recinto árabe inaugurada hace unas semanas, se identifican varios problemas.
Los restos arqueológicos desenterrados en el solar ubicado junto a la Biblioteca regional se han dejado al descubierto El primero es la falta de indicaciones que aclaren los dos nuevos itinerarios que han surgido tras las obras. Ahora se puede recorrer toda la muralla por el adarve, es decir, caminar por la parte superior del lienzo o pasear desde los Jardines de la Galera hasta la Puerta del Alpéndiz. Hay muchas personas que, al estar en un lado, no saben cómo llegar al otro. De hecho, se preguntan entre ellos qué deben hacer para poder realizar cada recorrido. «¿Cómo podemos subir ahí para continuar el paseo?», le preguntaba una pareja a un grupo de amigos que había salido la mañana del miércoles pasado para constatar los cambios en este sector de la fortificación. Precisamente por la parte alta de la muralla caminaba Mari Carmen con su marido, con el que comentaba la gran cantidad de vestigios históricos que han salido a la luz. «Madre mía, todo lo que ha aparecido aquí, ¿pero qué será?», se preguntaba. Las dudas que tenía Mari Carmen les surgen a muchos visitantes. Actualmente ven un amasijo de estructuras de piedra que nadie entiende. Los usuarios echan en falta paneles informativos que expliquen qué son los espacios que han aparecido, para qué servían o a qué época pertenecen. «Quienes se asoman para ver el yacimiento no saben qué son esos restos ni cuál es su importancia. Deben acondicionar el área adecuadamente para garantizar su conservación e instalar los carteles explicativos para acercar la historia al público en general», apunta José Manuel Bueno, presidente de la asociación Cívica, colectivo que trabaja para proteger el patrimonio de la ciudad. HOY se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Badajoz para saber si tiene previsto instalar señales o tablones informativos, pero no ha obtenido respuesta. La zona ha cambiado bastante en los últimos meses. Uno de los mayores atractivos es que ahora se puede llegar desde los Jardines de la Galera hasta la Puerta del Alpéndiz a través del semibaluarte de San Antonio. Esta nueva conexión permite contemplar y recorrer una parte de Alcazaba hasta ahora inaccesible. Además, en este paseo se pueden observar las cañoneras construidas por el ejército francés en el siglo XIX, la muralla original, las torres circulares de época taifa que han aparecido y el antemuro de ese lienzo tal y como se puede apreciar en la fotografía número 2. Desde el parque se puede subir al semibaluarte de San Antonio gracias a la instalación de una pasarela metálica. Bordeando este espacio se llega a la puerta del Alpéndiz, que conecta con el corredor que se ha habilitado tras el vaciado de tierra que se ha realizado durante la excavación. Por él discurre el antemuro destapado. Al final de este paseo se encuentra el conjunto del Alpéndiz, de época almohade, que sólo se puede visitar haciendo este recorrido ya que el acceso desde el interior de la Alcazaba ya no es posible. La salida que existía junto al antiguo pabellón de autopsias ha sido cerrada con una verja. Por eso, quienes lleguen hasta ese punto tendrán que dar la vuelta y volver a salir por la Galera. Así, las visitas al Alpéndiz están limitadas por el horario de los jardines. Segunda ruta El otro itinerario que se acaba de estrenar es el que discurre por el adarve de la Alcazaba, un paseo que hasta el momento no era posible. Tras la última intervención, los visitantes pueden rodear todo el recinto caminando por la parte superior de la muralla. Quienes vengan desde la Torre de Espantaperros o desde el tramo recuperado durante las obras que se llevaron a cabo en la primera fase pueden continuar su trayecto por la zona en la que se ha intervenido hace escasamente unos meses. Esta segunda ruta se ha creado durante los trabajos gracias a la reconstrucción del muro almohade en aquellos puntos en los que había desaparecido. En este tramo se han encontrado hasta tres torres circulares pertenecientes al lienzo taifa, cuya superficie es visible en una gran franja. Son las que también se pueden contemplar desde el corredor que llega hasta el complejo del Alpéndiz. Hasta ahora, el paseo por el adarve llegaba hasta la puerta de la cafetería de la facultad de Documentación y a partir de ahí no se podía pasar. Esto ya no será así y el visitante podrá continuar hasta la torre del Alpéndiz para enlazar con la zona rehabilitada en la primera fase. Esta conexión se ha logrado colocando pasarelas, escaleras y vallas metálicas a lo largo de todo el trayecto para garantizar la seguridad de las personas. Durante este recorrido se puede observar el campo arqueológico situado en el solar que se utilizaba de aparcamiento, restos que han salido a la luz durante las excavaciones. El terreno ubicado junto a la facultad de Documentación y la Biblioteca de Extremadura se ha convertido en un gran yacimiento histórico, tal y como se detalla en la fotografía número 1 que acompaña a este reportaje. Vestigios históricos Precisamente este área es otra de las grandes novedades que ha incorporado esta parte de la Alcazaba. La mayoría de las estructuras que se han destapado formaron parte de un complejo termal árabe vinculado al palacio de época taifa. Además de las salas de baño se han identificado las instalaciones subterráneas que permitían el calentamiento y la conducción del agua. También se conserva la red de alcantarillado. Asociados a estas termas, se han localizado los restos de lo que pudo ser un jardín que en su día sirvió de zona recreativa y de ocio. Entremezclados con estos espacios, se han descubierto restos de viviendas que se unieron a la casa fuerte de Hernán Gómez de Solís, del siglo XV. También se ha recuperado parte de las cimentaciones del antiguo Hospital Militar, construido a mediados del siglo XIX sobre lo que fuera el Hospital del Rey. En la franja del muro cercana a la cafetería de la Facultad de Documentación, en el subsuelo, se ha destapado el portillo de época islámica que comunicaba el interior de la Alcazaba con los Jardines de la Galera. De momento este paso permanece clausurado por seguridad. Los restos arqueológicos desenterrados se han dejado vallados y al descubierto, una solución similar a la que se aplicó en el yacimiento de la primera fase. En esta ocasión, además, se han apuntalado varias zonas para evitar que se desprendan los muros como ha ocurrido en otras áreas rehabilitadas anteriormente. Arqueólogos y arquitectos consultados por HOY reconocen que en estas condiciones los vestigios están expuestos a las inclemencias meteorológicas (viento y lluvia) así como a posibles actos vandálicos. De hecho la intención inicial del Ayuntamiento, tal y como comentó el portavoz del Gobierno local, Germán López Iglesias, era mantener a la vista los restos pero adecuadamente protegidos, para lo que pidió apoyo a la Junta. Si las soluciones técnicas eran muy costosas y el Ayuntamiento no contaba con ayuda, el Consistorio apostaba por enterrarlos de nuevo bajo tierra para preservarlos hasta que hubiese fondos para poder recuperarlos. El objetivo era evitar que se repitiese la situación en la que están los restos de la primera fase, que ya han sufrido desprendimientos o se llenan de basura. Desde la Cívica reclaman que se acondicionen los espacios arqueológicos que han salido a la luz durante las dos actuaciones. «Estamos preocupados por los antecedentes negativos que tenemos. No queremos que vuelva a pasar lo que ha sucedido con los hallazgos realizados en el primer tramo rehabilitado, que se mantienen a la intemperie. Es necesario que la Junta y el Ayuntamiento se pongan de acuerdo para asignar la dotación económica para preparar estas áreas», destaca Bueno.

Fuente: HOY

Los principios siempre son complicados. Pero ya por fin la obra de ampliación del Museo Nacional de Arte Romano está completamente en marcha. Orgulloso de ello se muestra su director. José María Álvarez confiesa que como en todas las obras hay fases más molestas que otras, pero que en este caso merece la pena. Calcula que en dos años ya pueda estar en pie el nuevo edificio. Confirma que actualmente se derriba parte del interior del museo, donde se va a actuar. Porque no solo la obra será en el solar anejo, sino también en parte de las actuales instalaciones, pues lo que se pretende es una continuación de espacios. Por eso explica que tiene que producirse un forjado entre el edificio actual y el nuevo. Hasta ahora lo que se ha hecho, según indica, es actuar en derribos. Por eso ha sido necesario desocupar enseres del personal del museo dejando libres varios espacios. «Se espera que avancen las excavaciones, que ya están en su recta final, para comenzar con el forjado. Ahora, por ejemplo, se están trasladando las alarmas, el tema eléctrico, el aire acondicionado, los servicios de telefonía. Son trabajos engorrosos e incómodos pero que hay que hacer». En cuanto a las excavaciones del solar, Álvarez recuerda que ya se había actuado en 2006, pero que los trabajos no se habían concluido porque había partes que no se pudieron excavar porque no se permitía el acceso al terreno. «Las excavaciones, que yo dirijo, se están haciendo con mucho rigor y método. Forman también el equipo dos arqueólogos notables como son Rafael Sabio, conservador, y el doctor Murciano. Hacen un trabajo impecable». Confirma que en ese lugar ya se había descubierto parte del Acueducto de San Lázaro, que ahora se puede admirar mejor porque está más limpio, además de una zona de necrópolis, con dos niveles interesantes. «Uno de ellos, del Alto Imperio, tiene incluso ajuares. Y aunque no son piezas de mucha importancia (cerámica, vidrio y alguna terracota) arrojan datos interesantes. El otro nivel superior es del Bajo Imperio, donde se está ahora, la última fase de la excavación. Con estas obras, afirma, se pretende una remodelación de ese espacio para hacer museable, no solamente el acueducto, sino un foso defensivo que se cree protegía de alguna manera el acceso a la muralla. Eso es lo que de momento ofrece ese solar, cuya excavación se quiere finalizar cuanto antes para que se pueda proceder al forjado de esa parte y poder unir el edificio actual con dicho terreno. Álvarez confirma que se quieren integrar en el edificio los restos del acueducto, además de realizar un corte para que el público pueda ver el foso anteriormente mencionado. También pretende que se haga visible algún monumento funerario destruido, mínimamente conservado, pero que también es interesante mostrar. Nuevo salón de actos Álvarez recuerda los motivos que llevan a realizar la ampliación. Antes explica que no se va a tocar la sala de exposición permanente. «Lo único que se hace es matizarla, considerar nuevos objetos, cambiar otros, traer nuevos de los almacenes. Sigue el esquema del museo. A través de piezas emblemáticas parlantes definir cada una de las facetas que formaron la vida cotidiana». Por otra parte, resalta que el museo cuenta con unos servicios importantes de conservación y restauración y que se potencia también la documentación y la investigación, además de la difusión, que contarán con espacios más amplios. También se va a crear una nueva sala de exposiciones temporales. La actual se queda pequeña y no hace justicia a las obras que acoge. Tampoco es la más apropiada para un museo de su categoría. Y se va a hacer un nuevo salón de actos. Tendrá forma de anfiteatro y una capacidad para unas 250 personas. Álvarez asegura que el actual es muy bonito y acogedor, pero también «muy incómodo». El edificio tendrá otra entrada que acogerá una tienda más vistosa, el guardarropa, la consigna. Será por la que acceda el personal del museo. La actual se quedará para que entren los visitantes. Por otra parte, la fachada del nuevo edificio no será de ladrillo visto, sino de hormigón lavado, pero con la misma tonalidad. «Se hace para distinguir dos espacios diferenciados y dos etapas de la obra de Moneo», confirma. Recuerda que en ese lugar se construyó un edificio de 12 viviendas que costó mucho expropiar y que impidió la idea original de ampliación que era abarcar toda la manzana.

Fuente: HOY

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