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El robo de arte sacro para su venta en galerías así como en subastas de arte es uno de los principales problemas al que se enfrenta el patrimonio cultural religioso, consideró Francisco Javier Pizarro Gómez, miembro de la Universidad de Extremadura.

Esto al anunciar en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) la maestría en Bienes Culturales de Origen Eclesiástico.

Expresó la necesidad de la creación de catálogos de piezas de arte sacro pero que no sean vistos como una seleccione de piezas para lucrar, sino que sean de conocimiento público y esto sirva como herramienta para salvaguardar el patrimonio.

El alimento del poeta, la vitamina, el hidrato, la proteína, es la lectura. Muchos han intentado explicarnos el misterio del autor telúrico que era Federico García Lorca como a un genio iluminado por la gracia divina. Sostenían que el hecho de que fuera mal estudiante, un pupilo corriente y moliente sin grandes notas en sus devaneos universitarios, demostraba su falta de formación. Pero más allá de la atención a los expedientes académicos de sus días entre tratados de Derecho o manuales de Filosofía y Letras, fue formándose un lector anárquico, impulsivo y voraz. Con muy buen gusto. Que hurgaba sin parar en la biblioteca familiar y acudía a los ultramarinos de las librerías, donde su padre había abierto cuentas familiares.

Así fue como, según Luis García Montero, poeta granadino también, catedrático de Literatura en la universidad de la ciudad que les alumbró a ambos, ha ido demostrando cómo sus lecturas fueron determinantes en la infancia, adolescencia y a lo largo de toda su vida. “Pudo parecer para algunos que estuvo mal preparado desde joven, pero no hizo otra cosa, con todo lo que leyó, que saber utilizarlo en su provecho como autor e ir así negociando su propia identidad, gracias a los libros que elegía”.

Selló pactos con la tradición para conducirla hacia la modernidad

En Un lector llamado Federico García Lorca (Taurus), García Montero traza el retrato de un aspirante a creador deslumbrado por Victor Hugo, tocado por Metamorfosis de Ovidio, seducido por El sueño de una noche de verano, de Shakespeare… Un genio que deglutía páginas a su conveniencia e iba encontrando en muchos otros los caminos de la sombría ambigüedad necesaria para expresar sus fantasmas íntimos gracias a una poderosa semilla de sugerencia.

 

OBSESIONADO CON REGALAR LIBROS

Hay una frase del poeta que Luis García Montero utiliza para la portada de su libro Un lector llamado Federico García Lorca: “Si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan: pediría medio pan y un libro”. Esa era la clave de su dieta. Si tan solo, según él, se conservan alrededor de 500 ejemplares de su biblioteca, más allá de extravíos en mitad del exilio de su familia, García Montero contempla el hecho de que al autor de Poeta en Nueva York le apasionara regalar libros por encima de acumularlos. Además, para él, la lectura iba unida al poder del aire volatilizado en palabras, como la misma música. “Se formó escuchando a doña Vicenta, su madre, leer en alto a los campesinos de la Vega de Granada. Eso, unido a las conversaciones que escuchaba sin cesar en su casa, conforman la raíz de su literatura, descendiente, en gran parte, de la pura oralidad”.

Se alió para ello con los simbolistas. Selló pactos con la tradición para conducirla hacia una modernidad sin vuelta atrás y disfrazó sus tabúes hasta convertirlos en arte gracias a Platón, Maeterlinck y a Oscar Wilde, pero también a Machado, Unamuno, Juan Ramón Jiménez... “Cuando abres los ejemplares que se conservan de su biblioteca en la Fundación García Lorca, ves que son libros habitados, subrayados, llenos de anotaciones muy reveladoras, como una que aparece en El tesoro de los humildes de Maeterlinck a un lado donde escribe: ‘hablar plata y callar oro”.

En tiempos donde la homosexualidad no podía exhibirse bajo pena de cárcel o cosas peores, debió impactarle hasta lo más hondo De profundis, el testimonio abiertamente identitario de Oscar Wilde, que le costó pena de prisión. Si comulgaba con la búsqueda espiritual de Unamuno, había algo innegociable que a la vez le separaba de él: “Su abierta enemistad con todo rastro de lo sensual”, asegura García Montero. “Comulgaba con una traslación de la intrahistoria a Andalucía, pero necesitaba construir dentro del universo propio una sensualidad para su tierra”.

El romanticismo fue uno de sus troncos principales. “Lo defendía como culto, no hallaba mejor ataque al sistema, ni manera de solidarizarse con los oprimidos”. Pero también los clásicos de Grecia y Roma, que lo acercaban a la mitología. “Desde El banquete de Platón, a la Teogonía de Hesíodo o Metamorfosis de Ovidio —un libro en el que según le dijo a una amiga íntima, lo encontraría todo—, Lorca exprimió a los oráculos del Mediterráneo. En ellos hallaba amores y fusiones extrañas tanto como transformaciones radicales, fuera de norma, que lo consolaban en su miedo al rechazo”.

Hurgaba sin parar en la biblioteca familiar y acudía a las librerías

De ahí, nada le impedía viajar a la modernidad que además le servían Rubén Darío o Ibsen y a los referentes de robustez poética que encontraba en Machado y Juan Ramón Jiménez. “Este le acogió desde el principio, aunque si algún defecto —corregible— veía en él, era que escribía poemas demasiado largos para su gusto”.

Todos ellos le permitieron a menudo rescatar lo que Lorca llamaba la mariposa ahogada en el tintero. Pero también las lecturas de T. S. Eliot o Walt Whitman, de Bécquer, Zorrilla, Baudelaire o Ramón Gómez de la Serna, “pese al daño que le debían producir sus prejuicios contra los homosexuales”, anota García Montero. Daba igual, en cada texto intuía pistas, mordía yugulares para extraer transfusiones de sangre útil a su propia voz. “Era un vampiro, si te acercabas a él, te absorbía”.

Fuente: El País

Manuel Vaz-Romero, escritor, crítico de arte y colaborador de El Periódico Extremadura, falleció anoche tras luchar durante un año contra una enfermedad. Su misa funeral se celebra hoy, a las 17.00 horas, en la iglesia de Jesús Resucitado de Cáceres. Nacido en Hervás, pero criado en Perales del Puerto, este experto investigador de la historia extremeña cursó Magisterio en Cáceres y luego se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. En 1990 alcanzó el grado de doctor por la Universidad de Extremadura y ha publicado alrededor de un millar de artículos, entre críticas de arte y temas de educación, en la prensa regional y nacional.

Fuente: El Periódico Extremadura

Del mismo modo que cualquier casa se engalana para celebrar un cumpleaños, el Patio de Armas del Castillo de Olivenza lo hizo esta semana para festejar el acto central del 25 aniversario de la inauguración oficial del Museo Etnográfico Extremeño González Santana. En el mismo lugar y fecha en el que en 1991 se inauguró la ampliación que dio lugar al museo oliventino tal y como hoy se conoce, se conmemoraron las bodas de plata en un acto que comenzó recordando el trabajo previo que desde 1980 venían realizando el primer director del museo, Francisco González Santana; el entonces alcalde Ramón Rocha; el Grupo de Apoyo al Museo de Olivenza (GAMO), así como otros colaboradores. 'Voces de un Museo', un viaje al pasado con una banda sonora de excepción El actual director del Museo Etnográfico, Miguel Ángel Vallecillo, tras mencionar a aquellos antecesores, recordatorio en el que coincidieron todas las intervenciones posteriores, y a los trabajadores actuales, aludió a la trayectoria de un cuarto de siglo «creando emociones» en un museo cuya labor actual «no es sólo de conservación, investigación, pedagógica y turística». Vallecillo hizo referencia a las actividades que llevan al Museo a estar plenamente integrado en la vida social de Olivenza colaborando con iniciativas que no solo pasan por el fomento de la cultura sino también por la inclusión laboral de las personas con discapacidad o el trabajo con mayores en la prevención del deterioro cognitivo. A continuación tomó la palabra Francisco González Santana, primer director del museo que hoy lleva su nombre y al que se dirigió como si de un amigo se tratase, otorgándole la cualidad de sorprenderse y divertirse con las visitas de mayores que recuerdan épocas pasadas gracias a las piezas expuestas y de jóvenes que descubren cómo se vivía antaño. Recordando los inicios del museo oliventino, el gran cariño con el que «los habitantes se regodean al nombrarlo», el impulso que supuso la creación de un Consorcio para su gestión y el apoyo de la Administración local y regional, González Santana terminó su intervención invitando a que siga recibiendo con los brazos abiertos a donantes y turistas. El alcalde de Olivenza, Manuel J. González Andrade, tras las pertinentes felicitaciones a quienes hicieron posible que este proyecto sea hoy una realidad y a quienes actualmente continúan con esta labor, calificó a este museo como ejemplo de la firme apuesta por la cultura de una ciudad cuyo pasado le otorga un valor diferencial, porque «Olivenza es cultura». El acto continuó con el descubrimiento de una placa en reconocimiento a la labor del Grupo de Apoyo al Museo de Olivenza (GAMO), jóvenes voluntarios en sus inicios y con una actividad reglada posteriormente, que en 1982 se sumaron al proyecto de museo etnográfico que entonces arrancaba. Junto a Herminia Carvallo, componente del GAMO, actual trabajadora del museo y encargada de descubrir la placa, estuvieron José Luis Rodríguez de la Paz, María del Carmen Alvero, Norberto Gutiérrez, José Andrés Caído y Julio Antúnez, con la única ausencia de Pedro Barbero. En nombre de aquellos jóvenes, hoy con algunos años más, José Luis Rodríguez de la Paz pronunció unas breves palabras en las que agradeció el reconocimiento recibido por el GAMO y tuvo un recuerdo especial para quienes les acompañaron y enseñaron en aquellos años en los que la voluntad era su principal herramienta de trabajo. Exposición conmemorativa Con la inauguración de la exposición conmemorativa del 25 aniversario, que muestra en la Sala de Actividades Alternativas el recorrido de este cuarto de siglo a través de una proyección audiovisual, documentos y objetos seleccionados, se puso fin al acto. Las actividades conmemorativas de esta pasada semana continuaron con las visitas teatralizadas 'Voces de un Museo' que tuvieron lugar el viernes y ayer sábado y el concierto acústico que Acetre ofreció el viernes. También esta semana se presentó el libro 'Museo Etnográfico Extremeño González Santana. 25 años creando emociones (1991-2016)', la historia de un museo y una ciudad a través de 200 páginas. Sus autores, Miguel Ángel Vallecillo Teodoro, director del Museo, y María Teresa Plaza Núñez, responsable del Área de Catalogación. Ciudadanía y representantes políticos de todos los partidos asistieron a una presentación a cuyo término el exalcalde Ramón Rocha reclamó mayor atención para los años del denominado premuseo, que suman ocho más a los 25 celebrados, apuntó, y para algunas personas cuya ausencia en las líneas de este libro considera injustificadas.

Fuente: HOY

En la agenda oficial de los tres palacios de congresos de Extremadura que se encuentran abiertos hay cinco días marcados en el calendario hasta final de año. Eso significa que entre los palacios de congresos de Mérida, Cáceres y Badajoz solo hay programados cinco eventos hasta el 31 de diciembre de 2015, según se indica en la página web de la Junta de Extremadura palcongrex.es. Se trata de una situación excepcional, casi anecdótica. A buen seguro las confirmaciones de eventos se irán sucediendo a lo largo del año y la estadística crecerá. Sin embargo, el pobre bagaje de cinco actividades en casi seis meses no deja de añadir sal a la herida de una opinión pública entre la que ha fraguado la idea de que los palacios de congresos de la región se encuentran infrautilizados. La situación es aún más inquietante si se tiene en cuenta que en el segundo semestre del año está prevista la inauguración del palacio de Plasencia y para 2017, la del de Villanueva de la Serena. La serie histórica de los eventos celebrados en los palacios de congresos de la región, según los datos facilitados por la Junta de Extremadura, es una gráfica con altibajos. En 2012 acogieron 142; en 2013 bajaron a 128; en 2014 llegaron a un máximo de 157, y el año pasado disminuyeron a 150. La web palcongrex.es refleja que en los seis primeros meses de este año se celebraron 78 eventos en los palacios de la región. Si el ritmo se mantiene, a finales de 2016 habrán acogido 156 actividades.
De los 38 eventos que acogió el pasado año el palacio de Cáceres, solo uno fue congreso En cualquier caso, el uso que se hace de los palacios de congresos ha terminado siendo sustancialmente diferente a la idea original. El palacio Manuel Rojas de Badajoz, que acogió 67 eventos en 2015, es la sede principal de la Orquesta de Extremadura (OEx), que ofreció 30 conciertos en este escenario el año pasado, a los que se suman otros tres de la Orquesta Joven (OJEx). Si se le añaden otros espectáculos musicales como los de ‘Brothers In Band’, ‘Don Bosco: El musical’, ‘Los secretos’ o ‘Los sabandeños’, puede afirmarse que la música llena más de la mitad de la agenda del palacio de congresos pacense. Un sector desinflado El de Mérida acogió 45 eventos en 2015. Entre sus usos llaman la atención el concurso de chirigotas y comparsas del Carnaval Romano. El de Cáceres, por su parte, es el menos utilizado, con 38 actividades en 2015. En su agenda, los congresos son lo de menos. El año pasado únicamente acogió uno, el Nacional del sindicato CSIF. Por contra, en él se celebraron diez graduaciones en 2015 y este año otras 12 más. Con la inauguración en 2004 de los palacios de Badajoz y Mérida, la región quiso colocarse a la cabeza del turismo de congresos a nivel nacional. Doce años después, María José García Curto, directora de la Organización Extremeña de Congresos ‘Orexco’, califica como débil la situación del sector en la comunidad. «Veo que no tiene mucho impulso, que faltan iniciativas a nivel de promoción. Eso está haciendo que cada vez haya menos congresos», afirma.
Extremadura vende sus espacios naturales o su gastronomía para atraer al turista de congresos García Curto asegura que hace unos cuatro años se notó una bajada en la celebración de congresos en Extremadura. «A nivel local, hará como diez años se empezaron a poner en marcha lo que llamamos ‘convention bureau’, que son oficinas de promoción de congresos de un destino participadas por iniciativa pública y privada. Las empresas del sector, de acuerdo con un ayuntamiento, ponían en marcha su oficina de promoción y buscaban a distintos colectivos profesionales a los que se les trasladaba la idea de que ellos podían funcionar como prescriptores y atraer eventos a Extremadura. Pero eso, con el tiempo, también se ha ido perdiendo–reconoce la directora de Orexco–. Ahora no hay en marcha ningún ‘convention bureau’ o los que hay existen sobre el papel, uno en Cáceres y otro en Badajoz, pero no están funcionando». Desde el sector del turismo de congresos se concluye que Extremadura necesita aumentar el número de actividades de este tipo que acoge. La gestión de los palacios depende de la empresa pública Gebidexsa, englobada en Gpex y perteneciente a la Junta de Extremadura. El pasado marzo se nombró a una responsable de la red de palacios de congresos y a un coordinador para cada infraestructura, un cambio con el que se pretende profesionalizar y rentabilizar la gestión. José María Mena, coordinador general del grupo Gpex, asegura que con esta medida se ha conseguido reducir los gastos y aumentar los ingresos de la explotación de los palacios a pesar de los elevados costes de mantenimiento. Asimismo, señala que la nueva estructura se ha concebido pensando en sacar el máximo rendimiento a la futura gestión de los palacios de Plasencia y Villanueva de la Serena, una vez que estén inaugurados. «Está sobre papel la campaña de promoción de la administración regional. Ahora mismo, lo que está un poquito tirando del carro son encuentros a nivel local que pretenden reactivar el sector en las ciudades que tienen posibilidades», afirma García Curto. El director de la patronal turística extremeña (Cetex), José Luis Ascarza, también incide en los problemas que conlleva la gestión pública, a la que culpa, junto a la crisis económica, del bajón de la actividad congresual. «No hay una gestión muy clara de los palacios de congresos en Extremadura. Es muy recortada en presupuestos, muy poco coordinada con el sector», asegura. Diferenciación El presidente de Cetex apuesta por coordinar a todos los sectores que participan en el turismo de congresos, desde hoteles hasta restaurantes y transportes, para atraer congresos de referencia a nivel nacional e internacional. «Desde Cetex podíamos llegar a conciertos para bajar los precios de los hoteles con el objetivo de conseguir que vengan congresos a nuestra región», ejemplifica. Así las cosas, el que se preveía como uno de los pilares del sector turístico regional terminó desinflándose, y con él, negocios como el de María José Aguilar. La propietaria del Hotel Cervantes de Badajoz, ubicado a escasos metros del palacio de congresos Manuel Rojas de la capital pacense, abrió el Hotel Góngora –también muy cercano, de dos estrellas y 22 habitaciones– pensando en la escasez de camas que había en el entorno, pero el 15 de junio de 2013 tuvo que abandonar. «He tenido que cerrar por falta de clientela. Si esto hubiera funcionado, con dos o tres congresos que nos beneficiaran cada mes, pues vale, pero es que hay dos al año. Yo pensaba que el palacio de congresos iba a ser una panacea que no ha sido», lamenta. Cierto es que el perfil de su establecimiento, de dos estrellas, no encajaba con el de los turistas de congresos, normalmente empresarios o profesionales de nivel adquisitivo medio o alto que prefieren alojarse en hoteles de cuatro y cinco estrellas y realizar gastos por encima de la media. «Hablando de congresos o convenciones hay dos patas: la social y la científica o empresarial. La pata científica son las sesiones de trabajo, donde es muy importante la sede donde se realiza la actividad y que sea cómoda y funcional. Pero por otra parte están las actividades sociales, donde se busca un atractivo en la ciudad que pueda cubrir esas actividades sociales al nivel máximo de satisfacción», advierte García Curto. El factor diferenciador de Extremadura con respecto a otras regiones en materia de turismo de congresos radica en esa pata social. «Hablamos de gastronomía, de espacios artísticos, de espacios arqueológicos o de naturaleza, porque Extremadura tiene una riqueza enorme en ese sentido. Eso es lo que nos diferencia de otros destinos. Tenemos tres ciudades patrimonio en nuestra región (Mérida, Cáceres y Guadalupe), tenemos muchísimos espacios naturales con una diversidad grandísima, territorios muy diferentes entre el norte y el sur de la región...», enumera Curto. Para disfrutar de la diversidad de la oferta turística de la región, algunos congresistas alargan su estancia aprovechando los fines de semana. «Los asistentes que vienen a un congreso jueves y viernes, por ejemplo, se quedan también sábado y domingo. Entonces ven un poco más detenidamente la ciudad y aprovechan para desplazarse a destinos que están muy cercanos –añade García Curto–. Pero el tema de los transportes es un problema», asegura. La ausencia, ya no de la Alta Velocidad, sino de trenes competitivos, sumada a la escasa actividad del único aeropuerto de la región, lastran las posibilidades del turismo de congresos en Extremadura. «Cuando gestionamos el grupo de ponentes de un congreso nos piden un avión por falta de tiempo, porque es gente con agendas apretadas. A ellos les gustaría ir y volver en el día o ir un día y volver al siguiente. Y es complicado, sobre todo cuando traes a alguien de Berlín, de Manchester o de Estados Unidos. Primero explícales dónde está Extremadura, luego que lleguen a Madrid y, desde ahí, decirles que va a ser difícil enlazar con un vuelo a Badajoz y que hay que ponerles un coche con conductor en el que va a hacer 300 o 400 kilómetros», narra la directora de Orexco. No obstante, García Curto ha constatado que los congresistas anteponen su interés por viajar a Extremadura a las incomodidades del transporte. «El argumento que nosotros tenemos para conseguir que la gente llegue es la riqueza y la diferenciación que tenemos con respecto a otros destinos. Utilizamos mucho como argumento de venta la foto del lugar. En el cartel pones la ciudad monumental de Cáceres, la Plaza Alta de Badajoz o el Teatro Romano de Mérida y eso vende solo. No hay mejor motivo para venir que tener una cita profesional en Extremadura», analiza. «Conseguir que un congreso no se celebre en Valencia y venga a Extremadura depende del transporte. Esa es la asignatura pendiente para poder desarrollar la gestión congresual. Nos falta un aeropuerto ágil», reconoce Ascarza.

Fuente: HOY

El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Zona Arqueológica, al yacimiento de Villasviejas del Tamuja y las necrópolis de El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, ubicados en los términos municipales de Botija, Plasenzuela y Cáceres. El decreto concreta la protección del entorno inmediato, del paisaje circundante y del nuevo BIC, para evitar futuras acciones que puedan dificultar la correcta visualización del mismo, ya que se trata de uno de los castros "más emblemáticos" de la cuenca extremeña del Tajo, "tanto por su importancia histórica como por sus características constructivas". Su declaración como BIC viene justificada por la "relevancia" histórica, arqueológica y patrimonial de este yacimiento, puesto que es "importante" para la comprensión del poblamiento del territorio extremeño en el período conocido como Segunda Edad del Hierro, que culminará con el control por parte de Roma de todos estos territorios. Villasviejas del Tamuja y las necrópolis adyacentes están enclavados en un paisaje adehesado con presencia de ríos y arroyos que surcan la penillanura pizarrosa y forman los llamados 'riberos' o encajonamientos por la erosión. Conserva restos arqueológicos correspondientes al siglo IV a.C, pero con una ocupación anterior y una continuidad en la utilización del poblado fortificado hasta el cambio de era. Este asentamiento tiene la particularidad de contar con dos recintos amurallados independientes, situados en dos pequeños promontorios enmarcados por los meandros encajonados del río Tamuja. En el entorno del castro se sitúan las tres necrópolis de cremación, El Mercadillo, El Romazal I y El Romazal II, que informan de las creencias, organización social e influencias de los pobladores protohistóricos del lugar. Se considera que la primera es la más antigua y presenta restos depositados en urnas, con algunos elementos de ajuar y protegidos a veces por encanchados circulares o cuadrangulares, lo que es un elemento "inédito" en las necrópolis de Extremadura.

Fuente: El Periódico Extremadura

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