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Festival de Teatro de Cáceres --¿Quiénes eran Las Cervantas? --Eran las mujeres que convivían con Cervantes. Su hermana mayor, Andrea; la hermana menor, Magdalena; la hija de Andrea, Constanza; la hija bastarda de Cervantes, Isabel; y la mujer del escritor, Catalina. Esos son los personajes de la obra, además del propio Cervantes como personaje ausente. --¿Cómo surgió este proyecto? --A raíz de que la actriz Gracia Olayo oyera hablar de Las Cervantas. Le interesó el tema, empezó a investigar sobre ellas y nos habló a Jose Ramón Fernández y a mí sobre la idea de escribir una obra de teatro para redimir un poco el nombre de estas mujeres, que las llamaron Las Cervantas de una manera un tanto despectiva. Cuando la Biblioteca Nacional de España nos encargó hacer algo para conmemorar el cuarto centenario de Cervantes decidimos escribir Las Cervantas . Es un proyecto que Gracia Olayo tenía en mente desde hace bastante tiempo y que se ha materializado gracias al encargo de la Biblioteca Nacional. A raíz de ahí, los productores se pusieron manos a la obra y nos llamaron para el Festival de Teatro Clásico de Alcalá, el de Almagro, el de Cáceres y algunos otros. --¿Cómo influyeron éstas mujeres en la vida y la escritura de Cervantes? --Creo que en la visión que tiene el propio Cervantes de la mujer, que es una visión bastante adelantada a su época. Se trata de una mujer culta, que quiere ser libre, que piensa por sí misma, que no se somete a los dictados del hombre... Así eran sus hermanas y así son las mujeres que encontramos en su literatura, por lo que yo creo que influyeron bastante. --¿Cómo ha sido el proceso de creación de este montaje con José Ramón Fernández? --Llevamos bastante tiempo pensando en este proyecto y la documentación la empezamos hace mucho, luego a la hora de escribir la obra ha sido un proceso bastante rápido. Ha sido muy interesante porque la visión de José Ramón y la mía han sido prácticamente idénticas y hemos tenido una sintonía a la hora de escribir maravillosa. Estuvimos hablando sobre cómo veíamos a los personajes, el carácter de cada una de ellas, qué preguntas nos íbamos a hacer sobre ellas... Nos hemos inspirado mucho en la literatura de Cervantes para crear los personajes y la verdad es que ha sido un trabajo interesantísimo. --¿Cómo han diseñado la puesta en escena? Hábleme un poco sobre la escenografía, el vestuario, la caracterización... --La obra está dirigida por Fernando Soto, que ha ideado una puesta en escena muy atemporal. De manera que son Las Cervantas pero pueden ser mujeres de hoy en día, de los años 50 o incluso de dentro de 20 años. La escenografía, visual y simbólica, se ha tratado de plasmar de una manera contemporánea y la música está muy presente a lo largo de todo el montaje. --¿Cuál es el mensaje que se quiere transmitir? --Es una reivindicación de la dignidad de la persona frente a la manipulación por parte de las autoridades para enredar un proceso y tapar al culpable de un hecho. Es una historia de corrupción y de engaños. --Se presentó en abril en Madrid y la obra ha sido seleccionada para Festivales de Teatro Clásico como el de Alcalá, Almagro o Cáceres... ¿Le ha sorprendido la acogida? --Siempre sorprenden las buena acogidas. En Alcalá hemos tenido lleno absoluto los dos días que hemos estado, en Almagro están agotadas las entradas desde el primer momento que se pusieron a la venta, espero que la plaza de Las Veletas de Cáceres, mi tierra, también se llene. Hablar de Cervantes se ha hablado mucho, pero de las mujeres que estuvieron en su vida quizá no demasiado. Y si se ha hablado ha sido para tacharlas de 'ligeras de cascos'. Por lo tanto, queríamos dignificar esa figura femenina en la vida de Cervantes. --Se trata de su tercera incursión en el mundo del teatro, después de 'El laberinto y la urdimbre' y 'Sí, vale, vale chao'. ¿Es 'Las Cervantas' el proyecto con el que más realizada se ha llegado a sentir? --Desde el punto de vista de la difusión, Las Cervantas es el proyecto más grande. El laberinto y la urdimbre es una obra publicada, sobre la que se hizo una lectura dramatizada, pero que nunca se ha llegado a montar y Sí, vale, vale chao es una comedia que se representó durante el año pasado. --¿Algún proyecto futuro del que se pueda adelantar algo? --Muy pronto, el próximo 13 de septiembre sale mi nueva novela: Tierra sin hombres , editada por Planeta. De temática femenina, narra la historia de dos hermanas residentes en Galicia, en una pequeña aldea cercana a Ferrol, a principios del pasado siglo XX.

Fuente: El Periódico Extremadura.

Las VIII Jornadas de Historia versarán sobre tres centenarios, el del teatro Carolina Coronado, el cuarto de la muerte de Miguel de Cervantes y el de la muerte de Rubén Darío. El presidente de la Asociación Histórica de Almendralejo, organizadora de las jornadas, Francisco Zarandieta, presentó ayer esta cita, que se llevará a cabo del 18 al 20 de noviembre. El director de la Real Academia de Extremadura de las Letras y de las Artes, Francisco Javier Pizarro, ofrecerá una conferencia sobre los 'Personajes y programas cervantinos en el arte extremeño'. Además, el arquitecto que restauró el teatro Carolina Coronado Vicente López Bernal ofrecerá otra sobre 'La reconciliación de un edificio con la ciudad'. Por último, el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Extremadura y decano de la facultad de Filosofía y Letras, José Luis Bernal, será el encargado de dar su visión sobre el escritor y padre del Modernismo en la conferencia 'Huellas extremeñas de Rubén Darío'. Zarandieta, que también es el cronista oficial de Almendralejo, indicó que el programa de las jornadas se completa con una exposición sobre la 'Arquitectura en Tierra de Barros (1870-1930)', que se podrá ver durante todo el mes en el Centro Cívico. Un espectáculo musical en el teatro Carolina Coronado y una visita de los congresistas a la localidad de Salvatierra de los Barros, donde se ofrecerá la ponencia 'Alfarería tradicional en el tiempo de El Quijote', completarán estas jornadas, para las que la organización espera numerosas comunicaciones. «Tenemos que anunciarlas con tiempo porque sabemos que son referentes para muchos investigadores en la región», apuntó Zarandieta ayer en la presentación.

Fuente: HOY

A partir de 2007, se concretó una reflexión sobre todos los muertos de la Guerra Civil que, fuesen del bando que fuesen, merecían respeto y dignidad. Durante el franquismo, pocos tuvieron en cuenta el destino de este enterramiento militar*. Cuando se diseñó en 1937, se quería dar un destino digno a los soldados italianos y españoles muertos en batalla en la Sierra de Argallén, junto a Campillo de Llerena. Posteriormente, fue fosa común de otros muchos muertos en la guerra civil. Pero su estado general fue el de abandono. Ni siquiera había un cartel o una placa que indicase que era el lugar y qué contenía. No fue hasta bien entrada la democracia derivada de la Constitución Española de 1978, en la legislatura municipal y autonómica 2003-2007 y sobre todo, en la 2007-2011, cuando se impulsó y se logró la financiación para la restauración y rehabilitación del recinto funerario. Desde la Transición democrática, el cementerio fue igualmente preterido. Pero a partir de 2007, se concretó una reflexión sobre todos los muertos de la Guerra Civil que, fuesen del bando que fuesen, merecían respeto y dignidad. La idea se fraguó en el propio Ayuntamiento de Campillo de Llerena que, con la ayuda de Premex (Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura) y otros organismos oficiales, pensó darle una solución adecuada a un cementerio que, aunque adecentado por el municipio con sus escasos medios, distaba mucho de ser rehabilitado para los vecinos y ofrecido a la comprensión de todos los que pasaban a su lado por la carretera Ex -107. La voluntad principal del Ayuntamiento de Campillo de Llerena está expresada en unos versos anónimos que están reflejados en uno de los paneles que explican el sentido y la historia del recinto: Hay que escribir bien los nombres,
los de un lado y los del otro,
hay que decir que la sangre
fue derramada por todos
y todos eran iguales:
hombres, como sois vosotros,
hombres que sudaron pan
en estos campos de plomo
y hombres que se han sembrado
como simiente en el polvo.
Ya nada importa el color:
recemos todos por todos Había otra opción, que era destruirlo definitivamente. Pero según aseguró al diario Hoy de Extremadura Cayetano Ibarra Barroso, escritor y coordinador para el Proyecto de la Memoria Histórica de Extremadura, tal decisión "hubiese tenido consecuencias morales y legales". Finalmente llegaron los casi 45.000 euros necesarios** para el trabajo concreto de la restauración, que incluía labores arqueológicas, una adecuada documentación y una exposición pedagógica para explicar a los viajeros que parasen ante qué tipo de monumento estaban. Una visita el cementerio incluye la atención personalizada del propio impulsor del proyecto de restauración, Francisco Martín Portalo. Toda la información relevante está expuesta en paneles explicativos que informan sobre la historia, la evolución y el sentido con el que ha sido restaurado este cementerio. Aunque la intención no tiene nada que ver con la exaltación de la Guerra Civil ni de ninguno de sus bandos, Martín Portalo nos confesaba que había habido incomprensiones hacia el proyecto, e incluso, alguna vez, se habían sufrido pintadas en las instalaciones. En la prensa nacional, destacó el título del artículo del diario Público: "Un cementerio turístico-fascista", lo que da una idea de cómo fue recibido el hecho en ambientes culturales de la izquierda española. La pieza recordaba adecuadamente que había sido durante el gobierno del PSOE extremeño cuando se había consumado la restauración. Además, incluía la queja de Cecilio Gordillo, de la CGT de Andalucía e impulsor de proyectos de recuperación de la Memoria Histórica de la zona republicana. Decía Gordillo: "Yo me daría con un canto en los dientes si los Lugares de la Memoria que ha prometido habilitar la Junta de Andalucía estuvieran la mitad de trabajados, señalizados y completos que este cementerio", poniéndolo como ejemplo de "memoria histórica desigual". Ciertamente, en ambos bandos hubo un olvido de las víctimas enemigas e incluso de las propias. Por ejemplo, aún no se conoce la identidad ni han sido reclamados los restos de muchos de los muertos enterrados en el cementerio de los italianos, salvo la de algunos oficiales italianos y españoles***. Pero en general, la iniciativa fue bien considerada por erigirse en referente de cómo podría haberse concretado un proyecto nacional de recuperación de la memoria histórica sin tintes sectarios. De hecho, como consecuencia de la labor culminada, Martín Portalo acometió una segunda parte de su proyecto para Campillo de Llerena abriendo lo que ya es hoy un Museo de la Guerra Civil en la localidad con elementos procedentes de los dos bandos.
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Martín Portalo en el cementerio de Campillo de Llerena
Entre ellos destaca la reproducción de una trinchera, lugares de miedo y mal olor; la exposición de las botellas donde se introducía un papel con la identidad de los fallecidos en caso de ausencia de placas identificativas; la aportación de restos de los combates y se espera que, poco a poco, conforme avances las investigaciones, se convierta en un importante museo que recoja la historia de los dos bandos que sufrieron una violencia extrema en la localidad hace 80 años. Como elemento anecdótico, se cuenta en sus paneles las carreras de piojos, ácaros enemigos de los soldados de ambos bandos. Había tantos, se recuerda, que si se dejaba un jersey en el suelo, la prenda se movía sola. Era una incomodidad para todos los combatientes. Por ello, se distraían de ella trazando un círculo dentro de un plato de aluminio. Luego colocaban cuatro piojos debajo de un tapón de cerveza. Se elegía uno de ellos y se apostaba por él. El piojo que llegaba antes al borde del círculo era el ganador. Era una forma de olvidarse de los insectos y del por qué se estaba en esa guerra. Por otra parte, se ha criticado la voluntad "turística" macabra de tales proyectos pero todos los proyectos de memoria histórica tienen una vertiente lúgubre. Que las visitas turísticas a otros emplazamientos similares sean comprendidos e incluso impulsados, no se compadecen con las críticas a un pueblo que, entre sus pocos recursos, cuenta con el Cementerio de los italianos y el Museo de la Guerra como reclamos para sus posibles visitantes. Que tal proyecto fuera ideado por un alcalde socialista, concretado por otro alcalde de Independientes por Extremadura, puesto en marcha con ayuda de la Junta de Extremadura gobernada por el PSOE y luego por el PP y otros organismos e inaugurado por un alcalde de IU en presencia de un consejero del PP, enseña que las cosas, en este país, pueden hacerse, y deberían, ser hechas de un modo más cercano a la reconciliación que al enfrentamiento. Recordemos los versos finales del Cementerio de los italianos: "Ya nada importa el color. Recemos todos por todos". ​ *En la documentación disponible hasta 1967 no se pregunta por el destino de este cementerio militar. En un oficio de 25 de noviembre de 1967 el gobierno civil de Badajoz se interesó por el estado de este emplazamiento. Esto es, fue abandonado a su suerte tras el fin de la Guerra Civil. **Los 44.856 euros, coste del proyecto, fueron aportados por el Ejército, los fondos del Consorcio Centro de Desarrollo Rural Campiña Sur (Ceder), el Premehex, Consejería de Cultura y Turismo de la Junta y el Ayuntamiento de Campillo de Llerena. ***En el bando franquista, las instrucciones para el enterramiento de los enemigos en los frentes de guerra eran: "Los cadáveres del enemigo serán enterrados en fosa común, en lugares próximos a donde se encuentren, cercándole también para su posible reconocimiento". Los cadáveres de los propios eran enterrados en fosas individuales en los cementerios municipales próximos o si eran muchos, se habilitaban espacios para ello.

Fuente: Libertad Digital

La pintura «Femme assise» («Mujer sentada») del español Pablo Picasso se ha convertido este miércoles en la obra cubista más cara subastada hasta ahora, al alcanzar en Londres los 43,2 millones de libras (56,3 millones de euros). La casa Sotheby's ha informdo de que este cuadro del pintor malagueño es, además, la pieza de arte más cara que se ha rematado en los últimos cinco años en la capital británica. La obra, que fue subastada por última vez hace 43 años, ha superado las expectativas de la firma londinense, que esperaba venderla por unos 28 millones de libras (35 millones de euros). Este retrato, en el que Picasso plasmó el rostro de su amante Fernande Oliver en 1909, partía como la estrella indiscutible en una puja de obras impresionistas y de arte moderno en Sotheby's. «Todas las otras obras de las series de Picasso, con una o dos excepciones, se encuentran en museos públicos, así que, para los coleccionistas, poder adquirir esta pieza es una oportunidad excepcional que se produce pocas veces», ha indicado a Efe James Mackie, experto de la casa de subastas. La importancia de esta creación, que se ha expuesto en el Museum of Modern Art (MoMa) en Nueva York y en la Tate Gallery de Londres, entre otros reconocidos escaparates, radica en que se erige como una de las obras que iniciaron el cubismo. «Desde el contexto del arte moderno, 'Femme assise' es un elemento clave, ya que marca los comienzos de un movimiento pictórico que derivó a su vez en el constructivismo, el futurismo y en el arte abstracto», en palabras de Mackie. El óleo sobre lienzo, con referencias estilísticas y trazos que beben de una de sus obras más conocidas («Las señoritas de Avignon», 1907), es, para el experto de la casa de subastas, un reflejo del «viaje» que experimentó el artista malagueño y que terminó por originar uno de los movimientos pictóricos más importantes. «Les femmes d'Alger (versión 'O')», firmada también por Picasso, se convirtió mayo de 2015 en la pintura más cara jamás vendida en una subasta, después de que la casa Christie's de Nueva York pulverizará récords al recaudar 179 millones de dólares (160 millones de euros) por ella. Además de la pieza de Picasso, Sotheby's ha sacado a subasta este miércoles en Londres un retrato de Jeanne Hébuterne, la musa del artista italiano Amadeo Modigliani, cuyo precio final ha alcanzado los 38,5 millones de libras (50,1 millones de euros). También han salido a la puja una litografía de «El grito» de Edvard Munch de 1895, que se ha vendido por 1,8 millones de libras (2,2 millones de euros), y la obra «Nature morte aux pommes» del postimpresionista Paul Gauguin, que ha sido adquirida por 3,3 millones de libras (4,3 millones de euros). La escultura de bronce «Ève» (1881) de Auguste Rodin, que ha formado parte de la colección privada del actor Sylvester Stallone, se ha quedado sin comprador tras no alcanzar el precio de reserva.

Fuente: ABC

Con el objetivo de poner en común diferentes propuestas para el uso del patrimonio urbano como herramienta de integración para los colectivos socialmente vulnerables, el Palacio de la Isla acogió ayer unas jornadas técnicas que contaron con representación de los 15 municipios nacionales que conforman el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad (GCPH). Elena Nevado, alcaldesa cacereña, dio la bienvenida a los asistentes como anfitriona y destacó la importancia de "trabajar juntos para hacer posible las ciudades inclusivas". La acompañaba Elisa de Cabo, subdirectora general de Protección del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, y varios miembros de la corporación municipal. Las jornadas giraron en torno a la obra Ciudades más humanas, patrimonio más social , escrito por Amaya Herrero, y que recoge varias propuestas en este sentido. "Este libro pone en valor que el patrimonio no es solo una joya arquitectónica sino que también tiene una función social", remarcó Nevado, quien alabó el Secretariado Gitano y a Cocemfe Cáceres al entender que han contribuido en "la integración social de los colectivos más vulnerable". Del mismo modo, De Cabo recordó que, desde el Ministerio de Cultura, siempre se ha hecho hincapié en "la dimensión social del patrimonio". "El objetivo es ver la realidad, cuáles son las necesidades de los colectivos vulnerables y, a partir de ahí, ver cómo se pone el patrimonio a su servicio", finalizó Nevado. Tras ella, los representantes de cada ciudad del GCPH desmenuzaron sus acciones y propuestas de mejora.

Fuente: El Periódico Extremadura.

Ante todo, se trata de una pesada deuda generacional pendiente. Y de algo más… Aun a riesgo de exponerse a las polémicas —primero canónicas, después de sexo— Ana Merino y Raquel Lanseros como antólogas y Chus Visor como editor se han atrevido a reunir en Poesía soy yola obra de 82 mujeres, nacidas entre 1886 y 1960, nombres relevantes en la lírica en español del siglo XX. Ellas cambiaron de alguna manera la unívoca (y masculina) manera de ver el mundo. Quisieron dejar de ser musas para convertirse en sujeto activo con palabras tan tiernas como mordientes. De la exploración ecléctica de géneros y tendencias al hallazgo de las voces propias, estos nombres parten de la uruguaya Delmira Agustini (Montevideo, 1886-1914), asesinada por su exmarido a los 30 años, y terminan en Ana Istarú (San José de Costa Rica, 1960). Abarcan todo un mapa de testimonios convulsos y desgarrados, introspectivos y plagados de exquisitas sensibilidades muy diversas.
Publicidad “Comenzamos a trabajar en esta antología hace dos años. Muchos pensarán que la sacamos ahora a raíz de la polémica creada, pero no es así”, asegura Chus Visor Merino (Madrid, 1971) y Lanseros (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1973) son, a su vez, poetas en activo en este presente en el que el género vive un momento de eclosión. Y como notario de las idas y venidas de la poesía ejerce Chus Visor desde que creó su editorial en 1969. No solo en las voces masculinas. Su catálogo rebosa con los nombres de las mejores poetisas de su tiempo y del pasado. Aún resuenan los ecos de la controversia que desataron hace unos meses unas declaraciones de Visor que incendiaron las redes sociales. “Si vas a coger a las poetas desde 1898 para acá, es decir, todo el siglo XX, no ves ninguna gran poeta, ninguna, comparable a lo que suponen en la novela Ana María Matute o Martín Gaite”, dijo entonces el editor y librero. “Comenzamos a trabajar en esta antología hace dos años. Muchos pensarán que la sacamos a raíz de la polémica creada, pero no es así”, precisa ahora. Han incluido a poetisas de todos los países de habla castellana. “El hispanismo del siglo XXI debe tener vocación transatlántica si quiere crecer. Ser inclusivo y aportar un abanico de posibilidades que nos enriquezcan a todos”, afirma Ana Merino, además de poeta, experta en cómic y dramaturga. “Entiendo la poesía siempre desde un territorio plural que abarque a todos los países hispanoparlantes. Siento innecesaria y ficticia cualquier barrera literaria que separe nuestro idioma”, tercia Raquel Lanseros.
Las palabras de Visor que incendiaron las redes sociales No quiere acordarse de la fecha, pero en junio de 2015 el editor Jesús García Sánchez, más conocido como Chus Visor, declaró al suplemento El Cultural que la poesía femenina española —que no la hispanoamericana— de la pasada centuria no había estado a la altura de la masculina. “Si vas a coger a las poetas desde 1898 para acá, es decir, todo el siglo XX, no ves ninguna gran poeta, ninguna, comparable a lo que suponen en la novela Ana María Matute o Martín Gaite”, dijo. “No hay una poeta importante ni en el 98, ni en el 27, ni en los 50, ni hoy. Hay muchas que están bien, como Elena Medel, pero no se la puede considerar; por una Medel hay cinco hombres equivalentes”, añadió. Unas 400 firmas apoyando una reclamación en la web change.org le censuraron y ardieron las redes sociales contra quien ha armado el catálogo poético más importante de una editorial en castellano desde hace cinco décadas. No ha existido ningún poeta importante en el mundo moderno y contemporáneo al que no haya estado atento. Visor salió escaldado, pero su nueva antología, Poesía soy yo, reunida para su colección por Raquel Lanseros y Ana Merino en un proyecto que lleva fraguándose dos años, vuelve a certificar el apoyo constante de su editorial a las mejores poetisas que dio la lengua española en el siglo XX. Y por no hablar del XXI, porque las generaciones nacidas entre 1960 y 1990 —Lanseros y Merino son buena prueba de ello— han tenido en los últimos años un hueco más que estelar en su índice. La discriminación, tanto en los grupos poéticos como en los círculos académicos, se revela como una lacra que persiste, con menos intensidad en el presente, pero con similares efectos perniciosos. “En nuestra generación, las cosas han cambiado algo, pero no lo suficiente como para que una antología así haya dejado de ser necesaria”, defiende Lanseros. “Aún no hemos llegado al momento en que las características personales y extraliterarias de quien escribe dejen de influir, para bien o para mal, en la recepción de la obra, su reconocimiento y su categorización. Ojalá este libro sea otro pequeño paso en esa dirección. Solo del conocimiento puede nacer la normalización”, añade. Merino ahonda en ciertas transformaciones que se han registrado: “Nuestra generación ha vivido importantes aportaciones en el espacio teórico de la identidad femenina, los estudios de género y el concepto de igualdad. Occidente ha construido discursos culturales donde la mujer ha adquirido un poder intelectual. Sin embargo, creo que existen grandes matices dependiendo de los países y de sus problemáticas. Hay muchas regiones en las que la producción femenina sigue siendo un hecho social”. A la hora de abordar una antología así, algunas poetas vivas reculan. No quieren figurar bajo un sesgo de género, sino medirse en un canon similar, más de tendencia o generacional, junto a hombres y mujeres.
Lógica de la compensación Ello ha supuesto dificultades y que algunas no hayan querido figurar en la lista. Es lo que Carmen Conde, la primera escritora que ingresó en la Real Academia, llamó en su antología Poesía femenina española viviente, publicada en 1954, lógica de la compensación. “Aquello no dejaba de ser una reacción paralela y necesaria ante un canon de ortodoxia estrecha e injusta que requiere construir opciones alternativas. La mirada de la compensación fue un avance en los estudios literarios que permitió abrir y fijar nuevos marcos de conocimiento”, incide Lanseros. “Cada canon es una construcción intelectual que depende de muchos factores. Refleja la realidad cultural de su época. Nosotras hemos querido ensancharlo, promover nuevas búsquedas y sorprender gratamente a los lectores”, remata Merino.

Fuente: ElL País

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