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El nombramiento de una joven directora lituana al frente de la orquesta de Birmingham y otras incorporaciones femeninas empiezan a consolidar un cambio de rumbo Comienza a tambalearse el último bastión sexista de la música clásica. La Sinfónica de la Ciudad de Birmingham anunció a principios de febrero que su próximo director musical será la lituana Mirga Grazinyte-Tyla (Vilnius, 1986). La orquesta que viera forjarse a dos caballeros del podio como Simon Rattle y Andris Nelsons, pasará en septiembre a manos de una dama. Un podio visionario pero también un trampolín. Rattle ascendió desde Birmingham en 2002 a la codiciada titularidad de la Filarmónica de Berlín y Nelsons a la Sinfónica de Boston, que combinará en 2017 con la Gewandhaus de Leipzig. Tres de las mejores orquestas del planeta. Pero la elección de Grazinyte-Tyla como sucesora de Nelsons al frente de una de las principales formaciones sinfónicas del Reino Unido no es un fenómeno aislado. Forma parte de una tendencia que se está consolidando hacia la normalidad, como ha sucedido con la revolución pianística china que representaLang Lang o el despunte del sistema venezolano que encarna Gustavo Dudamel. Grazinyte-Tyla surge precisamente conectada a Dudamel. No es su maestro sino su mentor. El venezolano eligió a la lituana como asistente en la Filarmónica de Los Ángeles en 2012 tras su victoria en el Premio Nestlé del Festival de Salzburgo. Dos años después comenzó a dirigir sus propios conciertos matinales en el imponente Walt Disney Hall. Y pronto surgió en la ciudad californiana lo que un crítico de Los Angeles Times ha denominado como “Mirgamanía”. Adjetivos como “natural”, “dinámica” o “enérgica” pueden leerse acerca de ella en los periódicos. Es una excelente directora, pero también un verso suelto en relación con Dudamel. Y esto es lo que puede contribuir definitivamente a cambiar las cosas. Grazinyte-Tyla no reproduce o adapta sobre el podio el estereotipo dominante asociado con el director de orquesta masculino. Eso que Elias Canetti definió como "la expresión más obvia del poder”. Ella tiene su personalidad y construye un arquetipo diferente basado en la complicidad y empatía con sus músicos: “Dirigir va sobre inspiración y comunicación. Juntos encontramos una forma de sonar, de interpretar. La sensación de compartir este milagro es algo precioso”,reconocía durante una entrevista en la NBC.
Naturalidad

CERTEZAS Y ESPERANZAS EN ESPAÑA El Instituto de la Mujer utilizó en los ochenta la imagen de una niña dirigiendo batuta en mano dentro de una campaña contra el sexismo. Y efectivamente en España 30 años después hay más directoras de orquesta. Pero ninguna tiene o ha tenido puestos destacados en una orquesta importante. Es una cuestión de tiempo. Tenemos directoras con carreras nacionales e internacionales, como Gloria Isabel Ramos Triano y Mª Isabel López Calzada, otras más mediáticas como Inma Shara, pero también directoras que han impulsado la creación de nuevas orquestas como Silvia Sanz Torre o que ocupan cátedras de dirección de orquesta en instituciones superiores de enseñanza como Mercedes Padilla Valencia. También pioneras poco reconocidas, como es el caso de la carrera lírica de Mª Dolores Marco. Y esperanza para el futuro con jóvenes directoras como Virginia Martínez y Lucía Marín. Ese nuevo arquetipo femenino sobre el podio caracteriza también la ascendente carrera de otras directoras como la mexicano-estadounidense Alondra de la Parra (Nueva York, 1980). Para ella la clave reside en la naturalidad de la corpografía femenina sobre el podio, tal como indicaba en un programa televisivo: “Las mujeres crecemos cantando, bailando, moviéndonos y expresándonos”. De la Parra da la palabra a su cuerpo y con ella ha fascinado a formaciones de primer nivel como la Orquesta de París y la Filarmónica de Londres, lo que le ha valido su reciente nombramiento como titular de una de las principales orquestas australianas. Esa misma naturalidad gestual la encontramos enKarina Canellakis (Nueva York, 1982), una consumada violinista que ha cambiado el arco por la batuta y trabaja en Dallas como asistente de su Sinfónica. Debutó en Europa el pasado junio dirigiendo en Graz a la Orquesta de Cámara europea en sustitución del mismísimo Nikolaus Harnoncourt. Otro caso de instrumentista transmutada en directora de intensa gestualidad lo representa la violonchelista coreana Han-Na Chang (Suwon, 1982). Pero hay ejemplos de directoras que no consideran ya ninguna barrera de género. Lo confirmaba en el dominical de La Repubblica Speranza Scappucci (Roma, 1973), que en noviembre próximo será la primera italiana en bajar al foso de la prestigiosa Ópera Estatal vienesa: “Si un director sabe lo que quiere y tiene una visión clara, la orquesta lo sigue, no importa que sea hombre o mujer”. Lo mismo afirmaba en Deutsche Welle la única fémina en alzarse con el Premio Alemán de Directores de Orquesta, la estonia Kristiina Poska (Türi, 1978), que actualmente trabaja en la Ópera Cómica berlinesa y está convencida de que pronto veremos a una mujer como titular de la Filarmónica de Berlín: “Las diferencias entre unos directores y otros provienen más de la personalidad y del carácter que del sexo”. Hay incluso países como China donde existen hasta dos generaciones socialmente asentadas de mujeres directoras, algo que representa hoy en Occidente la carrera de Xian Zhang (Dandong, 1973), que ha actuado con la Filarmónica de Nueva York, la Concertgebouw de Ámsterdam o la Sinfónica de Londres. Incluso hay países donde no es infrecuente que una mujer ostente cargos de responsabilidad en las principales orquestas nacionales, como en Finlandia con Susanna Mälkki (Helsinki, 1969) o Portugal con Joana Carneiro (Lisboa, 1976). Mientras Mälkki es titular de la Filarmónica de la capital finesa, Carneiro es directora principal de la Sinfónica portuguesa, y ambas desarrollan importantes carreras internacionales en Europa y EE UU.
Las pioneras Ha habido muchos obstáculos históricamente para mujeres que querían dirigir orquestas. Lo saben bien las directoras de la generación precedente, como la australiana Simone Young (1961) o las estadounidenses Marin Alsop (1956) y Anne Manson (1961), que abrieron brecha en teatros, eventos o festivales como la Ópera Estatal de Viena, la Última noche de los Proms o el Festival de Salzburgo, siguiendo el modelo directorial de sus respectivos mentores: Daniel Barenboim, Leonard Bernstein y Claudio Abbado. Todavía fue más difícil para otras pioneras en el pasado, que se enfrentaron a condicionantes ideológicos y culturales de músicos, críticos, agentes o del público como Ethel Leginska y Antonia Brico, primeras mujeres en subirse al podio de las Filarmónicas de Nueva York y Berlín en 1925 y 1930, o Nadia Boulanger, que eludió la batuta y ejerció desde una especie de celibato más venerable. Otras incluso han tenido que hacer carrera tras un piano o confinadas en el foso de un teatro para no ser tan visibles. La mejor noticia sobre una mujer dirigiendo orquestas será cuando ya no lo sea.

Vicente Aleixandre necesitaba amar y ser amado. Por eso decía que «amo con frenesí, con inmenso deseo de sacrificio, de dedicación, de dar mi sangre y mi vida». El contenido de su corazón incluso se filtró en buena parte de su producción literaria, hasta el punto de que su yo poético se fundía con su propio yo. Todo eso queda patente en la biografía que Emilio Calderón ha escrito sobre el Premio Nobel de Literatura y que obtuvo el II Premio Stella Maris de Biografías y Memorias. «Vicente Aleixandre. La memoria de un hombre está en sus besos», que llega la próxima semana a las librerías, documenta la vida y la obra del autor de «Espadas como labios», siendo especialmente significativos los nuevos datos sobre sus relaciones sentimentales, algunas de ellas fundamentales para entender su producción literaria. Calderón, en una laboriosa investigación, acaba con varios tabúes sobre el escritor, entre ellos, su relación con Carlos Bousoño. El biógrafo ha podido acceder a la correspondencia hasta ahora inédita que Aleixandre mantuvo con Carlos Bousoño. En ella para nada oculta el tono de lo que evidentemente era algo más que una amistad. Bousoño, quien falleció el pasado 24 de octubre a los 92 años, fue una de las principales relaciones sentimentales de Aleixandre, que debió iniciarse probablemente a principios de 1948, aunque ambos se conocían de años atrás.
La vecina de velintonia La relación siempre fue conocida por aquellos que formaban parte del círculo más íntimo, del poeta, como Carmen Conde, que vivía en el piso de arriba de la mítica residencia de la calle Velintonia, la hoy abandonada casa de Aleixandre. Ella misma anotó este hecho en sus diarios personales el 16 de marzo de 1949. En estas agendas tampoco faltan los reproches hacia Aleixandre o la desconfianza hacia Bousoño, Carlitos para la escritora. Véase, por ejemplo, lo que escribió la académica el 8 de julio de 1950: «Cena en Mariano, con Vicente y Conchita. La comida de fin de curso que todos los años da Amanda [Junquera]. El padre de Carlitos viene y quiere que su hijo vaya con él a Europa, en coche..., y Vicente se prepara a que le lleven a él, o a ellos dos hermanos, también. –Lo de siempre: habilidad, economía, ¡y el chico en la mano!». Conde llegó incluso a sopesar la idea de dedicarle un libro a Aleixandre, proyecto del que solamente parece ser que escribió un índice. El capítulo número 10 debía titularse «Se define un muchacho: Carlos Bousoño».
Gil de Biedma, testigo Carmen Conde no fue la única testigo de aquella relación. Uno de los grandes admiradores literarios de Aleixandre, Jaime Gil de Biedma, adelantó un día su visita al domicilio de Velintonia. Para su sorpresa, fue el mismísimo Bousoño quien abrió en albornoz la puerta. Las cartas recogidas por Calderón nos ilustran que Bousoño, además de amante, fue el receptor de las confidencias de Aleixandre. En este sentido, se sabe que existen misivas en las que el autor de «La destrucción o el amor» le hace partícipe de otras relaciones. Es el caso, por ejemplo, de la que redacta el 7 de julio de 1945, desde Vistalegre, donde le habla de Clara, la «niña rubia» que inspiró «Historia del corazón»: «Porque a ti puedo hablarte de Clara. He sufrido un engaño, y es que creí que aquí sufriría menos del mal de ausencia [...]. Sufro tanto que resulta que estoy un poco enfermo». Ese tono contrasta con el del epistolario que mantiene en la misma época con su buen amigo José Luis Cano, a quien le afirma, en referencia a Clara, que «pienso cómo amé a la rubia, preciosa, bellísima niña cuyo nombre no he puesto aquí. Y tengo sin embargo conciencia de que amo más a mi tremendo amor de hoy. Amo como no amé nunca». Porque Aleixandre se volcaba cuando amaba. Eso es algo que no puede evitar reprimir cuando se pone en contacto con Bousoño. Así lo demuestra el 24 de marzo de 1948 cuando le dice «Carlitines: qué gusto, voy a escribirte como me de la gana. Libertad: diosa mía. Acabo de recibir tu carta hermosa: dulce, alegre, fresca. Una pura delicia. Ah malísimo: lo que me has dicho [y cantado con tus versos]. Qué chispeante eres, chiquillo. [Borro eso, que era un piropo]. Da gusto decir eso: “piropo”. Me da la gana de decirlo. A Carlitos le digo eso, y mucho más. Porque es guapísimo [¡mentira!] y porque le adoro, y porque es mío y me lo como a amor. A AMOR, qué gusto escribirlo con todas sus letras, y no llamarlo filosofía ni eufemístico circunloquio que le estrujan a uno el alma y le hacen a uno polvo. Pues sí: Te Amo ¿Ves? Lo he dicho y no se ha hundido el firmamento. Soy feliz. Estoy como el nadador por el agua, por el cielo. Carlitos: vente conmigo y vámonos... “a Sevilla por amor”. A donde sea». En la misma carta, el poeta apunta «ay, cómo me desencadeno cuando te amo [que quiere decir a toda hora]». Volviendo a Bousoño, de la correspondencia, como apunta Calderón en su ensayo, se sabe que le comentó a su amigo Francisco Brines que estaba formada por unas sesenta cartas de amor, pero nunca habían visto la luz hasta ahora. El biógrafo ha tenido acceso a algunos de estos documentos, hoy guardados entre los numerosísimos papeles que Bousoño atesoraba relacionados con el Premio Nobel, entre ellos, su archivo personal, el mismo que trató de vender en octubre de 2007 junto con su esposa Ruth Crespo por unos cinco millones de euros a la Junta de Andalucía y la Diputación de Málaga. Sin embargo, la sobrina y heredera del poeta, Amaya Aleixandre, reclamó el legado de su tío, llevando a los Bousoño a los tribunales. Finalmente, el Supremo sentenció en enero de 2014 que los papeles eran propiedad de quien los había tenido siempre. No se conoce cuál será el destino definitivo de todo este fondo, probablemente uno de los más importantes de la literatura española en manos privadas.
Algunas de las cartas 7 de julio de 1945. «Querido Carlitos, sólo recibir tus cartas y escribirte es mi alegría. Porque a ti puedo hablarte de Clara. He sufrido un engaño, y es que creí que aquí sufriría menos del mal de ausencia [...]. Sufro tanto que resulta que estoy un poco enfermo. No digiero, duermo mal y me he desmejorado. En Madrid tenía a José Luis, al menos, con quien me desahogaba; aquí estoy absolutamente solo y no puedo sacar mi alma un poco a [la luz]. Como consecuencia no duermo, y al mismo tiempo no tengo ganas de comer, y tampoco digiero. Mi hermana está preocupada conmigo. Pero tú no te preocupes conmigo, porque creo que lo físico pasará, aunque lo moral no pueda pasar hasta octubre». «Te haré la cuartilla de biografía, y esa otra que quieres sobre Pasión de la tierra; de la biografía ya he empezado esta tarde y te la mandaré en mi próxima carta, que será enseguida. ¡Qué lástima no poder decir algunas cosas! En broma, se me ocurriría escribir: “de otros datos de mi vida íntima no existe, por el momento, documentación accesible. Hemos pretendido alguna declaración directa del poeta; pero éste nos ha remitido a las memorias que está escribiendo y que anuncia para después de su muerte. Cuando hemos insistido en solicitar algún adelanto sobre su contenido, se ha sonreído ofreciéndonos mostrarnos depositarios o testamentarios de sus papeles”. ¿Qué dirá la gente?». Marzo 1948 «Otro día. Otro día hacia ti. Qué impaciente estoy. Esperándote te escribo. Qué bonito estás Carlitines. Qué guapo y dulce para mi amor. Has entrado en mi cuarto; es de noche, como cuando cenaste aquí y nos vinimos a esta habitación, y yo me acosté y tú sentado en el borde de la cama reclinaste tu cabeza de niño sobre mi pecho. ¿Te acuerdas? ¡Cómo nos mirábamos! Yo creo que fue el día más feliz de mi vida, aunque el día de nuestro desposorio fue aún más por ser el más sagrado. ¡Qué verdadera mística es el amor! ¿Te acuerdas de aquellas horas, en el cuarto, mirándonos, besándote, sonriéndonos, fundiéndonos? «El amante, el amado [qué graciosa palabra] es entonces eso: pedazo de cielo arrojado a los brazos de su amor para su con-fusión y su gloria. [¿Quién sabe lo que es gloria, divinidad [sí, divinidad], si no sabe lo que es estar enamorado y tener para él al ser entero que nos enloquece? Yo sé que mi capacidad de amor es inmensa y toda se desencadena para mi Carlitos. Para mi chiquillo. Chiquillo mío, te amo. Te amo: qué hermoso decirlo así, libre, feraz, reidor, latidor. Agresor también [...]». «Oye, Carlitines [qué precioso nombre, Carlitos, niño mío, mi amor, mi dicha, mi locura, mi único destino]. Te querré hasta la muerte. Tú, español mío, chiquillo mío, no te irás nunca. ¿Verdad que nunca? ¿Verdad que no nos separaremos jamás?» «El otro día estaba yo arriba con [nombre ilegible] y Carmen y Amanda. Aquél me preguntó “¿Tienes algo en preparación?”. Y yo contesté “Un libro de poemas amorosos”. Amanda y Carmen supieron. Tienen gran curiosidad... pero ni me piden que les lea nada. Cuando lean el poema con pausa, dirán: “Malísimo Carlitos” que “no le ama”. Pero yo las tranquilizaría diciéndoles: “Me ama... y le amo. Nos amamos. Nos amaremos [...]”.»
Poema inédito sin fecha dirigido a Bousoño Bésame en la boca, me dijo el faraón y yo le di mi cuerpo de varón Ah, malo, es un palo, me dije después. Qué talle más duro: es un puro ciprés. Un detalle: el beso era tan mojado que había que pedir un paraguas. “¿Me quieres?”, me dijo. “Hombre, como a un hijo no hay inconveniente”. “Pero entonces, fijo, quiéreme Vicente. Pero no le quise. Sólo le di por... fin amablemente gracias por su amor.

Fuente: La Razón

Cancho Roano se presenta como un reclamo turístico para la Serena, un lugar que ha congregado a cientos de arqueólogos, expertos e historiadores. Tras su inauguración en 2001, personas de todos los rincones de España y del el extranjero se han dado cita en el yacimiento. Un total de 62.768 personas han pisado el templo desde aquella fecha. Un enclave famoso por su matiz enigmático, donde misterio, historia y naturaleza se dan la mano. Una incorporación reciente al turismo de Cancho Roano han sido los grupos de antropólogos que han llegado por motivos diferentes a lo acostumbrado. El lugar ha desarrollado un fuerte atractivo en un ámbito diferente a las tradicionales visitas a estas ruinas tartésicas. Una de las lecturas que envuelve a este enclave es la que afirma que desde tiempos inmemoriales, y por las inscripciones y símbolos que se han encontrado, este lugar era considerado por sus habitantes un sitio de poder donde confluían numerosas energías.
El esoterismo que envuelve el lugar es uno de los reclamos para los visitantes Por ello, en la actualidad Cancho Roano recibe la visita de numerosas personas relacionadas con el mundo de la antropología, atraídos según sus palabras por «el esoterismo que lo envuelve». Afirma Raúl Molina, profesor de Historia de la Economía de la Universidad de Extremadura y director de la sede de Badajoz del Círculo de Antropología, que hay una serie de interrogantes que rodean a las diferentes civilizaciones que habitaron el lugar. «Aspectos simbólicos que se encontraron en esas culturas», apunta. Afirma por otro lado que este aspecto no ha sido muy desarrollado en el ámbito académico, pero que para ellos que conocen estos elementos, son unos símbolos milenarios, oscuros y esotéricos. Aluden según su visión a un conocimiento interior que difiere de las simples interpretaciones que tratan solo la superficie de los habitantes que poblaron el lugar. Símbolos Un elemento que siempre ha destacado de Cancho Roano es el altar circular situado en el centro del templo. Este elemento, que ha sido interpretado por diferentes perspectivas desde sus inicios, para ellos representa «el polo negativo de la energía». Lo consideran un pilar de piedra que guarda símbolos de la energía positiva y negativa que producen esas sensaciones en el ser humano. Informa que el objetivo de todos ellos es realizar una explicación exhaustiva sobre el ámbito esotérico y su relación con la historia y la arqueología en este lugar. Comenta que desde el CIAG (Centro de investigación antropológica gnóstica), se ha realizado un estudio sobre todos los niveles de las salas, para analizar una a una la importancia que tienen. Por todo ello, y por su consideración de 'centro de poder', varios grupos de antropólogos y personas relacionadas con este ámbito han llegado hasta el templo para realizar prácticas de meditación, que según ellos, «forman parte de todo el proceso de iluminación», previamente explicado. Afirma Raúl Molina que muchos de ellos han viajado hasta Cancho Roano en cuatro o cinco ocasiones. La última visita tuvo lugar el pasado 6 de diciembre, con el desplazamiento de más de 70 personas llegadas desde Badajoz y de ciudades andaluzas como Córdoba, Sevilla, Lucena, Carmona o Marchena. El profesor Molina añade que «en Extremadura hay muchos lugares enigmáticos como Cancho Roano, que ponen en tela de juicio las interpretaciones habituales sobre estos enclaves históricos que guardan tanto poder». La próxima visita que tienen programada será en primavera y les acompañarán antropólogos y estudiosos procedentes de Valencia. «La intención principal con estas visitas es la divulgación del lugar y por esta razón vamos a seguir viniendo», asevera este estudioso. Mientras tanto, el yacimiento mantiene su interés meramente arqueológico. Informan desde el centro de interpretación que «el turismo de Cancho Roano ha dado un gran salto cualitativo y cuantitativo». Se refieren a la acogida de «un turismo de calidad con un nivel cultural medio- alto». Visitas El año pasado el yacimiento recibió la visita de 5.121 personas, unas cifras muy positivas que no se experimentaban desde 2003, cuando fueron 5.657. Esta cantidad hace que Cancho Roano sea de los centros de interpretación de la región que tienen mejores datos de visitas. En el pasado 2015, el 78% de los visitantes procedieron de fuera de Extremadura (Andalucía, Madrid, Cataluña y País vasco). Un porcentaje altísimo teniendo en cuenta la localización. Un 3% correspondió a extranjeros, en la misma media que el turismo regional, llegados desde países como Francia o Italia. Las fechas del año más concurridas corresponden a los festivos, como Semana Santa o verano, cuando la gente aprovecha para visitar el yacimiento. Debido a la importancia que recae en él, y los estudios e investigaciones académicas que ha ocupado, en la actualidad Cancho Roano es conocido por cualquier persona que estudie historia o arqueología. Afirman por otro lado que además de las recientes visitas de estos grupos de antropólogos, Cancho Roano ha sido siempre lugar de tránsito para numerosos colegios, que junto con los equipos docentes han visitado las instalaciones a lo largo de todos estos años. En algunos casos, varios profesores se han trasladado hasta el lugar junto al alumnado para impartir algunas clases en el entorno natural. Además de esa aura de misterio que envuelve a este enclave, se ha demostrado que las principales funciones del templo correspondían al comercio, la reunión y la religión. Sin duda, un exponente con un gran potencial turístico que ha sido fruto desde sus primeras excavaciones de numerosos estudios, tesis doctorales e investigaciones arqueológicas. Los comienzos de este descubrimiento se remontan a octubre de 1978, cuando una mujer dio el aviso e informó al profesor catalán Maluquer de Motes de los riesgos que corría el desconocido tumulto de tierra hallado en una dehesa situada en el suroeste de Extremadura. A partir de ese momento, y tras los estudios pertinentes que el experto hizo en el lugar, consideró aquello una maravilla histórica que había que destapar.

Fuente: HOY

El conocido como el «Sansón de Extremadura» era célebre por su habilidad con las armas y su extraordinaria fuerza física, y fue nombrado Caballero de la Espuela Dorada en tiempos del Emperador Todos los imperios necesitan héroes propios, y España no fue una excepción. Cuando la unión de los reinos hispánicos dio origen al imperio militar que disputó la hegemonía de Europa en los siglos XVI y XVII, los españoles se percataron de que los personajes clásicos, sobre todo griegos y romanos, ya no servían para hablar de la heroicidad y el sacrificio. Se necesitaban urgentemente héroes nacionales. Fue así como a finales del siglo XV se impuso en el imaginario colectivo una generación de personajes heroicos a medio camino entre la historia y la leyenda. Una muestra de esta hornada de héroes modernos es Diego García de Paredes, «el Sansón extremeño», así como el hombre al que siguió con devoción en sus campañas, Gonzalo Fernández de Córdoba, el «Gran Capitán». El épico duelo a muerte entre los once mejores caballeros franceses y 'el Sansón extremeño'
EspecialCarlos V en Extremadura Diego García de Paredes nació en Trujillo en torno al año 1468. Y poco se sabe de su infancia y juventud más allá de que aprendió a escribir y leer, pese a que ya entonces se inclinaba claramente por el oficio de las armas. Los historiadores no se ponen de acuerdo en sí participó o no en la Guerra de Granada, que terminó con la rendición final de 1492. Pero de lo que no cabe duda es que en 1496, tras el fallecimiento en Trujillo de su madre, Diego García de Paredes ya se encontraba en Italia buscando fortuna como soldado. En ese momento, Gonzalo Fernández de Córdoba combatía en Nápoles contra las ambiciones francesas de anexionarse este reino, tradicionalmente bajo la esfera de Aragón. Sin embargo, la actividad militar estaba parada a la llegada de García de Paredes, quien decidió desplazarse a Roma para ofrecerse como guardia del Papa Alejandro VI, de origen español.
Alejandro VI, asombrado por la fuerza del extremeño, le nombró miembro de su escolta Según relata Antonio Rodríguez Villa en «Crónicas del Gran Capitán», el Papa accedió a contratar al extremeño tras presenciar por casualidad como Diego García de Paredes se impuso en una disputa callejera contra un grupo de más de veinte italianos. Armado solamente con una barra de hierro, el soldado español destrozó a todos sus rivales, que habían echado mano de las espadas, «matando cinco, hiriendo a diez, y dejando a los demás bien maltratados y fuera de combate». Alejandro VI, asombrado por la fuerza del extremeño, le nombró miembro de su escolta. Nace la leyenda hercúlea Bien puede tratarse de una exageración de lo que realmente ocurrió, como la mayoría de sus hazañas, pero lo cierto es que Diego García de Paredes adquirió rápidamente gran fama como espadachín en Italia. Tras matar durante un duelo a un capitán italiano de la confianza de los Borgia, el extremeño pasó a los servicios del Duque de Urbino, una de las familias rivales del Pontífice. No en vano, su tiempo como soldado a sueldo quedó aparcado cuando el «Gran Capitán» reclamó hombres para recuperar Cefalonia, una ciudad de Grecia que había sido arrebatada por los turcos a la República de Venecia. Durante el interminable asedio a esta localidad, los turcos usaron un garfio para elevar a Diego García al interior de su muralla. Una práctica muy habitual en los asedios de la época, que era posible gracias a una máquina provista de garfios que los españoles llamaban «lobos», con los cuales aferraban a los soldados por la armadura y los lanzaban contra la muralla. El «gigante extremeño» consiguió zafarse de las ataduras en lo alto de la fortificación y resistió el ataque de los otomanos durante tres días, donde a cada instante «parecía que le aumentaba las fuerzas con la dificultad». Una vez reducido, los turcos respetaron la vida del extremeño con la intención de usarlo para el intercambio de prisioneros. No en vano, el soldado español escapó por su propio pie y se unió al combate, poco antes de la rendición turca. Fue aquella gesta el origen de su leyenda y cuando comenzó a ser conocido como, entre otros apodos, «el Sansón de Extremadura», «el gigante de fuerzas bíblicas» y «El Hércules de España». Ya convertido en un mito andante, Diego García se reincorporó a los ejércitos del Papa a principios de 1501. César Borgia tenía puestos los ojos en la Romaña y permitió que las ofensas pasadas quedaran olvidadas. El hijo de Alejandro VI le nombró coronel en el ejército que participó en las tomas de Rímini, Fosara y Faenza. Pero tampoco duró mucho esta nueva asociación con los Borgia, puesto que ese mismo año acudió a la llamada del «Gran Capitán» para luchar en Nápoles.

Fuente: HOY

La Biblioteca Nacional inaugura hoy la exposición central del IV centenario del autor del Quijote JESÚS GARCÍA CALERO - CALEROJEMadrid - 04/03/2016 a las 07:49:49h. - Act. a las 17:31:45h.Guardado en: Cultura La muerte de Cervantes, hace 400 años, es pura ficción. El fabuloso centenario del autor del Quijote demuestra lo vivo y necesario que resulta para nosotros hoy. Porque su obra –y su vida, como veremos en esta impresionante exposición organizada por la Biblioteca Nacional de España (BNE) y Acción Cultural Exterior que hoy inaugurarán los Reyes– nos habla del diálogo con el otro, de la comprensión del contrario y de la libertad como máxima aspiración humana. Esas tres virtudes cervantinas son rabiosamente contemporáneas en un país afilado «en banderías y partidismos», tal y como señaló ayer Javier Gomá: «Cervantes es cohesionador y genera consensos, nos enseña que nuestro problema moral no es ser libres, sino ser libres juntos». La BNE tiene la colección más completa de manuscritos, ediciones y autógrafos de Cervantes, y ha echado el resto en esta ocasión. Por ello la exposición es la primera y la mejor muestra dedicada al escritor. En efecto, el comisario, José Manuel Lucía Megías, destacó que por primera vez es el creador, y no sus personajes, el centro de la muestra, que está concebida en tres ejes: el hombre, el personaje, el mito. «He querido bajarle de las peanas de mármol y los atriles de bronce para hablar con él», dijo Lucía, «volver a leerle para pedirle respuestas a nuestros desafíos de hoy». Cervantes es la pura Marca España, reconocida en todo el mundo, y Ana Santos, directora de la BNE, destacó la responsabilidad y el trabajo de dos años hasta lograr un programa ambicioso. En esta ocasión, a la brillante labor del comisario (es una de las mejores exposiciones realizadas nunca en la BNE) se ha unido un consejo asesor formado por el citado Javier Gomá, José Álvarez Junco y Carlos Reyero, responsables de los textos del magnífico catálogo. Brillan con luz propia préstamos fundamentales, documentos originales que se ven aquí por primera vez, o las obras de arte que forjaron la imagen que tenemos de él. Pero sobre todo podemos contemplar datos ciertos para empezar a buscar al hombre que ocultaba el mito: las partidas de su nacimiento, bautismo y muerte. Y también los papeles que tuvo en sus manos, en los que garabateó. Porque un papel nos sobrevive... A Cervantes, once, ocho de los cuales se ven aquí. Y uno busca en esa letra suya algún guiño del manco sano, del hombre que aún quería andar junto a nosotros lo que nos resta del camino.
El Quijote, la vida y la envidia literaria Cervantes escribe cuando no logra sus objetivos, se refugia en la literatura cuando no cumple su ambición en la vida, como viajar a América con un puesto importante o hallar otra merced. Pero su prestigio es grande y, a pesar de los celos de Lope de Vega (que en el fondo temía el triunfo de uno de los grandes talentos de su época) el autor del Quijote se relacionó con normalidad con los autores del Siglo de Oro. Poemas intercambiados y el elogio que Lope le dedicó, eso sí, a su muerte, se exponen. El Quijote que se muestra aquí (uno de los 23 ejemplares de la primera edición que existen) llama la atención, porque es un libro de formato pequeño, de entretenimiento. De su éxito impresionante da prueba la relación de una fiesta en Perú en 1607 en la que queda claro que el Quijote ya había sido también un éxito al otro lado del océano. Y solo dos años después de publicarse.
Partida bautismal de Cervantes
Partida bautismal de Cervantes
La partida que pasó la Guerra Civil en un pozo ¿Quién fue en realidad Cervantes? Además de ocho de sus autógrafos, pueden verse las partidas de bautismo y defunción. La primera pasó la Guerra Civil en un pozo gracias a que el cura de Santa María la Mayor de Alcalá la escondió una semana antes de que los milicianos quemasen la iglesia con su archivo. El libro, dentro de una caja de galletas impermeabilizada, pudo perderse pero llegó a nosotros. Es la segunda vez que sale de Alcalá. La de defunción se expone por primera vez y procede de la Iglesia de San Sebastián. Otras piezas documentan su cautiverio y gloria literaria.
Dibujo de Manuel Castellano que le da un protagonismo que no tuvo en Lepanto
Dibujo de Manuel Castellano que le da un protagonismo que no tuvo en Lepanto
Pagó un rescate mayor por sus papeles En Lepanto, Cervantes era un soldado bisoño, recién llegado. Con solo seis meses de servicio participa en la batalla, en octubre de 1571. Después de reponerse, cosa menos sabida, siguió en los tercios hasta 1575. El 26 de septiembre de aquel año es la fecha que ya nunca olvidará, cuando le hacen cautivo y le llevan a Argel. La muestra (y sobre todo el excelente catálogo) deja claro que los datos que sabemos de sus intentos de fuga, que él reúne, son poco fiables. Los presentará para los ojos del «Consejo de su Magestad, y requerir le haga merced». Datos maquillados para la petición de un puesto de alto funcionario en Cartagena de Indias. Un Cervantes ideal, un personaje que triunfa sobre la persona. Su rescate de 500 ducados, mucho más de lo que la familia podía pagar, se debe a que fue capturado con papeles importantes: un permiso de licencia firmado por don Juan de Austria y una hoja de servicios por el duque de Sessa. Fue apartado como «hombre grave». Su contacto en Argel con todo tipo de gente marca el resto de su vida. Cervantes se abre a la vida en Argel, y su estancia marcará la naturaleza de su mirada y de su obra.
Lo que sabemos es porque él quiso Cervantes nos da su palabra. Todos los datos biográficos que conocemos figuran en sus obras o sus papeles. Normalmente los escribe para pedir algo, de modo que idealiza sus méritos y tiene a ocultar sus defectos. Hasta ese punto es paradigma del hombre moderno. En diversos momentos quiere ser escribano, soldado, capitán, funcionario, ir a América, recibir una merced. Sus méritos son muchos, pero el los aumenta, sin duda, a conveniencia en cada caso. Como la carta a Mateo Vázquez en la que relata su vida en tercetos encadenados para impresionar lo más posible al secretario de Felipe II Durante siglos fue una obsesión hallar un retrato verdadero de Cervantes, coherente con lo que escribe de sí mismo en las «Novelas ejemplares». La exposición reúne todos los retratos que forjaron aquel mito, presididos por el apócrifo de Juan de Jáuregui, de la Real Academia Española, restaurado por el Prado para la ocasión. Es en Inglaterra donde no él, sino su estilo, se asumen como canon y por ello su obra se universaliza como fundadora de la novela moderna. La sátira moral da la vuelta al mundo. Sus biografías alimentan ese mito. Y en España su figura define nuestros pasos para bien y para mal, en el bronco XIX yen el 98. Se quedó sin celebrar el tercer centenario por la IGuerra Mundial, pero las plazas de toda España se han decorado con su efigie. Una estrella: Q Arae, a 49,8 años luz de la tierra se llama Cervantes, que acabó en el firmamento como los grandes mitos clásicos.

Fuente: ABC

Nunca antes se había dedicado a Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) una exposición como la que inauguran los Reyes este viernes en la Biblioteca Nacional de España (BNE). Una gran muestra con la que "saldamos una deuda con el padre de la novela", dice el catedrático y cervantista José Manuel Lucía Megías. Es el comisario de una exposición histórica que se fija en el escritor -en el hombre, en el personaje y el mito- y deja un tanto de lado su creación mas universal, a Alonso Quijano, ese andante caballero de la Mancha que asombró y divirtió al mundo. Ficha técnica
Cervantes, las mil caras de un mito en la Biblioteca Nacional Qué:Miguel de Cervantes: de la vida al mito (1616-2016) Dónde:Bibliteca Nacional de España. Paseo de Recoletos 20. Madrid www.bne.es Cuándo:del 4 de marzo al 22 de mayo de 2016. Cuánto:Entrada gratuita. 'Miguel de Cervantes: de la vida al mito (1616-2016)' elude así la alagada sombra del Quijote "que eclipsó a su creador", según Lucía, y se centra en la peripecia vital de Cervantes: el soldado, el cautivo de Argel, el viajero, el dramaturgo, el escritor, el poeta y el funcionario de cuya muerte se cumplen cuatro siglos el próximo 23 de abril. Un mito sin rostro pero con mil caras que tienen su reflejo en esta exposición que la Biblioteca Nacional ha organizado junto a Acción Cultural Española y que es, además, el pistoletazo de salida de los actos del IV centenario de la muerte del padre de la novela. En cartel hasta el 22 de mayo, reúne en la Sala Recoletos de la BNE el más completo conjunto de obras relacionadas con Cervantes y su obra. Son más de doscientas piezas de índole muy diversa procedentes en su mayoría de los fondos de la propia BNE, la mayor colección cervantina del mundo, con más de 25.000 libros, grabados, documentos y objetos. Dividida en tres secciones -'Un hombre llamado Miguel de Cervantes', 'Un retrato llamado Miguel de Cervantes' y 'Un mito llamado Miguel de Cervantes'- recrea aspectos de la vida familiar, militar y literaria del escritor. Desde su infancia, a su participación en la batalla de Lepanto, su cautiverio en Argel, su producción novelística, poética y dramática, su relación con los escritores de su tiempo, los monumentos en torno a su figura, su físico y su muerte. Incluye una mirada al cervantismo y un espacio dedicado al Quijote. Manuscritos Reúne por primera vez los ocho manuscritos cervantinos que se conservan, con sus respectivas rúbricas, además de tres firmas falsas. Se exhibe también la partida de nacimiento de Cervantes, conservada en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y que sale de allí por segunda vez y para recalar de nuevo en la BNE, donde ya se exhibió en la exposición con la que se inauguró su sede en 1892 con motivo de las celebraciones del IV centenario del descubrimiento de América. Está también el apunte del libro de defunciones del madrileño convento de las Trinitarias en el que Cervantes fue enterrado el 23 de abril de 1616. Han cedido pieza otras instituciones nacionales y foráneas como la RAE, el Archivo Histórico Nacional, el Archivo de Simancas, el Museo del Prado, el British Museum o la Biblioteca Nacional de Francia, que atesora los primeros versos de Cervantes de los que se tiene noticia y que ha viajado a Madrid. Hay piezas tan relevantes como el retrato de Cervantes pintado por Juan de Jáuregui, que durante mucho tiempo se consideró como la imagen real del genial escritor, de quien no conservamos una sola imagen real. Es, como todas, una reconstrucción ideal que parte de la descripción que Cervantes hace de sí mismo en las 'Novelas Ejemplares' y está colgado en el Salón de Plenos de la RAE. Se encontraba en un lamentable estado, pero ha sido restaurado para la ocasión en los talleres del museo del Prado Se exhiben también dos ejemplares de la presunta carta que Cervantes envió al Cardenal Sandoval pocos días antes de su muerte, procedentes también de los archivos de la RAE y del Archivo Histórico Nacional. Unidos al ejemplar conservado en la BNE es la primera vez que muestran juntos. José Manuel Lucía Megías, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Asociación de Cervantistas, ha trabajado en la muestra junto a un comité de tres expertos cervantinos de prestigio internacional: el ensayista y filósofo Javier Gomá, el catedrático de Historia del Arte, Carlos Reyero el escritor y catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, José Álvarez Junco.

Fuente: Las Provincias

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