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“…y llegado el determinado punto, entraron en la ciudad, donde les sucedió cosas que a cosas llegan”. Y 410 años después esa orden de Don Quijote salta a la vida real para que se descubra su propia obra: acaba de ver la luz un Quijote para todo el mundo, con más de 150 miradas, puertas y rutas que se abren para entrar en el universo del más ilustre caballero andante. Atolladeros, tuertos, escollos, embustes y malentendidos son salvados y esclarecidos en la nueva edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, como nunca se ha visto. Más, más de medio centenar de especialistas, eruditos y escritores amantes de este clásico universal han caído bajo su hechizo, dirigidos por el filólogo y académico Francisco Rico. Han creado una obra que ilumina y analiza cada frase de Cervantes y estudia cada paso del Caballero de la Triste Figura con el objetivo de fijar la obra, “aunque nunca podrá existir una versión definitiva”. El académico Francisco Rico, con el estuche de dos volúmenes de El Quijote coordinado por él durante 21 años. / carlos rosillo Es una puesta al día con las técnicas más modernas cuyo resultado es la revisión de casi un centenar de pasajes más próximos al original o a lo que quería decir Cervantes y el cambio de docenas de palabras que dan un nuevo sentido o visión de esos episodios. Es el homenaje que la Real Academia Española (RAE), junto con el Instituto Cervantes y la Obra Social La Caixa, rinden a esta obra maestra en los 400 años de la publicación de la segunda parte en otoño de 1615 (editada por Espasa y Círculo de Lectores). Se trata de una aventura fascinante en dos tomos: a la lectura de la historia del caballero y su escudero ininterrumpida la acompañan las notas a pie de página, cuyo territorio se ensancha, completa y complementa con la mirada que expertos y escritores ofrecen de los 129 capítulos y prólogos. Es un Quijote de 1.345 páginas con anotaciones, y 1.967 de estudios, anexos, mapas y grabados. Es un Quijote poliédrico para el siglo XXI, para todos los tiempos y edades. El texto cervantino como tal, asegura el profesor Rico, está bajo la edición rigurosa de todos los instrumentos de la filología moderna que han facilitado un acceso lo más cercano posible al original. Se han analizado la caligrafía de Cervantes, los mecanismos de la imprenta en la publicación y futuras correcciones y añadiduras del propio autor y siguientes impresiones contrastadas con el original.
Lo que dijo el censor en 1604 La nueva edición se abre con la publicación de un hallazgo de 2008 que nunca se había impreso porque desde su primera edición se refundió: la aprobación por la censura. "Poco más o menos, dice que le perdonan la vida y se puede imprimir", cuenta Francisco Rico. El dictamen es: "Porque será del gusto y entretenimiento al pueblo, a lo cual en regla de buen gobierno se debe de tener atención. Allende de que no hallo en él cosa contra policía y buenas costumbres". Uno de los malentendidos más universales lo aclara Rico en el prólogo de esta edición: "¿Es plausible que el Quijote naciera en la mente del autor como 'invectiva contra los libros de caballerías'? Más razonable parece entender que la novela 'se engendró' cuando Cervantes, 'en una cárcel', entrevió las características esenciales del protagonista, un hidalgo trastornado por la lectura de las fábulas caballerescas y dispuesto a remedarlas en la España de Felipe II, y no porque el escritor se propusiera en primer término desacreditarlas y a tal fin forjara luego el personaje de Don Quijote". La clave de la fascinación que despiertan El Quijote y Sancho estaría en su singular humanidad. Decenas y decenas de correcciones y aclaraciones que ofrecen nuevas y reales lecturas. Cambios pequeños y grandes que hacen realidad el dicho de que Dios y el diablo se escondén en los detalles. Desde la frase conocida que dice: “Suelen hacer el amor con ímpetu”, cuando lo correcto es: “Suele nacer el amor con ímpetu”. O “La tempestad de palos que sobre él vía”, cuando lo correcto es: “La tempestad de palos que sobre él llovía”. Su presentación ha sido este martes en el salón de actos de la RAE con asistencia de público donde se imbricaron la vida de Cervantes, la historia e importancia de la novela y la edición crítica. Darío Villanueva, director de la Academia: “Es una edición monumental con todos los elementos necesarios para comprender esta obra universal”. Jaume Giró, director gerente de la fundación bancaria 'la Caixa’, entidad impulsora de la colección Biblioteca Clásica de la RAE: “El Quijote es una obra audaz y moderna, popular y erudita. De ella dijo Borges que era el libro infinito porque todos lo estamos reescribiendo y nadie termina de escribirlo”. Soledad Puértolas, escritora y académica: “Es una novela que nunca deja de ser nueva y enriquece con todos”. Santiago Muñoz Machado, secretario de la Academia: “Los tres momentos clave de las ediciones del Quijote en la RAE son las de 1780, 1863 y esta con un texto depurado y una edición enciclopédica”. Y Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes y honorario de la RAE: “El Cervantes está feliz de que este Quijote encuentre acomodo en la Biblioteca Clásica de la Academia”. Se refería García de la Concha que esta es una edición que empezó su andadura en 1994 cuando el Cervantes encargó a la Academia un Quijote indicado para su público en todos los lugares del mundo donde iban a estar sus sedes. Un Quijote más informativo que interpretativo sin ofender a los conocedores de la novela. Desde entonces, el coordinador ha sido el profesor Rico. La primera edición apareció en 1998 bajo el sello de Crítica. La segunda en 2005 con motivo del cuarto centenario de la publicación de la primera parte y ahora esta, ampliada y renovada en un estuche con dos volúmenes: en el primero la novela cervantina con una serie de instrucciones y en el segundo estudios complementarios que incluyen los análisis de los expertos y escritores sobre cada capítulo, desde los fallecidos Martín de Riquer y Claudio Guillén, hasta Javier Marías, Alberto Manguel y Javier Cercas, pasando por Roger Chartier o Jean Canavaggio. El segundo volumen se cierra con una serie de mapas y planos de la obra y una galería de ilustraciones de una treintena de artistas de todos los tiempos. La suma de esos comentarios, en la sección Lecturas el Quijote, asegura Rico en el libro, “constituye una antología única de la mejor crítica cervantina de nuestros días y, al correr paralela a una anotación asentada en el sentido literal, da una óptima idea de la inagotable riqueza del libro y de la multiplicidad de enfoques a que se presta”. Constituye una antología única de la mejor crítica cervantina de nuestros días y, al correr paralela a una anotación asentada en el sentido literal, da una óptima idea de la inagotable riqueza del libro y de la multiplicidad de enfoques a que se presta”. Uno de los malentendidos más universales lo aclara Rico en el prólogo de esta edición: “¿Es plausible que el Quijote naciera en la mente del autor como 'invectiva contra los libros de caballerías'? Más razonable parece entender que la novela 'se engendró' cuando Cervantes, 'en una cárcel', entrevió las características esenciales del protagonista, un hidalgo trastornado por la lectura de las fábulas caballerescas y dispuesto a remedarlas en la España de Felipe II, y no porque el escritor se propusiera en primer término desacreditarlas y a tal fin forjara luego el personaje de Don Quijote”. Es parte de la riqueza de una obra, que cobra vida por sí misma. Pasados cuatro siglos la pregunta sigue siendo la misma: ¿Qué tiene el Quijote que fascina a toda clase de lectores y críticos? “El punto de partida decisivo”, dice Rico, “tuvo que ser aquel en que el autor vislumbró la imagen del héroe, y el éxito inigualado del Quijote viene de la fascinación que desde siempre ha ejercido su singular humanidad. Don Quijote "es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos" (II, 18), "que, fuera de las simplicidades que dice tocantes a su locura, si le tratan de otras cosas discurre con bonísimas razones y muestra tener un entendimiento claro y apacible en todo; de manera que como no le toquen en sus caballerías, no habrá nadie que le juzgue sino por de muy buen entendimiento. Pero nadie deja tampoco de encandilarse por igual con el Don Quijote loco, desaforado, grotesco, y con el Don Quijote inteligente, sensato e irreprochable. Uno y otro despiertan pareja simpatía, y el deleite que produce la obra consiste principalmente en el ir y venir del uno al otro, entre las acciones nacidas de la locura y las palabras inspiradas por la lucidez”. Los expertos explican lo que explican y los lectores piensan lo que piensan, pero pareciera que el propio Miguel de Cervantes ya daba la clave de esta edición, cuando en el capítulo VIII de la segunda parte, dice: “Finalmente, ordenó don Quijote entrar en la ciudad entrada la noche, y en tanto que la hora se llegaba se quedaron entre unas encinas que cerca del Toboso estaban, y llegado el determinado punto, entraron en la ciudad, donde les sucedió cosas que a cosas llegan”. Presentación de la edición crítica de El Quijote, en el Salón de Plenos de la RAE, coordinada por el filólogo y académico Francisco Rico. De izquierda a derecha: Santiago Muñoz Machado (académico), Víctor García de la Concha (Director Instituto Cervantes), Darío Villanueva (director RAE), Jaume Giró (Director Fundación Bancaria la Caixa) y Soledad Puértolas (escritora y académica). / carlos rosillo

Fuente: El País

«La Celia», musical escrito por el poeta y periodista de ABC Santiago Castelorecientemente fallecido, se representará a partir del 15 de octubre en la sala verde de los Teatros del Canal, lugar donde ya están a la venta las entradas para poder asistir al espectáculo. La obra cuenta la historia de la joven Celia Gámez que con 21 años llegó a España en 1929 acompañando a su padre a cobrar una herencia. Viajando en tren hacia Barcelona, mientras cantaba tangos para entretener a los pasajeros, un viajero que estaba organizando una gran fiesta benéfica la escuchó. Prendado de su voz y su simpatía, la contrató inmediatamente. A esa fiesta acudió nada menos que el rey Alfonso XIII, quien cautivado por esa jovencita tan particular, le facilitó el camino hacia la fama casi instantáneamente. Fama que perdurara por más de 50 años, durante los cuales fue la indiscutida reina de la revista. «La Celia» contiene lo mejor del repertorio de Célia Gámez, incluyendo canciones como «Los Nardos», «Que viva España», «El Pichi» o «El beso». La elegida para contar en primera persona las aventuras de ésta diva del espectáculo español, fue la actriz argentina Ivanna Rossi que actuará bajo la dirección de Emilio Sagi.

Fuente: ABC

Zamarrilla aparece en la Lista Roja del patrimonio en riesgo de desaparición
SOS. Zamarrilla se viene abajo. El despoblado y los palacios se hunden. Se trata de una joya patrimonial que surgió como aldea en el Medievo y en la que llegaron a vivir más de 200 vecinos a principios del siglo XVIII, según el arqueólogo, historiador, especialista en Historia del Arte y escritor, Víctor Gibello. Su información es la base para que Hispania Nostra haya incluido en su Lista Roja un elemento patrimonial que considera en serio peligro. Es «uno de los paisajes de mi infancia y adolescencia», explica el propio Gibello en su blog de hoy.es 'Paraísos olvidados' al aludir a su pasión por Zamarrilla. La suya es una voz autorizada. Cuenta como el poblado emerge en torno al castillo, habla de sus magníficas vistas, de esa calle principal alrededor de la cual surgen las edificaciones. Y también de la vieja iglesia de Nuestra Señora de la Esclarecida, ahora irreconocible y convertida en almacén. Zamarrilla inspira paz, sosiego, calma... y ruina. Se marcharon los antiguos aldeanos del caserío y cambió la historia. Al ser propiedad privada las posibilidades de recuperación se limitan. Hispania Nostra se está tomando el asunto en serio y va más allá de la simple voz de alarma. Su vicepresidente, Carlos Morenés, cree que la administración no puede cruzarse de brazos y permitir que ese lento declive termine con la extinción de lo que Víctor Gibello denomina «el arrabal cacereño» a solo 15 kilómetros de la ciudad, cerca del río Salor. Carlos Morenés Vicepresidente de Hispania Nostra «Lo que está pasando es una pena. Si el propietario no actúa, la administración tiene obligación de hacerlo» «Lo que está pasando allí es una pena. Hablamos de una propiedad privada, pero con un valor patrimonial incuestionable. Si el propietario no actúa, la administración tiene la obligación de hacerlo». Son palabras, duras pero muy explícitas del portavoz de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cultural y Natural Hispania Nostra, una entidad que se presenta como de utilidad pública, de carácter no lucrativo y que incluye en su Lista Roja aquellos elementos del patrimonio cultural sometidos a «riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial». Zamarrilla cumple todos los requisitos para figurar en esa lista por méritos propios. O más bien por la falta de acción de los dueños de la finca o de la administración. Hay carteles a la entrada que informan de esa propiedad privada o incluso del peligro que acarrea pasear por allí. Eso no impide que muchos particulares, curiosos, profesionales de la investigación y hasta algún fotógrafo aparezcan entre las antiguas edificaciones y disfruten con esa sensación de que se detiene el tiempo. Morenés incide en que al incluir en la Lista Roja Zamarrilla «se pretende dar la voz de alarma, advertir de lo que está sucediendo». En Cáceres hay otros 23 monumentos en esa situación. El caso más llamativo fue el del Aljibe. Hispania Nostra advirtió sobre su deterioro, pero posteriormente lo retiró de la lista a la espera de que la Junta de Extremadura y el Ministerio de Cultura actúen. Esa intervención de la administración, que no llega, también es posible en Zamarrilla. Morenés plantea dos fórmulas: la de una advertencia al propietario o incluso su expropiación.

Fuente: HOY

María Teresa Rodríguez conoce a la perfección la colección del Museo de Bellas Artes. Llegó a la institución como estudiante, siguió como conservadora y ahora lo dirige en su nueva etapa. La flamante sede -cuenta- permite enfrentarse a otros retos. Usted dice que el edificio recién estrenado ejerce un efecto faro sobre los visitantes. El museo ha ido conquistando durante su trayectoria a un público fiel que va a todas las actividades. Pero el edificio de ahora ejerce de faro. Mucha gente que nunca se había acercado y no sabía lo que había dentro, visita la colección. A eso me refiero. El cambio arquitectónico ha sido un empujón. Antes de la obra, se mimetizaba en el Casco Antiguo, ahora ocurre todo lo contrario. Invita a entrar, ya no pasa desapercibido.
«Pocos museos ofrecen su colección de forma gratuita como el nuestro» Pero no se ha movido de sitio. En esta nueva etapa ha encontrado su ubicación no porque haya cambiado de sitio, sino por lo que aporta la arquitectura moderna. Se encuentra en un entorno muy significativo, junto a la plaza de la Soledad y hay un público potencial que antes pasaba de largo y ya no. ¿Cómo han vivido ustedes, desde dentro, la metamorfosis? Ha sido un proceso complejo. Lo afrontamos en equipo junto con los arquitectos y tuvimos que decidir cómo adaptar tu colección a un nuevo espacio arquitectónico y mantener un discurso expositivo con sentido. No podemos poner a un pintor del siglo XVI junto con uno del XX. ¿Teme que pase como en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, que el propio edificio ensombrece la colección? Yo no creo que eso sea así. Yo empecé trabajando como becaria en el Museo de Mérida y el edificio tiene su proyección y su importancia, pero las piezas apoyan. El conjunto es armónico y aquí ocurre lo mismo. Hemos conseguido una comunicación perfecta. Interiormente queda muy abierto y las piezas se han realzado gracias a la estructura o la iluminación, que son muy importantes. ¿Y el público también lo ha entendido? Vemos que en los primeros meses de esta etapa se han triplicado las visitas. Tenemos contabilizado visitantes de Inglaterra o Alemania y muchos se van sorprendidos de lo que encuentran y nos dan la enhorabuena. ¿Hay vida más allá de la colección? Hay que seguir interactuando con la ciudad. Hemos participado en la Feria del Libro, retomaremos las conferencias, ahora estamos con los conciertos de verano y en la próxima Noche en Blanco esperamos muchas visitas, será uno de los atractivos. ¿Y el reto de la directora por dónde pasa? El MUBA es un museo que nace, crece y quiere tener una proyección nacional e internacional. Nació como algo local o provincial, pero la colección engloba a artistas nacionales. Tenemos depósitos del Prado y del Reina Sofía. Esos grandes museos españoles confían en el MUBA para depositar obras suyas que ellos no tienen posibilidad de exponer. Queremos atraer a más público, y sobre todo, público joven. Yo siempre recuerdo que la entrada es gratuita, algo muy importante porque cuando viajamos fuera, pocos museos ofrecen su colección de forma gratuita como el nuestro. Y todos tienen sus estrellas En nuestro caso tenemos artistas de gran proyección dentro de las vanguardias como Timoteo Pérez Rubio, Ortega Muñoz, Barjola o Ángel Duarte. Después pasamos a las piezas que dan personalidad. De Barjola, hay en otros sitios, pero de Covarsí, Antonio Juez, Eugenio Hermoso o Pérez Jiménez y el resto del costumbrismo son muy representativos del MUBA. Ya en el siglo XIX tenemos a Felipe Checa y Nicolás Megía y más atrás, dentro de la pintura religiosa, tenemos a Zurbarán o Luis de Morales. ¿Cuál es el papel de un director en un bellas artes? En sitios que no tienen grandes plantillas, se requiere mucho trabajo de gestión. Aquí te ocupa de todos, de las necesidades internas y de las actividades al público. Las exposiciones, por ejemplo, requieren de un trabajo previo. Uno de nuestros objetivos es informatizar la biblioteca. Hemos firmado un convenio con la Universidad de Extremadura para que a partir del próximo curso, estudiantes de Historia del Arte y de Biblioteconomía puedan hacer sus prácticas con nosotros. ¿A los museos se le pide cada vez más un papel más pedagógico? Desde la Diputación siempre se ha trabajado por fomentar la ayuda a la formación. Yo empecé de esta forma, aprendiendo desde abajo, con prácticas, con becas. Nosotros queremos ser una oportunidad para los interesados. El museo también ha dado servicio al sistema educativo con visitas escolares. Queremos mejorar y ampliar a esa oferta. Ahora mismo no tenemos personal para poder organizarlas, pero para el curso que viene queremos ponerlo en marcha. ¿Tienen todos los fondos expuestos? Ningún museo tiene todos sus fondos expuestos. Siempre hay piezas en almacén. Nosotros tenemos un total de más de 2.000 piezas y hay expuestas cerca de quinientas. Podemos decir que tenemos al público una cuarta parte. Tratamos de exponer lo más representativo de cada autor y hacemos exposiciones periódicas de lo que tenemos de almacén.

 

Fuente: HOY

Fray Sebastián García Rodríguez ha fallecido a los 88 años en Sevilla. El escritor e historiador pacense centró su trabajo en los estudios de índole franciscana y de carácter extremeño, especialmente referentes a Guadalupe. El bibliotecario y archivero del Real Monasterio de Guadalupe recibió en 1998 el premio Extremeño de HOY, otorgado por este diario.

El sacerdote nació en Campanario (Badajoz) el 6 de junio de 1927 en el seno de una familia humilde. Hijo de Lorenzo García Arcos y María Rodríguez Cascos, era el tercero de siete hermanos.

Sus primeros estudios los cursó en las escuelas de El Pósito de Campanario con don Paco Gómez para, más tarde, completar su formación en el Seminario Franciscano de la Provincia Bética de Fuente del Maestre donde alcanzaría el título de bachiller.

Sebastián García se ordenó en 1953 como sacerdote en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, casa a la que, desde entonces, se vincularía para siempre aún sin permaner en ella de continuo. Y es que, el joven fraile franciscano, tenía todavía por delante un largo camino por recorrer que le llevaría a lugares como Roma. En la ciudad pontificia, fray Sebastián completó sus estudios doctorándose en derecho canónico en la Universidad de la Orden Franciscana. Su tesis 'De influxu metus in Sacram Ordinationem ejusque oneram' fue calificada con la máxima nota, Summa cum laude.

Desde entonces el padre Sebastián ocupó distintos cargos y ocupaciones. Fue guardián del Convento de San José, del Puerto de la Luz, en Gran Canarias; guardián del Convento de San Antonio de Padua, en Cáceres; guardián del Convento de Santa Antonio de Padua, en Sevilla; Vicario y Secretario de la Provincia Bética Franciscana; rector del Colegio San Antonio de Padua, en Cáceres; director de la Revista Guadalupe, durante 27 años (y los que quedan); Director de La Voz de San Antonio, durante 15 años; y, Director de la Revista Bética Franciscana, durante 9 años, oficios que, a pesar del gran tiempo que a ellos dedicaba y dedica, nunca le apartaron de su gran pasión investigadora.

En su trayectoria como historiador escribió varios libros y participó en numerosos congresos en Guadalupe, La Rábida, El Escorial, Roma y México. Los resultados de estos encuentros que, en más de una ocasión, tuvo la responsabilidad de dirigir, son ahora fuentes de la historia franciscana y guadalupense como así lo demuestran títulos como: 'Fenómeno guadalupense, como expresión de religiosidad popular', (1997) y 'La Enseñanza en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe: Colegio de Estudiantes, Segundo Seminario de Niños y Estudios Superiores Eclesiásticos', (1999-2000).

 

Fuente: HOY


Sin ruido alguno, como una vela a la que ya no le queda cera que quemar, así se apagó anoche la vida de quien brilló por y para Nuestra Señora de Guadalupe y su tierra extremeña... el padre fray Sebastián García Rodríguez O.F.M.

Nacido en Campanario y formado entre Fuente del Maestre y Roma, desempeñó desde muy joven importantes cargos dentro de la Provincia Bética Franciscana como los de vicario, secretario provincial o guardíán de varios de sus conventos. Pero su ocupación más recordada será siempre la de archivero-bibliotecario del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, tarea ésta en la que fue digno sucesor de los doctos Germán Rubio y Hermenegildo Zamora.

Rodeado de legajos y amparado por las vetustas piedras de la torre de Santa Ana (donde se ubican el archivo y la biblioteca), dio a luz un sin fin de monografías y artículos dedicados a los más variados asuntos (historia, medicina, derecho, filosofía...) aunque siempre con un eje común: la devoción universal a Nuestra Señora de Guadalupe y su tierra extremeña. Nacieron así obras tan recordadas y conocidas como: Guadalupe, cita de fe y de arte (1973); La Rábida, pórtico del Nuevo Mundo (1982); Guadalupe de Extremadura en América (1992); El Camarín de Guadalupe: historia y explendor (1996); Los miniados de Guadalupe (1998); o el Corpus Bibliographicum Guadalupense (2003), entre muchas otras.

A sus publicaciones, se sumaron además sus conferencias en simposios y congresos celebrados en lugares como La Rábida, El Escorial, Roma, México o la propia Puebla de Guadalupe; y su tarea como director de muchas otras reuniones científicas entre las que siempre será recordada "Guadalupe siete siglos de Fe y de Cultura", organizada con motivo del centenario del descubrimiento americano en 1992; o el titulado "Modelos Arquitectónicos del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe".

Los reconocimientos a su generosa e inmensa labor en pro de la historia, del libro en Extremadura y, sobre todo, de la devoción guadalupense, le hicieron merecedor de importantes premios llegados desde la Consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta de Extremadura; la Unión de Bibliófilos Extremeños, que lo nombró "Bibliófilo de Oro"; el periódico HOY, que le concedió el premio "Extremeños de Hoy"; el Fondo Cultural Valeria de Campanario, que lo hizo "Socio de Honor"; la Real Asociación de Caballeros de Guadalupe, que le entregó el "Premio Hispanidad"; o de su pueblo de Campanario, que lo nombró Hijo Predilecto y le puso su nombre a la calle en la que nació.

Hoy se ha apagado la voz de aquel hombre de mediana estatura y ancho corazón que dedicó su vida a pregonar las verdaderas raices históricas de una Región, que al amparo de su Patrona, gestó empresas de transcendencia universal. La enfermedad se lo ha llevado, pero la tarea que quiso y supo hacer perdurará para siempre. Gracias fray Sebastián por tanto como nos enseñaste. Bartolomé Miranda Díaz
Bartolomé Díaz Díaz

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