Con un discurso titulado La contribución de los pensadores a la prosperidad de los pueblos/Aproximación crítica a la historia de Extremadura tomó posesión como académico numerario de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes el periodista y escritor José Julián Barriga Bravo en un solemne acto presidido por el director de la institución Francisco Javier Pizarro Gómez. Contestó al nuevo académico el miembro de la RAEX, Miguel del Barco Gallego. Asistió a la lectura del discurso de ingreso una nutrida representación de entidades e instituciones de la vida social extremeña, acompañando a los académicos de número y a los correspondientes. Entre las autoridades asistentes figuraba la secretaria general de la Consejería de Cultura, Miriam García Cabezas, el director general de Universidades, Juan José Maldonado Briegas, el obispo de Coria Cáceres, Francisco Cerro Chaves y el obispo emérito de Albacete Ciriaco Benavente Mateos.
Con el ceremonial habitual, el nuevo académico accedió al salón conducido por los miembros de la corporación Gerardo Ayala Hernández y José Luis Bernal Salgado. El nuevo académico elogió la figura de Miguel del Barco Gallego, y de su predecesor Francisco Tejada Vizuete, historiador, profesor, teólogo, académico, que desde 1997 honró con su presencia y sus trabajos la Academia.
“Me propongo –afirmó-, tratar de convencerles de las razones por las que unos pueblos prosperan, y otros permanecen en situación de dependencia. O, dicho de otra manera: los pueblos que gozan de prosperidad son naciones que han tenido o tienen pensamiento, es decir pensadores, y aquellas otras que han carecido de ideas son territorios yermos y poco prósperos. Trataré de exponer esta convicción cabalgando por la historia, la cultura, las artes de esta tierra querida, y con la que me siento muy especialmente comprometido”
En este mismo sentido afirmó que trataría de demostrar que en los tiempos en que Extremadura contó con pensadores tuvo cierta prosperidad, y en aquellos otros, los más, que el ingenio vivió apagado, los extremeños fuimos pobres. “Den por hecho que estoy convencido, y así trataré de demostrarlo, que la primera condición para la prosperidad de los pueblos es el pensamiento, y de que existe una correlación directa entre prosperidad y pensamiento. Sin ninguna excepción en la historia, a pueblos prósperos correspondieron pensadores, y la ausencia de pensadores coincide con territorios no desarrollados. Y, como corolario, les adelanto este otro convencimiento: los heterodoxos, es decir quienes anteponen la razón a los comportamientos pautados e impuestos, son y fueron promotores de la prosperidad. Porque, en definitiva, el pensamiento, el pensamiento crítico, es el motor de las artes y de la ciencia, del bienestar, de la justicia y de la ética”
Seguidamente señaló que “Extremadura ha vivido a lo largo de su historia tres momentos de esplendor: los tiempos de Augusta Emérita, el siglo de Oro y de los Conquistadores, y el empuje intelectual del siglo XIX”. En relación con el siglo XVI manifestó que fue una autentica explosión de pensamiento y de talento que le hizo exclamar a quien sigue siendo todavía el máximo exponente crítico de la historia intelectual de Extremadura, Antonio Rodriguez Moñino, qué otra región de España puede equipararse con Extremadura en cuanto a esplendor intelectual o, como señala el historiador Miguel Angel Teijeiro, no existió disciplina en la que no se registren figuras notables y, en algunos casos, excepcionales en la Conquista y Colonización de América, uno de los grandes acontecimientos de la Historia de la Humanidad. Pero el brillo y la fama de la Extremadura del siglo de Oro se agotaron tan pronto como la nobleza trasladó a la Corte sus cuarteles generales”
“Esta es –afirmó el nuevo académico- la primera y principal lacra, el más importante baldón de nuestra historia. La emigración constante del talento es la causa y razón del retraso de Extremadura. Cuando actualmente lamentamos la pérdida que para el patrimonio biológico de Extremadura supone la emigración de los jóvenes, en cuya formación la sociedad no escatimó ni tiempo ni recursos, no ocurre nada diferente a lo que sucedió, desde los tiempos más remotos, con el éxodo de las elites intelectuales extremeñas. La emigración del talento es como si fuera una maldición que ha acompañado a esta tierra a lo largo de la historia”
(Ver texto completo)
Tras su intervención, continuó en el uso de la palabra el también miembro de la institución Miguel del Barco Gallego. Comenzó diciendo que el nuevo académico viene avalado por un brillante y dilatado historial profesional: periodista, escritor y novelista y por una acrisolada honradez intelectual de firmes e insobornables convicciones. La lectura de algunos de los textos del nuevo académico sirvió a Miguel Barco Gallego para reivindicar las glorias y el legado de los Conquistadores extremeños y la adscripción de Guadalupe al mapa religioso de la Comunidad extremeña.
Miguel del Barco Gallego terminó su discurso de contestación con la siguiente reflexión: “En la atareada soledad de mi estudio, escenario de tantas horas y de tantos años dedicados a la creación musical , el folclore de nuestra tierra ha sido para mí un manantial inagotable de inspiración y una forma de identificarme con las costumbres y los valores de mi gente. La obligada lejanía nunca fue para mí un obstáculo para sentir plenamente mi condición de extremeño porque también en la música, para quienes sepan sentirla e interpretarla, hay un mensaje, un pensamiento, un estilo que define la singularidad y la forma de vivir de un pueblo. La música popular -su ritmo , su letra- es también una escuela de sabiduría, una escuela de pensamiento”.
(Ver texto completo)
A continuación, el director de la Real Academia impuso la medalla de académico numerario a José Julian Barriga Bravo, le entregó el documento acreditativo y declaró clausurado el acto de toma de posesión, celebrado el 1 de diciembre de 2018 en el palacio de Lorenzana.
Los académicos e invitados asistieron por último a un coctel celebrado en la Fundación Xavier de Salas, en el antiguo convento de San Francisco de Trujillo.